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Tuesday, September 19, 2017

“Aprendí que ver estas oportunidades como algo inalcanzable no es justificado”



Marcelo Gómez tiene 24 años, nació en Santa Cruz de la Sierra y ahora vive en Londres, donde trabaja para la red social Facebook. Antes, pasó por Microsoft.

Este joven aventajado concedió a CAPITALES la siguiente entrevista que, por lo interesantes de sus respuestas, presentamos en dos partes. En esta primera, se refiere a los pasos que dio antes de vivir el sueño de trabajar para Facebook.

También habla de su pasión por la ingeniería, del área en la que se desempeña dentro de la red social más popular del mundo, y de sus principales hobbies.

CAPITALES (C). ¿Cuál fue el proceso que seguiste para llegar a vivir en Inglaterra y trabajar para Facebook? Cuéntanos los distintos pasos que diste en tu carrera profesional.

Marcelo Gómez (MG). Al terminar el colegio La Salle, en 2010, sin pensarlo mucho apliqué para una beca en el Tecnológico de Monterrey Campus Toluca. La obtuve y decidí estudiar Ingeniería Industrial. Todo eso sucedió en dos semanas y, finalmente, partí a México.

En 2014, tuve la oportunidad de estudiar un semestre en la Universidad de Texas, en Austin. Inmediatamente después realicé una pasantía de verano en las oficinas centrales de Microsoft en Redmond, Washington.

Finalmente en 2015 fui contratado por Facebook, originalmente para trabajar en la oficina de Seattle, Washington. Lastimosamente, por cuestiones del trámite migratorio no pude irme allá y fue así que me ofrecieron venir a la oficina de Londres, en donde me encuentro actualmente.

C. ¿Por qué eres ingeniero? ¿Y en qué área de la ingeniería te graduaste?

MG. Siempre he tenido una gran fascinación por las matemáticas, por la idea de la abstracción y cómo se puede utilizar para modelar y describir cualquier cosa. De hecho, la única consideración que tomé al decidir qué carrera estudiar fue en cuál se utilizan más las matemáticas.

Si bien esto me llevó a decidirme por Ingeniería Industrial, rápidamente me di cuenta de que la manera en que se utilizaban las matemáticas en esa área era utilitaria y más como algo dado que como el proceso creativo y de descubrimiento que a mí me gustaba.

Así fue que después de un semestre, decidí cambiarme a Ingeniería de Sistemas Computacionales.

C. Pasaste por Microsoft. ¿Cómo fue esa experiencia?

MG. En 2014, realicé una pasantía de verano en las oficinas centrales de Microsoft en Redmond, Washington. Trabajé en el equipo de desarrollo de Excel, desarrollando nuevas funcionalidades para el suite de Business Intelligence. Esto vino inmediatamente después de mi semestre de intercambio en UT Austin.

Estas dos experiencias me abrieron los ojos al hecho de que el complejo que es tan común entre latinos de sentirme menos o ver este tipo de oportunidades como algo inalcanzable, no es justificado. Esto no quiere decir que lo haya perdido por completo, pero es bueno tener experiencias que lo contradigan.

Tuve la oportunidad de conocer y trabajar con gente increíblemente capaz en el ámbito técnico, de distintas culturas y con distintos grados de educación y, contra toda mi intuición, pude colaborar lado a lado con todos y tener un impacto real en el trabajo que estábamos realizando.

C. ¿Cómo llegas a trabajar en la red social más popular del mundo en Londres?

MG. Casualmente me enteré de que Facebook estaba organizando un hackathon en mi universidad, pero en el campus de Monterrey, a 12 horas de viaje de donde yo vivía. Al ver esta oportunidad, mis amigos y yo nos organizamos, pedimos permiso para faltar a clases y partimos.

Llegamos directo del viaje al hackathon, la pasamos muy bien pero no ganamos. Dejamos nuestros currículums y, luego de dos rondas de entrevistas en línea y un viaje a California, fui contratado.

C. ¿En qué área te desempeñas? ¿Cómo es tu día a día?

MG. Actualmente soy parte del equipo de automatización end-to-end, que se encarga de la infraestructura necesaria para probar nuestros productos (sitio web y aplicaciones) antes de ser lanzados. Es un área fascinante, llena de problemas complejos que requieren interacción con casi todo el stack de desarrollo.

En este equipo he tenido que modificar desde nuestras aplicaciones móviles hasta el core de nuestro backend (el área del administrador del sitio con sus respectivos sistemas, comportamiento y las diferentes relaciones entre sistemas).

Durante el año pasado estuve trabajando en el equipo de accesibilidad, desarrollando herramientas e infraestructura que permitan verificar que nuestros productos sean fáciles de utilizar para personas con discapacidades.

C. Fuera del trabajo, ¿cómo te distraes? ¿Qué es lo que más te gusta hacer?

MG. Fuera del trabajo, disfruto de explorar los parques y museos de la ciudad; Londres es una ciudad fascinante.

Igualmente, me gusta la música en vivo y voy a cada concierto que puedo.

Tuesday, August 29, 2017

Talento boliviano en grandes empresas



Perseverancia, dedicación, disciplina, determinación, curiosidad, visión y confianza en uno mismo para alcanzar la meta propuesta son algunas de las características que tienen dos jóvenes bolivianos que trabajan en dos empresas tecnológicas grandes y reconocidas a nivel mundial.

Gustavo Fernando Ferrufino De La Fuente, cochabambino, y Marcelo Nicolás Gómez Rivera, de Santa Cruz; ambos de 24 años, fueron contratados por Microsoft y Facebook, respectivamente.

Los dos jóvenes bolivianos tienen en común su pasión por la tecnología y su perseverancia para llegar a formar parte de estas empresas multinacionales.

En un mes más, Gustavo Ferrufino empezará a trabajar como ingeniero de software en el gigante tecnológico Microsoft, en Vancouver (Canadá).

Confiesa que en colegio no era muy aplicado y no tenía buenas notas. "Saliendo del colegio no estaba seguro de qué estudiar, sabía que quería crear desarrollos tecnológicos, pero no qué disciplina sería la correcta. De lo que sí estaba seguro era que quería un reto", dice Ferrufino.

En 2011, ingresó al Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, México, para estudiar Ingeniería Mecatrónica, pero poco después cambió de carrera a Ingeniería en Tecnologías Computacionales cuando se dio cuenta que sin "dominar la programación era sólo un chico con una idea".

"En tecnologías computacionales me di cuenta que desarrollar código no era sólo agarrar unas herramientas y emplearlas en una función específica. Me fascinó tanto que lo vi como un artista expresando una idea al ensuciarse las manos, me encanta", expresa.

Explica que estando en la universidad veía a sus compañeros que se iban a hacer prácticas o pasantías a empresas como Google, Facebook y otros. "Y sólo me preguntaba una cosa: ¿Por qué ellos y no yo?", señala.

