El doctor Guido Villa – Gómez Roig viajó por primera vez a Japón en 1977. Luego de su llegada a ese país supo que se había aprobado un proyecto de cooperación en gastroenterología para Bolivia. Y al especializarse en la Universidad de Toho -la "escuela madre” del proyecto- se convirtió en el primer becario del programa de asistencia.
El Instituto de Gastroenterología Boliviano Japonés, que comenzó a funcionar en 1979, -como se vio en la edición de Miradas del 27/4/2014- es el primer producto de ese programa de cooperación, al cual le siguieron institutos similares en Sucre y Cochabamba, además de otros centros, como el Hospital Materno Infantil de Trinidad, el Hospital Japonés de Santa Cruz o la Escuela Técnica de Salud de Cochabamba.
Los japoneses tienen un sentimiento de agradecimiento porque Bolivia fue el primer país que luego de la Segunda Guerra Mundial dio facilidades a ciudadanos japoneses para establecerse en colonias como Okinawa o San Juan, según Villa - Gómez.
Máxima distinción
El 15 de enero, el médico boliviano recibió a través del embajador de Japón, Hidehiro Tsubaki, la Orden del Sol Naciente, Rayos de Oro y Plata, que es la máxima condecoración que otorga el Ministerio de Relaciones Exteriores nipón a nombre del Emperador Akihito.
Villa – Gómez fue reconocido por su aporte al afianzamiento de las relaciones de amistad entre Bolivia y Japón en el área de la salud, por su trayectoria profesional y por el liderazgo que demuestra en el Instituto de Gastroenterología Boliviano – Japonés.
Recibir la distinción le llevó a revisar los vínculos que desde hace casi 40 años lo unen con el Japón y los japoneses. La primera vez que conoció el país oriental quedó impactado por su desarrollo, su cultura milenaria, su educación homogénea y sus valores, como la confianza y el respeto mutuos.
cultura en la Comida
Si bien al principio le costó acostumbrarse a la comida de ese país, en poco tiempo y mediante ésta conoció algunos aspectos de la cultura japonesa, pues cada trozo está asociado a un sentido y orden.
Primero se contempla el alimento y luego se percibe el aroma. Asimismo, se aprecia el orden de la distribución en el plato, ya que primero se debe comer la verdura y no el pescado o la carne. "Todo tiene un ordenamiento”, tal como es la sociedad japonesa, según Villa - Gómez.
El orden también se aprecia en el consumo de frutas, como el melón. Esta fruta es costosa y es considerada como un gran regalo. Viene envuelto en un papel muy fino dentro de una caja decorada muy hermosa. En el envase se consignan diferentes fechas que indican, por ejemplo, cuándo la fruta empieza a madurar, cuándo alcanza su mejor sabor, cuándo se vuelve amarga y cuándo no es apta para el consumo. En Japón, muchas cosas se manejan de acuerdo a un orden similar, según el especialista.
Perfección y valor humano
Otro valor que Villa - Gómez admira de Japón es el concepto de alcanzar la perfección. Cada japonés compite consigo mismo, antes que con los demás, ya sea dentro de una empresa, hospital o escuela.
La fortaleza tecnológica de ese país, antes que en las grandes empresas, radica en el valor de las personas. Esto fue lo que Villa Gómez vio en el barrio Akihabara en Tokio, que se caracteriza por la venta de productos de última tecnología.
En esa zona se ven personas que trabajan con tecnología, por ejemplo, fabricando microchips, como si fueran artesanos. Y a esta zona acuden las grandes empresas, como Sony, para descubrir talentos.
Villa - Gómez vio algo similar en Olympus, la fábrica más importante del mundo de equipos de endoscopía. Los orígenes de esta empresa datan del periodo anterior a la Segunda Guerra Mundial, cuando fabricaba lentes.
En un tren que retornaba de los campos de batalla iban un médico y un ingeniero, que se conocieron cuando el vehículo descarriló. En medio de la tragedia, el especialista en salud contó al ingeniero que estaba impresionado por el elevado número de casos de cáncer de estómago que vio en los combatientes. También le dijo que era necesario fabricar un aparato para hacer diagnóstico especialistas construyeron un primer prototipo, que presentaba un problema: la bombilla que se introducía al estómago sólo se podía usar una vez.
Los especialistas convencieron a Olympus para hacer más ensayos y resolvieron aquel problema inicial, pues lograron que la bombilla se use hasta ocho veces.
El equipo necesitaba la validación de una universidad para su invento y acudió a la Universidad de Tokio, donde el jefe de cirugía se ofreció como voluntario. Los especialistas lo anestesiaron, le introdujeron el tubo y tomaron la fotografía, pero se dieron cuenta que en el primer intento no habían cargado el rollo de película y repitieron todo el procedimiento.
Así nació la gastro-cámara y Olympus se convirtió en el primer fabricante de endoscopios del mundo, aseguró Villa – Gómez. Cuando el especialista boliviano visitó las instalaciones de esta fábrica, comprobó que no se había perdido "el concepto de la precisión humana”, pues vio una gran cantidad de trabajadores manuales.
Su trabajo tiene relación con la artesanía y la manualidad, dentro de un sistema perfeccionado, según el médico boliviano. "El concepto y valor humano no se han perdido”, afirmó.
Tradiciones y festivales
En las décadas que han pasado, Villa – Gómez ha notado una similitud entre Bolivia y Japón, pues los habitantes de ambos países honran sus tradiciones. En el país, por ejemplo, es común ver a una chola con su traje tradicional, lo cual no es tan común en otros lugares. "En Japón sí lo es”, aseguró el especialista.
Allá "uno puede tomar un tren” y ve a "una señora vestida con kimono, de la misma manera que puede haber una señora vestida con la última moda occidental”.
El especialista boliviano vio algo similar en un estadio de sumo, construido a la manera antigua: con madera y techos tradicionales. La gente que asistía por devoción al deporte estaba ataviada con trajes tradicionales.
Oportunidades
Villa - Gómez decidió estudiar medicina cuando estaba en secundaria y se inclinó por la gastroenterología porque su padre falleció debido a una enfermedad que podía solucionarse con un diagnóstico oportuno.
Su primera especialización en la Universidad de Toho le dio acceso a mayores oportunidades, así como la posibilidad de participar en el nacimiento del proyecto de cooperación en gastroenterología, que se consolidó con el funcionamiento del Instituto Gastroenterológico Boliviano Japonés en 1979.
El médico boliviano ahora es director del Centro de Entrenamiento de Gastroenterología y Endoscopia Digestiva para Latinoamerica, validado por la Organización Mundial de Gastroenterología (OMG). Este centro fue creado en 2005 con el apoyo del Gobierno japonés y la Cooperación Japonesa JICA; hasta la fecha se han formado cerca de 400 especialistas de 15 países.
El doctor Guido Villa - Gómez Roig es una eminencia mundial en el campo de la gastroenterología, lo cual ha sido reconocido también por el máximo ente de esa especialidad. En el último congreso de la OMG, que se realizó en 2013 en Shangai, China, el especialista fue nombrado Maestro de la Endoscopia Mundial.
Al evaluar los años de su trayectoria, este Maestro de la Endoscopía Mundial recordó que todas las responsabilidades que le tocaron, siempre las honró tomando en cuenta los valores que aprendió en Japón.
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