A raíz de ello, se propuso ingresar a alguna de esas empresas. "Fue una ardua preparación que me impuse para lograr sobresalir en estas entrevistas. En toda entrevista tienes que resolver problemas de programación. Tuve dos entrevistas con Facebook, con Google tres y con Microsoft dos Fui entrevistado por Facebook, Microsoft y Google. El punto es seguir intentando", comenta Ferrufino, también director tecnológico de Clubes de Ciencia Bolivia.

"Apliqué a una disciplina de 10 problemas diarios, cuya dificultad incrementa cada día. Además se lee arduamente sobre temas de algoritmos y estructura de datos", cuenta. Explica que en las entrevistas con las tres empresas, en cinco minutos demuestras tu pasión por la tecnología que puede basarse en tu currículo y cosas que hayas hecho. "Son bien específicos y hacen preguntas avanzadas, así que es evidente si dominas lo que dices. Luego, durante 45 minutos, resuelves un problema de programación, esta parte es la de mayor valor en toda la entrevista. Demuestras cómo planificas, diseñas e implementas tu código. Es de mucha importancia contemplar todo escenario posible y mencionar en voz alta todo lo que piensas. Así tienen una mejor idea de cómo es tu forma de solucionar un problema complejo y poderte asistir de ser necesario", dice.

Resalta que además ven tu forma de colaborar en equipo, ya que buscan que un programador tenga buenas cualidades en relacionamiento con personas.

Importancia de la programación

Ferrufino considera que hoy en día la programación es un pilar en la educación que implica saber cómo programar y crear cosas con ella.

Asegura que, independientemente de la profesión, la programación es algo que toda persona debería de aprender.

Consultado sobre qué fue lo más difícil de este camino, Ferrufino respondió que: "lo más difícil fue tener una continua perseverancia y disciplina de lo que buscaba lograr". Explica que lo que lo mantuvo firme en su decisión fue soñar las cosas que quería hacer y no conformarse con lo que tenía en ese momento, soñar siempre más.

Señala que es importante creer en uno mismo y hacer el mejor esfuerzo en algo que uno se proponga. "No basta decir 'lo voy a intentar', tienes que darlo todo".

Es necesario que el "estudiante busque explorar más de una temática y se cuestione ¿qué pasa si hago esto?, dejándose llevar por su creatividad y aprendiendo de sus errores. No es que aprenda al pie de la letra una materia", dice.

Ferrufino, el pasado mes de julio, organizó el hackathon nacional HackBo dirigido a jóvenes. "HackBo fue un éxito. Fue un catalizador para sumergirse más en la tecnología. Creo haber incentivado esto en los jóvenes participantes y curiosos", señala.

Es importante demostrar "a los jóvenes que sí pueden crear cosas si tan sólo se presionan a lograrlo, si se desafían". Asimismo, continúa, "se debe concientizar a nuestra sociedad sobre la importancia de la tecnología y cómo su inclusión puede facilitar el trabajo, irrelevante de la temática o profesión con la que se combine la informática", comenta.

"A mí me hubiera encantado tener una oportunidad de joven como ésta, creo que mi pasión por la tecnología y mis avances hubieran sido más significativos. Busco crear este tipo de oportunidades en mi país, ya que sé que hay jóvenes que son sumamente capaces y pueden crear grandes cosas. Sólo hace falta un empujón", finaliza.

Gómez, fascinado por las matemáticas

El cruceño Marcelo Gómez, ingeniero de sistemas, fue reclutado en 2015 por Facebook. Cuenta que no era particularmente aplicado, pero sí tenía buenas notas y siempre tuvo fascinación por las matemáticas y el resolver problemas complejos.

Gómez es ingeniero de software en la oficina de Londres de la compañía de redes sociales que en marzo de este año batió el récord al llegar a los 2.000 millones de usuarios mensuales activos, según Mark Zuckerberg.

"Soy parte el equipo que mantiene la infraestructura que se utiliza para hacer pruebas a nuestros productos finales antes de que sean lanzados al público", explica.

Gómez escogió estudiar Ingeniería Industrial en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, México. "Sin embargo, después de un semestre, me di cuenta de que la manera que se utilizaban las matemáticas era más utilitaria y menos directa de lo que pensaba, así que me decidí por Ingeniería de Sistemas", dice.

Durante el último año de universidad, asistió a un hackathon organizado por Facebook. Su equipo no ganó el evento pero dejó su currículo y, tras un par de semanas, fue contactado y entrevistado por esa compañía. "Las entrevistas consisten en sesiones de resolución de problemas de programación, en particular, de diseño de algoritmos y estructuras de datos", señala.

"La programación es sumamente importante. Creo que la programación debería incorporarse en el currículum escolar, desde la edad más temprana posible y no debería enseñarse como una disciplina en sí, si no como una herramienta para resolver todo tipo de problemas. Por ejemplo, ¿por qué no escribir un programa que determine si dos versos riman en la clase de literatura?", dijo.

Consultado sobre qué aconsejaría a los niños y jóvenes bolivianos interesados en la tecnología, el experto comento: "En primer lugar, que aprovechen la infinidad de recursos que pueden encontrar en Internet. Pueden tener acceso ya sea a cursos de programación de universidades como el Instituto Tecnológico de Massachusetts o Stanford o a tutoriales específicos de cualquier tema que les interese".

En segundo lugar, continúa Gómez, "que se ensucien las manos, que desarrollen sus propios proyectos por más pequeños o triviales que sean. La mejor de manera de realmente aprender, es poner en práctica sus conocimientos. Finalmente, aprendan inglés. El poder consumir contenido en inglés les dará acceso a muchos más (y en muchos casos mejores) recursos".

Explica que estas grandes empresas tecnológicas "buscan personas que no sólo sepan programar, sino que sean capaces de descomponer problemas complejos y llegar a soluciones de manera gradual y eficiente. De igual manera, buscan personas que sean capaces de trabajar en equipo así como contribuir a su crecimiento".



OPINIONES

Gustavo Ferrufino. Ingeniero en tecnologías computacionales

Se debe creer en uno mismo y hacer el mejor esfuerzo en algo que uno se proponga. No basta decir 'lo voy a intentar', tienes que darlo todo.

Marcelo Gómez. Ingeniero de Sistemas

Creo que la determinación y la curiosidad por no sólo resolver, si no también entender problemas, son características importantes para avanzar.



Sunday, March 19, 2017

Alejandro Galindo y los pasos hacia el futuro



TECNOLOGÍA | ESTE JOVEN BOLIVIANO TRABAJA EN EL CAMPO DE LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL EN EE.UU, CON MUCHO EXITO.

Tiene 32 años, es Ingeniero de Sistemas, se graduó por excelencia de la Universidad Católica y además tiene un doctorado. Está desarrollando un sistema para drones con inteligencia artificial, hace poco estuvo en Cochabamba dando charlas para estudiantes de su carrera.

Cuando Alejandro Galindo salió de la universidad, trabajó durante dos años en una empresa familiar donde comenzó a investigar sobre inteligencia artificial, entonces buscó ampliar sus conocimientos con una maestría sobre visión por ordenador, que es una parte de la inteligencia artificial, hizo su post grado en Escocia.

Saliendo el año 2009 de su maestría, trabajó en el área de ingeniería de sistemas. Fue a trabajar a la OEA durante año y medio en Washington D.C., desarrollando diferentes tipos de sistemas, pero siguió investigando sobre inteligencia artificial y buscó un doctorado para continuar con su investigación. Estuvo durante 4 años haciendo un doctorado en Francia.

“Inteligencia artificial se trata de básicamente lograr que los ordenadores aprendan a hacer diferentes tareas. Que el ordenador piense de cierta manera. Lo más común actualmente son los robots que limpian casas, el robot aprende cómo es la casa y por dónde tiene que limpiar, hay un pequeño nivel de inteligencia artificial, un ejemplo más claro es hacer compras en sitios como Amazon, ahí se evalúa mucha información y el sitio ha aprendido mucho sobre el usuario y puede hacerle sugerencias de compra, hay un nivel de aprendizaje de manera automática”, explica Galindo.

Actualmente su trabajo está relacionado con vehículos autónomos, es decir, vehículos que se manejan solos y sobre todo trabaja con drones.

En septiembre del año pasado comenzó a trabajar en una empresa de San Francisco como líder del equipo de investigación y desarrollo, en el que se está creando un sistema para evitar colisiones.

“Proveemos sistemas a los fabricantes de drones industriales, nuestros sistemas evitan que sus drones choquen contra estructuras estáticas o con objetos dinámicos, como otras aeronaves, aviones y helicópteros, primero hay que evitar que choquen contra estos objetos y segundo que hay regularizaciones que no te dejan volar cerca”, dice.

El sistema que están desarrollando aún no existe.

“Ahorita los drones autónomos se pueden usar en varias áreas como en agronomía para controlar los sembradíos, también se usan en minería para hacer diferentes estudios, y el problema es que en muchos lugares está prohibido enviar drones porque se pueden chocar y hacen sus tareas pero no de manera inteligente, no solo hay daños materiales, un dron industrial puede valer hasta cien mil dólares, también pueden causar daños en vidas humanas”, añade.



REGULACIONES

En lugares como Estados Unidos está prohibido volar un dron de manera autónoma si no se lo está viendo. Galindo y su equipo están trabajando en la tecnología para desarrollar el sistema inteligente que permita a los drones volar solos.

“Queremos que el gobierno estadounidense lo certifique para que lo usen las empresas”.

Respecto a su lugar en Bolivia, se cuestiona mucho las estrategias científicas tecnológicas en el país.

“Nosotros salimos a estudiar, quizás no pensando en quedarnos afuera, pero en el momento en el que nos planteamos regresar, no tenemos a qué volver”, dice Galindo y asegura que el principal actor para incentivar la investigación tiene que ser el gobierno, mediante estrategias como convenios con universidades.

Friday, February 17, 2017

Alejandro Rioja es un joven cruceño de 21 años que está triunfando en Estados Unidos



Alejandro Rioja es un joven cruceño de 21 años que está triunfando en Estados Unidos gracias a la venta de cargadores para celular. Lo que inició un año atrás como un negocio callejero en las calles de Santa Mónica (California) hoy es una empresa consolidada: Flux Ventures.

“Empecé vendido los cargadores en la calle los fines de semana. Yo iba con una caja llena y no volvía a mi casa hasta que los haya vendido todos. Esta experiencia me hizo muy buen vendedor y me ayudó a eliminar mi nerviosismo al hablar con gente extraña”, contó en entrevista con EL DEBER.

El producto que comercializa, fabricado en la ciudad china de Shenzhen, empezó a crecer gracias a la difusión que le dieron varias páginas web de tecnología en ese país. Una de ellas, Sociable, destaca que en 18 meses logró “dominar el mercado global en 80 países”.

Ahora Alejandro, estudiante de Ciencias de la Computación en la Universidad de California, está enfocado en pasar del comercio electrónico a los supermercados y tiendas.

¿La clave de su éxito? “no rendirse cuando las ventas estaban bajas”, asegura y añade que estar propenso a aprender y no poner excusas es fundamental. “Si no sabemos algo, no lo usamos como excusa, sino que inmediatamente vamos a Google, atendemos un seminario o leemos el libro adecuado para desarrollar esa habilidad”, relata.

Cuando se le consulta sobre sus planes a futuro, Alejandro levanta vuelo. “Luego de haber creado mis empresas y haberme retirado, me gustaría volver al país y postularme para presidente. Esto será alrededor del año 2050”, responde con precisión.


Monday, November 14, 2016

El boliviano que puso a México en la vanguardia de la robótica latinoamericana

La semana que viene en la ciudad de Cancún, México, se realizará la Conferencia Internacional en Robots Humanoides, “Humanoids 2016”, organizada por el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinestav) del Instituto Politécnico Nacional de Guadalajara. El director del Cinestav es el científico boliviano Eduardo Bayro Corrochano.

Es la primera vez que un país latinoamericano oficia como sede del evento científico más importante del mundo en el fantástico ámbito de la robótica humanoide. Estarán presentes en este encuentro los más prestigiosos biólogos cibernéticos de Estados Unidos, Japón, Alemania, Italia, Suiza, España, Corea, Canadá, Francia, Inglaterra, China, India, Bélgica, Brasil y México. También participarán investigadores de universidades destacadas como la Carnegie Mellon, Stanford, el Instituto Tecnológico de Massachusetts, la NASA y en representación de México el Cinestav, con su humanoide “Mex-One”, creado y diseñado por el equipo que dirige Eduardo Bayro.

El encuentro inspirado bajo el lema “De la ficción a la realidad”, pondrá en exposición y competencia los últimos avances en la búsqueda del humanoide perfecto cuya utilidad práctica en este siglo abarca desde la experimentación de protesis biónicas para reemplazar miembros y órganos lastimados del cuerpo humano, hasta el entretenimento y la aplicación de estos aparatos en la vida doméstica cotidiana, que hasta hace algunas décadas eran apenas esbozados en novelas e historietas de ciencia ficción.

Durante las jornadas del 15 al 17 de noviembre se realizará una espectacular competencia que es el mayor atractivo de este encuentro anual. Los humanoides más desarrollados del mundo pondrán a prueba su inteligencia desarrollada, sus habilidades motrices y su utilidad práctica en el mundo real.

El equipo mexicano que dirige el boliviano Bayro Corrochano pondrá a competir su humanoide “Mex One” que aspira a figurar en el ranking de los 10 humanoides más avanzados que existen en el mundo. El robot de Bayro, “que presentó su primera versión hace seis años” según el boletín oficial del Cinestav, fue totalmente diseñado y construido en este centro del Politécnico Nacional de Guadalajara, “pero ahora se ha renovado con una propuesta más novedosa al mejorar su porte con extremidades de aluminio, configuración de engranajes en paralelo que le dan un alto torque, y con la incorporación de nuevos sistemas y sensores”. El prototipo posee cualidades extraordinarias como la capacidad de reconocer objetos usando visión artificial, lo que convertiría a este robot en un ultramoderno apoyo para no videntes. Este modelo puso a México a la cabeza de Latinoamérica en esta área de la investigación científica, no hay otro igual en el continente, y es un aporte a la comunidad internacional por haber desarrollado un humanoide profesional a muy bajo precio, pues su costo es menos de la mitad que el del famoso humanoide Asimo de Honda.


Quién es Eduardo Bayro Corrochano?

Miembro de una conocida família de profesionales que radican en Cochabamba, con nueve Hermanos —uno de ellos desaparecido durante la ditadura militar de Banzer—, Eduardo Bayro Corrochano nació en Oruro el año de la Revolución Nacional, 1952, y se educó desde sus primeros años de infancia en Cochabamba, estudiando en los colegios Maryknoll y San Agustín. Cursó sus estudios superiores en Chile graduándose como Ingeniero Electrónico con mención en Telecomunicaciones. Fue um pioneiro de la robótica en la Universidad Mayor de San Andrés (Umsa) y en 1979 fue becado a Alemania para cursar una maestría, tras lo cual fundó el Instituto de Electrónica de la Umsa. En la Universidad Juan Misael Saracho de Tarija fundó el Instituto de Ciencia y Tecnología.

En la década de los noventa obtuvo su doctorado en la Universidad de Cambridge, especializándose em sistemas cognitivos, lo cual le condujo a profundizar sus conocimientos sobre la Inteligencia Artificial y a despertar su pasión por la robótica humanoide, materia que en Bolivia no podría desarrollar por las condiciones precarias del pais para el fomento de esta ciencia tan avanzada. Así llegó a México, en 1999, y año siguiente, al comenzar el siglo XXI, publicó un libro que le abrió las puertas del Cinestav.

“En México se incentiva mucho la investigación y no faltan recursos para ello. Es un país muy generoso, aunque todavía el porcentaje que se otorga del PIB a la investigación, es muy bajo. Sin embargo uno puede vivir muy bien, con un buen sueldo, estando cerca al mundo tecnológico, a los avances, etcétera” dijo el científico en una entrevista publicada por Los Tiempos en junio del 2011.

El pensamiento cibernético de Bayro
En el encuentro mundial que se inicia este martes, el equipo que dirige Bayro intentará poner su robot humanoide, el Mex-One, al nivel de la guerra de las galaxias. La nueva versión de este humaoide es un progreso enorme en términos de diseño, estabilidad y equilibro, y se va a presentar en el congreso para que camine, perciba objetos, los manipule y evite obstáculos; además, la innovación en el diseño mecánico permitió contar con un mejor modelado y control de caminado (dinámica y cinemática), explica el boletín del Cinestav.
El desarrollo del Cinvestav Unidad Guadalajara está considerado dentro del concepto de “robótica social” —tesis desarrollada por Bayro Corrochano— que propone trabajar en inteligencia artificial y diseños de robots de bajo costo para el servicio de la sociedad.
Al diseñar robots humanoides desde la perspectiva de investigación básica contribuye en el avance de la ciencia en robótica humanoide, pero sobre todo se puede ofrecer a universidades que no cuentan con recursos económicos la construcción de un robot de estas características para investigación a un precio bajo.
“También, tenemos subproductos generados al trabajar en robótica humanoide, desarrollamos algoritmos para que el robot perciba el ambiente visual, camine y busque una ruta, estos mismos algoritmos se han incorporado en un lente a fin de ser usados para guiar a ciegos y en un año más se podrían ofrecer a bajo costo al mercado en beneficio de un sector de bajo recursos y fuera de la cadena productiva que son los discapacitados. También con esta experiencia se diseñan pies y manos inteligentes que podrán emplearse en dispositivos para ayudar a personas que han sido amputadas. Estos son ejemplos de lo que llamó el ejercicio de la robótica social”, expuso el investigador.
Hay diferentes vertientes en el desarrollo de robots. Una escuela diseña humanoides para entender mejor al ser humano; otros tratan de crear un ente antropomórfico inteligente pretendiendo crear una criatura que se asemeje a uno mismo; y hay algunos otros desarrollan máquinas que sean útiles al hombre como es el avión, el automóvil o plantas generadoras de energía.
Un robot humanoide tiene cualidades parecidas a las de ser humano en sus rasgos antropomórficos, es una máquina inteligente habilitada para moverse con libertad mediante el uso de motores y sistemas dotados de sensores y cámaras, un tipo de cerebro artificial que le permiten percibir el medio que lo rodea; razonar para toma de decisiones como planificar sus movimientos, caminar o sentarse y manipular objetos y finalmente asistir al ser humano en tareas difíciles.
Intentar desarrollar una maquina biológica semejante al ser humano aún es inalcanzable, pero ya es posible desarrollar una máquina, como herramienta útil al hombre, con mejor hardware y software que le permite cierta capacidad de razonamiento, por ello se utiliza inteligencia artificial, de tal manera que perciba su entorno, razone, planeé y ejecute acciones como sujetar un objeto, moverse o caminar.
En los próximos 20 años los robots usarán plásticos y fluidos para ser más flexibles e irán sustituyendo a los pesados motores y partes de aluminio (bio-mimética); su fin último será el servicio al ser humano.
No se busca un humanoide que se independice, compita y emprenda acciones contra su creador, pero sí que lo sustituyen en tareas difíciles donde se requieren mucha precisión. Hay tareas donde una maquina inteligente podría sustituir algunas capacidades del ser humano, como la súper-visión que permite una percepción más allá del ojo humano o hacer cálculos a una velocidad enorme, lejana a la capacidad metal de cualquier hombre o trabajar en ambientes hostiles o contaminados. “Entonces los robots pueden sustituir ciertas tareas del ser humano pero jamás revelarse e ir en contra de él”, concluiye el científico boliviano.

Tuesday, November 8, 2016

Genio de la robótica prefiere su taller a la ‘U’


El joven aimara Esteban Quispe, conocido como 'el genio boliviano de la robótica', ha comenzado a ganar reconocimiento internacional pero prefiere seguir creando en su humilde taller y ha rechazado la beca en una universidad privada.

Desde que hace un tiempo sorprendió a los bolivianos al construir con piezas recicladas en un basurero al que denominó Wall-E boliviano, una réplica del robot de la película Wall-E, Quispe no ha dejado de crear y ahora trabaja en una docena de máquinas, según cuenta a EFE.

Su potencial creativo en medio de las necesidades materiales que afronta en su casa en el pueblo de Patacamaya, a 104 kilómetros al sureste de La Paz, le ha valido hace poco ser invitado a Washington por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para participar del evento 'Demand Solutions' (Ideas para mejorar vidas).

Durante ese viaje, la empresa Google también lo invitó a visitar sus instalaciones y ha recibido ofertas de trabajo de empresas de fuera, por ejemplo una colombiana, pero su inspiración está centrada en las necesidades de la comunidad andina agrícola donde vive.



Quispe, de 18 años, terminó sus estudios colegiales en Patacamaya y pese a que fue becado por la Universidad Católica Boliviana 'San Pablo' de La Paz para estudiar Ingeniería Mecatrónica, decidió abandonar esa casa superior de estudios alegando razones personales.

El joven inventor prefiere no hablar sobre su decisión de abandonar la universidad a la que asistió por un tiempo, pero enfatiza que su lugar favorito es su "laboratorio", un pequeño cuarto de adobe y cemento, rodeado de barriles de metal y cajas de cartón con sus herramientas y asientos hechos de tronco de árbol.

Quispe explica que su "pasión y capacidad innata" para la robótica surgieron de su necesidad y que su sueño es ayudar a su comunidad, donde la población es aimara.

"Hay muchas personas que tienen conocimiento, pero pocos hombres tienen inteligencia para buscar estrategias que ayuden a su comunidad y yo quiero ayudar a mi comunidad", subraya el joven.



Cuenta que su primer contacto con la robótica se dio por la falta de dinero de sus padres para comprarle un juguete, por lo cual, a sus 12 años, empezó a fabricar sus propios artefactos.

Su primera creación fue un "miniauto fantástico", un coche con luces hecho con material reciclado con un "circuito inteligente" que le permite avanzar en la sombra hasta encontrar la luz.

También creó un cubo "inteligente" que produce luces con diferentes formas geométricas y ahora sueña con ayudar a su comunidad a subsanar sus necesidades agrícolas con la tecnología.

Su proyecto es crear un robot agricultor que se llamará Quichu o Esqui, denominación resultante de la combinación de las primeras sílabas de su nombre, Esteban Quispe Churata.



El prototipo del robot, cuya función es sembrar, estaría listo en febrero, sin embargo para realizar una producción en serie, "se necesita mucha inversión", reconoce el inventor.

Siempre preocupado por el campo, donde está la mayor pobreza en Bolivia, Quispe también sueña con tener su propia empresa tecnológica para buscar formas de corriente inalámbrica para uso masivo en su país garantizando que la energía llegue al área rural.

"Las personas de las áreas rurales necesitan apoyo. Lo que tendríamos que hacer es darles corriente eléctrica porque si tienen corriente eléctrica, tienen Internet y si tienen Internet, tienen información", subraya el Quispe.

Ahora trabaja como profesor de robótica en el colegio en que estudió en Patacamaya y, a su vez, construye 12 robots que venderá a escuelas para que los jóvenes se inspiren en sus creaciones y realicen otros productos que apunten a "solucionar los problemas de la gente".

VIDEO | Quispe logra beca para ser experto mecatrónico

La madre y el padre del joven, ama de casa y albañil, respectivamente, apoyan al muchacho con "lo poco que tienen", sin embargo, también esperan el apoyo económico de otras personas para que los sueños de su hijo puedan realizarse.

"Mi papá me decía que las personas que cambian el mundo no son personas que tienen conocimiento, sino personas que tienen necesidades", concluye el joven científico.

Sunday, October 30, 2016

Cesar, el telegrafista de 88 años que aún repara cocinas



Hablar por teléfono fijo cómodamente sentado desde la casa o una oficina, hablar a largas distancias mientras uno camina, chatear por WhatsApp o hacer video llamadas desde un teléfono móvil, son algunas de las comodidades que el mundo de hoy ofrece a las personas en cuanto a las comunicaciones se refiere.

Sin embargo, en la actualidad, no muchos conocen o se imaginan lo que costó llegar a esta realidad, y mucho menos saben los trabajos que se tuvieron que hacer para lograr tener lo que hoy ofrece el mundo de la comunicación. El telégrafo fue uno de los inventos que marcó un hito en este ámbito y El País eN logró hablar con uno de los pocos operadores de este aparato que quedan vivos en Tarija. Ésta es su historia.

Una vida dura
Cesar Porcel Albornoz nació en Villazón – Potosí un 4 de junio de 1928. Quedó huérfano de padre a la edad de siete años. Antes de esto, su madre se había separado de su papá pues a él le gustaba jugar. “Jugaba poker, crap, ganaba y perdía”, recuerda.
Tenía seis hermanos, tres mujeres y tres varones, por lo que con una familia numerosa y esas malas experiencias que le tocó vivir de muy pequeño, le dejaron un camino duro en su vida.
“Mi vida fue todo un descalabro, con mi madre sola y sin apoyo”, dice. Cuenta que cuando su padre murió les dejó una herencia, gran parte de ésta fue sólo para sus hermanos mayores. Recuerda que ellos pusieron a su madre en varias situaciones complicadas, que le obligaron incluso a vender la herencia que su padre les había dejado.
“Yo era pequeño y quería estudiar pero cuando mi hermano mayor salió del cuartel, le dijo a mi mamá que quería trabajar con un camión pero no tenía dinero para comprar uno”. De hecho, le había prometido que con el dinero que obtenga del camión iba a ayudar a los hermanos más pequeños a estudiar, pero nunca lo hizo.
Su madre vendió ilusionada media casa para comprarle el camión, pero su hermano comenzó a trabajar y de ahí, a tomar con sus amigos. “Las cosas no andaban bien”, recuerda.
“Yo iba a la escuela descalzo, los amigos de la escuela me veían así y me pisaban, me maltrataban. Quería estudiar pero no pude porque mi madre no tenía los medios para ayudarme, así que llegué apenas al cuarto básico”, añade.
Por este motivo, al dejar la escuela, Cesar ayudó a su madre a vender las empanadas, pan, masas y helados que ella hacía para sostener a sus hijos.
Después de eso trabajó de todo, como ayudante de un despachante de Aduana, hacía mandados en la frontera, limpiaba pisos, limpiaba vidrios, cargaba bultos de los pasajeros del tren. Se metía en todo lo que podía para ganar unas monedas.
Pero mientras él hacía todo esto, otro de sus hermanos mayores y con problemas en su familia acudió a su madre para pedirle ayuda, pero además, el poco dinero que tenía. Esto molestó mucho a Cesar.
A la edad de 11 años aproximadamente, cuando charlaba con un amigo que trabajaba en una tienda de repuestos, vio por primera vez un telégrafo. El pequeño aparato le impactó tanto que después de eso, se construyó uno de madera con el cual jugaba a enviar mensajes.
A la edad de 15 años, entró a trabajar como mensajero en una oficina de radio comunicaciones y fue en éste lugar, donde su jefe José López Argandoña le enseñó a leer “de verdad”. “Mi jefe me preguntó ¿usted sabe leer? le dije que sí y lo hice, pero luego me preguntó ¿Y qué entendió de lo que leyó? y le dije que nada. Ahí fue cuando me enseñó a leer y entender”, recuerda.
Después de eso, a la edad de 16 años, se postuló al cuartel, pero fue calificado como inhábil por sus escasos 46 kilos de peso. Molesto por la respuesta de los militares habló con uno de jerarquía y le hizo conocer su molestia, advirtiendo que si no lo recibían él engrosaría las filas militares de Argentina. Tras esto fue recibido.
Una vez en el cuartel, su estadía fue dura pues los militares querían hacerle desertar. “En las noches me pegaban unas golpes y baqueteadas que me hacían llorar, pero nunca les mostraba a ellos”, dice.
Cuando se recibió como cabo, quería trabajar y así lo hizo en varios lugares. Fue ayudante de cobros de un contador, después trabajó en una tienda de abarrotes y finalmente, cuanto tenía entre 19 y 20 años, entró como aspirante de telegrafista.

El telegrafista
Después de la Guerra del Chaco se crea en Bolivia la Dirección de Telecomunicaciones Rurales (Diter), que tenía presencia en puntos estratégicos del país como La Paz, Cochabamba, Santa Cruz, y casi todo el occidente. Lo que hacía era enviar y recibir mensajes haciendo uso del telégrafo y el código morse.
La tecnología no era tan buena y lo hacían por tramos, es decir, si alguien quería enviar un mensaje a Huanuni, éste debía pasar por Villazón – Tupiza – Uyuni – Pulacayo para finalmente llegar a su destino. Lo mismo pasaba con otros puntos.
Esto se debía a que las conexiones eran muy rústicas, es decir, eran cables que iban de un poste a otro, y los mismos no tenían buena fidelidad. Justamente por esto, en las uniones de poste a poste se generaban cortes, y si aquello pasaba no llegaban los mensajes a su destino.
Entonces, para solucionar esto que se daba a menudo, Diter tenía personal que hacía todos los días una verificación a pie de las conexiones de poste a poste. La primera tarea de Cesar fue justamente ésta. Él caminaba todos los días entre 15 kilómetros de ida y otros 15 de vuelta, para verificar si la conexión estaba bien. En caso de falla, debía reportarlo y solucionarlo.
Después de esto, como aspirante, le aconsejaron aprender el código morse, que es un lenguaje de puntos y rayas para comunicar mensajes a larga distancia. Aprendió primero eso, pero le faltaba escuchar y entender los mensajes, que fue la parte más difícil de su aprendizaje, pues le tomó cerca de dos años.
“Una vez que conoces el alfabeto debes aprender a hilvanar palabras, entender esos pequeños golpecitos con una pequeña interrupción que significan algo. También tenía que aprender a transcribir y escribir los mensajes”. En Diter todo se hacía a máquina de escribir, y cuando ellos recibían o enviaban un mensaje, ellos lo hacían con una copia en papel carbónico. El original lo entregaban al destinatario y la copia se quedaba de respaldo.
Cuando Cesar aprendió a escribir y escuchar mensajes, él ya se había estabilizado en la empresa, se casó, e incluso volvió a una sucursal en Villazón, tras una renuncia. Ahí hacían turnos por la mañana y noche unos, mientras que los otros por la tarde. Como su sueldo no era mucho y ya tenía una familia que mantener, en sus horarios de descanso, él arreglaba artefactos y equipos de todo tipo.
Arreglaba cocinas, candados, estufas, todo lo que podía, para poder generar más ingresos económicos y hacer estudiar a sus hijos. De hecho, su hijo José cuenta que su padre le sacó profesional gracias a los ingresos que obtenía con esta segunda actividad. Para hacer todo esto, él aprendió a arreglar este tipo de artefactos de manera autodidacta.
Ser telegrafista fue su principal actividad y Cesar no tiene ni la más mínima idea de la cantidad de mensajes que le tocó recibir y enviar a lo largo de sus 36 años de servicio en este oficio. Pero de lo que sí está consciente es que fue uno de los “confidentes” de miles de mensajes que pasaron por sus manos. No recuerda aquellos mensajes, pero asegura que los más comunes eran aquellos de felicitación o citaciones para conferencias en radio.
Dice que los mensajes más confidenciales en esos tiempos eran aquellos relacionados con los divorcios y las transferencias de dinero, que por cierto, éstas últimas tenían un sub código detrás del mensaje que sólo las entidades financieras podían descifrar.
De esta manera, Cesar recuerda emocionado su paso por el uso del Telégrafo, pero además cuenta orgulloso cómo le tocó ser parte del equipo con el que se fundó la exitosa Empresa de Telecomunicaciones de Bolivia (Entel). “Primero fue Diter, después fue Telecomunicaciones del Estado y finalmente Entel”, añade.
Hoy Cesar ya tiene casi 90 años y vive con su mujer en una casa que su hijo puso a su disposición en Tarija. Si bien ya dejó el oficio de telegrafista, todavía sigue practicando su segundo oficio, arreglando artefactos y cocinas en un pequeño, pero nutrido taller que tiene en su domicilio.

Thursday, February 25, 2016

El cruceño que tiene voz y voto para elegir en el Óscar

Este cruceño es un votante activo para los premios de la Academia ya que es miembro de la Sociedad de Efectos Visuales de Hollywood. Es la segunda vez que Miguel A. Salek estará como invitado en la gala de entrega de los Premios Óscar. El año pasado fue por haber realizado los efectos visuales del escenario de la premiación, de las promociones para TV y otros importantes detalles de la gala. Espera que haya una tercera en la que esté como nominado.
El 2015 ha sido su año más agitado, ha trabajado en 13 episodios de la primera temporada de la serie de televisión de Marvel's “Daredevil” y actualmente está terminando la segunda para luego volver a las grandes películas.
Su aspiración tiene muchas probabilidades de cumplirse pues sus habilidades se han visto en los filmes “El hombre de acero”, “Los Vengadores”, “Harry Potter y las reliquias de la muerte”, “Iron Man 2”, “Spider Man 3” y muchas más. Se espera las fotos de Miguel codeándose con las grandes estrellas.
Son casi 6.000 personas que, con su elección, mantienen en vilo a millones y millones alrededor del mundo (40 solo en EE.UU.), logran ingresos récord de publicidad, fabrican estrellas, catapultan a la fama a profesionales de la industria, ponen películas en los ropes de recaudación y le dan prestigio a los estudios como una más de ellas.

Tuesday, January 12, 2016

Esteban Quispe Quiero crear un instituto de tecnología

Esteban Quispe es un joven que con solo 17 años de edad ya ha hecho más de 20 robots de su propia creación, pero lo extraordinario del emprendedor es que, sin conocimientos en el tema, creó sus trabajos con materiales reciclados. Quispe nació en Luribay, provincia Loayza del departamento de La Paz, pero actualmente vive en Patacamaya, lugar donde es conocido como el “genio de Patacamaya”. En una visita a Santa Cruz de la Sierra en la que formó parte de los 110 jóvenes de Clubes de Ciencia Bolivia, contó el nacimiento de sus robots y actualmente se enfrenta a la vida con grandes ideas, además de tener un proyecto para fin de año.

¿Cómo nace la idea de crear un robot?
E.Q.: Cuando era chico miraba a los hippies que hacían arte en alambre y uno de sus collares me gustó mucho y antes de robar preferí la opción de aprender a hacer lo mismo. El primero me costó mucho porque me pinché los dedos con un alambre de construcción que no era el indicado. En el 2010 mi familia llegó a Patacamaya, a veces no teníamos ni para comer, entonces pensé en ayudar vendiendo por los bancos las artesanías que yo hacía. En 2011, un licenciado me dio un reto, me dijo “haz caminar esa araña que tienes”, entonces saliendo del colegio me iba a buscar motores de los reproductores de DVD, radios quemadas. Luego en mi casa empecé a armarlo, hasta que la araña empezó a mover de a poquito sus patas porque era muy pesada. Lo dejé y luego de dos semanas volví a intentar medio desanimado pero ya no con la araña, sino con una moto y esta empezó a correr y ese fue el gran avance para mí, que hasta las demás artesanías lograron tener más ventas por lo que tenían más luces.
Más adelante ya no tenía tiempo para hacer mis figuras en alambre y me dediqué solo a hacer robots.

¿Cuántos has hecho desde el 2011?
E.Q.: Son 20 robots que he hecho, pero algunos ya los he desarmado, uno de los últimos que hice fue 'Wall-E boliviano', el robot que recién se hizo famoso. En julio del año pasado presenté al Cubo Inteligente para las Olimpiadas Científicas Estudiantiles Bolivianas, desde ahí la gente me fue conociendo. El año pasado después del Cubo Inteligente, también presenté mi computadora que habla, el Robot Achaco, entre otros.

¿Todos son de material reciclado? ¿qué otras diferencias hay entre tus robots y los que se encuentran en el mercado?
E.Q.: Desde el primero hasta el último, todos son hechos con materiales reciclados. Ahora que la gente me está donando, recién comenzaré a utilizar materiales nuevos.

La diferencia es que los robots del mercado son automatizados y los míos son ecológicos, con el objetivo de tratar de cuidar el medio ambiente. Además quiero enseñar a la sociedad que en la tecnología no siempre hay que gastar mucho dinero, sino darse el ingenio con lo que está al alcance. Por otro lado, mis robots son manejados desde mi celular, yo creé mi propia aplicación y lo comando desde ahí.

¿Quién te enseñó a crear una aplicación?
E.Q.: Lo aprendí de un tutorial por YouTube, ya que en Patacamaya estaban abriendo un telecentro, pero solo funcionó un mes porque se robaron las computadoras. Sin embargo, durante el mes aproveché el internet para ver tutoriales de cómo programar el Android.

¿Qué es lo que hace el Wall-E boliviano?
E.Q.: Puede bailar, tiene un sistema de modo automático con el que puede saludar, tiene luces fantásticas, mueve la cabeza y es controlado por celular.

¿Cuál es tu Consejo para la juventud boliviana?
E.Q.: En la vida siempre hay obstáculos, piénsenlo antes de decidir si se van a rendir frente a ese obstáculo o lo va a pasar. Les recomiendo a todos hacer tecnología, quiero que Bolivia sea independiente, yo estoy viviendo esa experiencia y si ustedes también hacen tecnología, con ustedes lo puedo lograr.

¿Qué sentiste cuando CNN te entrevistó al vivo?
E.Q.: Estaba tranquilo. Más que todo tengo que agradecer a ustedes que me han llevado hasta CNN, ya que la prensa es como los pies y yo el cerebro y sin los pies no puedo ir a ningún lado. Ustedes son los que me mueven y me gustaría que todos los jóvenes puedan hacer eso, pero que los pies sean los papás ya que ellos siempre te recomiendan hacer cosas buenas, aunque muchos dirán que sus padres son malos porque no los dejan salir, pero eso es por algo.

En los talleres que has tenido en Santa Cruz ¿Qué herramientas conociste y qué te servirá para tus proyectos?
E.Q.: Yo estuve en el grupo de diseño empresarial y aprendí cómo empezar con mi empresa. Me ha ido bien y me gustó porque ya sé cómo analizar el problemas entre otras cosas.

¿Qué proyectos tienes para más adelante?
E.Q.: A Wall-E boliviano lo lanzaré este año para Navidad. Estoy pensando lanzar mil robots y con eso tratar de generar ingresos para lanzar más, mientras más compras hayan, más produciré, para eso necesito que la gente me apoye y así poder comprar una impresora, poder patentar el laboratorio, hacer la investigación para sacar a un precio económico y que el boliviano pueda tener acceso a este tipo de robot.

¿Cuál es tu gran meta?
E.Q.: Poder algún día crear un instituto de tecnología, el más poderoso de Bolivia, que sería en Patacamaya.

' La prensa es como los pies y yo el cerebro y sin los pies no puedo ir a ningún lado, ustedes me mueven'.


Wednesday, December 30, 2015

Video Un boliviano entre los latinos más 'inspiradores' de 2015

Esteban Quispe Churata, boliviano de 16 años, oriundo de Patacamaya e inventor del robot Wall-e, es considerado uno de los 10 latinos que más inspiró durante 2015, por ser un ejemplo de emprendedor, según publica el medio 'AJ+Español'.

"Este joven indígena creó el “Wall-E boliviano”, y quiere inventar más robots de basura para ayudar a su comunidad", indica la descripción, que añade el video del mismo en Facebook, que casi llega a los 15 millones de reproducciones.


Humilde, como se caracteriza, el joven pidió "por favor ayúdenme para construir mi laboratorio. Hasta el momento el Gobierno boliviano no me esta apoyando", según un post en su perfil en la misma red social el pasado 17 de diciembre.

Ganador de la Olimpiada Estudiantil y recibió una beca universitaria y es considerado un 'genio' porque crea robots. Fue foco de varias entrevistas durante esta gestión, por utilizar "basura" para sus inventos, que buscan mejorar el estilo de vida de su familia.



La recopilación de "latinos que inspiraron en 2015" incluye además a los mexicanos impulsando una 'Revolución de la Pizza', para ayudar a personas en situación de calle; los jóvenes brasileños protestando contra un cambio en la ley penal; y las chilenas que cargarán tu celular con una planta.

Tuesday, December 8, 2015

Vídeo del Wall-E boliviano registra más de 6 millones de vistas

Esteban Quispe Churata es un adolescente perteneciente al municipio de Patacamaya de la ciudad de La Paz, quien construyó un robot con materiales recogidos de la basura y aprendió a programar de manera autodidacta para controlar sus creaciones desde su teléfono celular con una aplicación elaborada por él mismo.
En un reportaje realizado por el medio digital AJ+ Español, mediante un video difundido el pasado domingo en Facebook, el joven emprendedor habla sobre su trabajo,  expectativas y ganas de apoyar a su comunidad con sus conocimientos.
Hasta el momento, el video que ya se hizo viral registrando más de 6 millones de vistas.
Quiero que mis robots tengan algo especial, en donde protejan el medio ambiente (…) la mayoría de la población indígena se están yendo a las ciudades ya. No sé, están quedándose abuelitos y niños nomás ya, entonces ¿quién va trabajar?, ¿quién nos va dar de comer?, por eso crearé un robot agricultor”, manifiesta con entusiasmo Esteban.
Wall-Ekitt es el nombre de su creación que está hecha de lata. Logra realizar movimientos hacia adelante y atrás y  además tiene la capacidad de girar su cabeza y sus manos.
Hace meses, en entrevista con el medio televisivo Unitel, Esteban aseguró que vende sus creaciones para colaborar económicamente con su familia y además para poder crear mejores robots.
"La basura no es basura como parece, es algo especial, que en donde si tú lo buscas encuentras cosas lindas", afirma el joven.

Tras la difusión del vídeo, Esteban agradeció en la cuenta de Facebook de AJ + Español todos los comentarios de los internautas.
"Gran saludo y un abrazo a todos. me gustan sus comentarios y quiero agradecerlos por el gran apoyo moral que me brindan. Aquí les envió mi contacto cel. 68144419".

Wednesday, September 23, 2015

LA EXPERIENCIA DE GANAR UN PUESTO EN "FACE" ¿Cómo lo logró?

Perder el miedo, agilizar la mente para resolver problemas y expandir el conocimiento son algunas de las claves que ayudaron al ingeniero boliviano, Thaer Latif, a superar las entrevistas de Facebook.

Latif nació en La Paz hace 26 años y estudió Ingeniería de Sistemas en la Universidad Católica Boliviana (UCB) de la Paz y a partir de noviembre trabajará para la red social Facebook, que tiene alrededor de 968 millones de usuarios activos diarios.

Hace un año que inició el proceso de selección de la empresa y el joven paceño atravesó por varios "filtros" de selección con entrevistas remotas y presenciales.

¿Qué ayudó al joven paceño a diferenciarse del resto de los postulantes, cómo convenció a sus reclutadores? Los Tiempos se contactó con Latif para que comparta su experiencia durante la época de reclutamiento.

"Al principio estaba muy nervioso, pero después de la primera entrevista presencial volvió la confianza en mí, por lo que dejé de sentirme un poco intimidado y esa confianza hizo que pueda mostrar todo lo que sé y hablar con los entrevistadores libremente sin miedo, exponiendo mis ideas y soluciones. Tal vez el hecho de perder el miedo hizo que pueda desempeñarme mejor en la entrevista", manifestó a Los Tiempos.

Cuenta que el proceso de selección tiene un primera etapa llamada "screening", que es un primer filtro con entrevistas remotas, que duran alrededor de un mes o más.

Tras esto se realizan las entrevistas "on site", presenciales, para las cuales se debe viajar hasta la sede de Facebook en California, en EEUU.

"Después de eso varía de candidato a candidato, pero queda esperar la llamada o correo de aceptación o rechazo", relata.

El joven ingeniero fue contactado por la empresa en agosto de 2014, tras que su amigo Gabriel Rea, otro boliviano que trabaja en Facebook, dejará el currículo de Latif al encargado del reclutamiento.

La preparación académica, la disciplina, buscar información y retos cada vez mayores, más allá de las clases en la universidad, ayudaron a Latif a pasar los "filtros" que tiene Facebook para escoger a sus empleados.

Perder el miedo y el "nervio" es sólo un paso que se vence para demostrar todo el trabajo previo que se realiza. Latif cree, que para el rubro en que se desenvuelve, lo básico es acostumbrar a la mente a resolver problemas de algoritmos. Esto se logra haciendo, realizando la mayor cantidad de problemas que se pueda.

Tras dominar esto, "viene la parte de expansión del conocimiento donde ya necesitas aprender varios temas y problemas particulares en el campo, como grafos, programación dinámica, estructuras de datos entre otros", señala.

Preparación constante

Cuando uno ya tiene dominado lo básico y la mente está entrenada, se pasa por otro tipo de preparación.

"Una vez que ya se adquiere un nivel competente en el campo y especialmente en la época de entrevistas hay que resolver problemas más retadores todos los días, ya sea en sitios web como Codeforces, Codechef, Topcoder entre otros", señala.

Codeforces es una página web de concursos online de programación, en que pueden participar personas de cualquier parte del mundo. El único requisito es saber inglés, ya que el portal y los problemas están en este idioma.

Así mismo, Codechef es un portal web, también en inglés, que ofrece concursos, cursos y eventos para los programadores de todo el mundo. Esta organización no comercial es operada por Directi, una compañía de software de la India con sede en Mumbai.

Por último Topcoder es otra plataforma donde programadores de todo el mundo se reúnen para participar en competencias de programación llamadas single round matches (rondas individuales).

Al momento de realizar los ejercicios "se debe tomar el tiempo en el que uno lo resuelve, ya que es un factor muy importante el resolver los problemas rápido" aconseja el ingeniero boliviano y afirma que la ingeniería de Software es una disciplina autodidacta, y que lo necesario para desarrollar habilidades está en Internet.

Por último, es bueno estar rodeado de personas que tienen la misma pasión que uno, donde se comparte y aprende.

UNA NUEVA ETAPA EN LONDRES

A menos de dos meses de comenzar una nueva etapa de su vida, Latif comienza a preparase para dejar el país.

Latif trabajará en Inglaterra, en la sede de Facebook en Londres, donde realizan desarrollo de software al igual que en la sede de California.

Londres, fue el primer lugar escogido en 2012 por Facebook para expandir sus oficinas fuera de EEUU.

La expansión se produjo en un momento en el que la compañía quiso centrarse en los mercados internacionales.

Las funciones de Latif en la empresa se determinarán en cuanto él arribe a Londres en noviembre.

El joven ingeniero cuenta que cuando se enteró de la noticia "tenía muchas cosas en mente, desde aprender a conducir hasta empezar a buscar departamento en Londres", sin embargo, el panorama cambió y se prepara mentalmente para este cambio en su vida.

"Ahora prefiero enfocarme en viajar un poco, conocer más el país, disfrutar su comida y pasar todo el tiempo que pueda con las personas que sé me harán falta una vez que esté allá", señala.



UN LIBRO GUÍA

“Cracking the code interview” de la autora Gayle Laakmann McDowell, es el libro que el ingeniero boliviano, Thaer Latif, recomienda leer para enfrentar entrevistas laborales y obtener puestos de trabajo para desarrolladores de software.

Es un libro técnico, que toca varios temas desde comportamiento durante la entrevista hasta cómo responder las cuestionantes de los reclutadores. Pero el libro se centra en las habilidades de ingeniería de software por lo que cuenta con una sección de 150 preguntas de programación y las estrategias para hacer frente a este tipo de razonamiento y da pautas de cómo analizarlas y resolverlas.

Este libro está disponible en inglés, ya tiene cinco ediciones y se lo puede adquirir en línea a través de Amazon.