Saturday, May 6, 2017

Las huellas de un ángel llamado Miguel Donahue



María del Carmen Perales no sólo es testigo, sino protagonista de la obra del padre Miguel Donahue en Tarija. Ella recuerda que, cuando tenía 7 años, Donahue llegó a su comunidad, San Pedro de las Peñas, buscando a las personas con discapacidad que allí habían.

“Mi comunidad era un lugar que quedaba lejos del camino. Ahí donde nadie iba, pero él fue. El padre iba a los lugares más alejados del área rural a buscar a los niños con discapacidad”, cuenta conmovida.
Revela que cuando Donahue la conoció la trajo a un internado que había conformado en San Lorenzo, e hizo lo mismo con muchos otros niños a quienes rescató”, según explica María. “Nos rescató para ayudarnos y para que podamos estudiar”, agrega.
La labor de Donahue consistía en buscar a esos niños que sufrían alguna discapacidad y que vivían en comunidades muy alejadas para darles la oportunidad de acceder a la rehabilitación, educación e integrarse a la sociedad. “Él nos inscribía en la escuela y se preocupaba de cada uno de nosotros, iba a las reuniones de los padres de familia y recogía nuestras libretas. Siempre estaba preocupado de que no nos falte nada. Nos llamaba siempre para saber cómo estábamos, vivía pendiente de nuestras necesidades”, dice María.
Cuenta que ella vivió en el internado de San Lorenzo y luego se trasladó a la Casa de la Amistad creada por Donahue y que acoge a niñas y señoritas con discapacidad. Allí salió bachiller.
Posteriormente, ingresó a estudiar para auxiliar de enfermería. Para ella, Donahue siempre será el ángel que le dio la oportunidad enorme de conocer otra realidad y los caminos para salir adelante. “Él fue más que un papá, él me ha ayudado a construir mi casita en el asentamiento y siempre llamaba para preguntar cómo estoy y cómo están los demás. Nos decía que hay que seguir adelante”, cuenta.
María del Carmen no pudo ocultar la emoción que la embarga al expresar su agradecimiento a nombre de todos los que fueron bendecidos con su ayuda.

El trabajo de Donahue
“Miguel Donahue” es un nombre que resuena permanentemente entre los padres de niños con discapacidad. “El padre Miguel me ayudó a llevar a mi hijo a Argentina”, “El padre Miguel logró que operaran a mi hija gratis”. Son frases que se oyen en las voces de los progenitores que en algún momento recibieron la ayuda del religioso.
Cuentan que en un acto de sencillez el padre Michael Donahue se hizo llamar Miguel, pues decidió castellanizar su nombre para que la gente no tuviera dificultades al pronunciarlo.
Donahue nació en New Britain Connecticud, EEUU, el 17 de noviembre de 1947, obtuvo su licenciatura en filosofía en Merrimack en 1969, logró su primer masterado en Teología en 1972 y su segundo masterado en educación en 1974.
Llegó a Tarija hace casi 30 años con un claro objetivo, “cambiar la realidad de las personas con discapacidad”. Esto sucedió en medio de una época en la que ser discapacitado equivalía a ser aislado del mundo e ignorado por la sociedad.
Empero, cuando Donahue llegó ya traía detrás de sí una vida entera de trabajo social con ese sector, pues su acercamiento a esta problemática surgió en su país natal y lo acompañó a Perú, donde vivió antes de llegar a Tarija, y en donde ya había trabajado en proyectos similares.
Dentro de su vocación religiosa, en la que una parte esencial fue el servicio al prójimo, ocupaba un lugar especial la persona con discapacidad, por lo que además de la licenciatura en filosofía y una maestría en teología, cursó una maestría en Educación Especial a través de una beca otorgada por la familia Kennedy.
“Los Kennedy hicieron mucho por el tema de la discapacidad, porque tenían una hermana –Rosmery- con discapacidad. Ellos crearon los Juegos Olímpicos Especiales y las becas para estudiar educación especial”, relató Donahue a El País en 2015.
Personas cercanas a él recuerdan que cuando Donahue llegó a Tarija se percató de la falta casi absoluta de programas e instituciones que trabajen a favor de las personas con discapacidad.
“Apenas llegó se propuso a cambiar la realidad de las personas con discapacidad y acudió a organismos de apoyo internacional para conseguir ayuda económica y construir infraestructura que permita trabajar en la rehabilitación y educación de las personas con discapacidad”, cuenta Martha Sandoval.
De esta manera, los padres de familia, que hasta ese momento estaban desprotegidos, se aglutinaron en torno a él y así se creó el Ceeba-Anet.
Con el tiempo se logró crear centros para cada tipo de discapacidad y nació Aprecia para personas con discapacidad visual, Ceadi para la discapacidad auditiva y Cerfi para la discapacidad física, quedando el Ceeba como institución encargada de las discapacidades intelectuales.
“Él ha sido el Ángel impulsor de la Educación Especial en el departamento, hizo crecer a cada institución siempre vigilando que el personal trabaje con mucha vocación. Para él, cada logro de los centros, o de algún alumno era una satisfacción personal y siempre nos apoyó. Incluso muchas veces con su propio dinero, cuando se trataba de refacciones él se hacía cargo de los arreglos de los centros”, comenta Loredana Doffigny.
Además de los centros, Miguel Donahue creó dos Casas de la Amistad para que pudieran vivir y ser cuidados mujeres y varones con discapacidad. Se trata de personas que fueron abandonadas y requieren una atención de 24 horas.

La recta final
Prácticamente todos los años el padre era reconocido por su labor. En 2015, en el mes de la discapacidad en Tarija, todas las instituciones encargadas de esta problemática realizaron una caminata en su honor por los casi 30 años de dedicación y servicio a la discapacidad. Estuvo también entre los personajes del año 2013 del diario El Nacional.
Sin embargo, desde el año 2009 el padre Donahue sufría de una fibrosis pulmonar que lo tuvo durante sus últimos días, pegado a un tanque de oxígeno. Su enfermedad se agravó en mayo de 2015.
“Antes trabajaba con ellos y ahora soy una persona con discapacidad”, comentaba Donahue con la amabilidad que era habitual en él. Pese a sus dificultades para respirar, que le obligaban a permanecer en casa, no había perdido la armonía de esa personalidad que irradiaba fundamentalmente: amistad. En 2015, cuando El País eN le hizo una entrevista, explicaba que los médicos, en su última visita a Estados Unidos, le dieron unos tres años de vida. Esto lo decía con la tranquilidad de quien había vivido plenamente y había cumplido con todos sus propósitos.
Lamentablemente Dios se llevó a su ángel un año antes del pronóstico dado por los galenos. El padre Miguel Donahue falleció el pasado jueves 4 de mayo, pasadas las 20:00, en su amada ciudad de Tarija. Aquí donde se entregó al servicio pastoral durante más de 30 años.
Su cuerpo fue velado en la capilla de la Loma de San Juan y el entierro se realizará hoy sábado en el cementerio de El Cadillar. Previamente se efectuará la misa a las 9.00 en la iglesia de la Loma de San Juan.

Mensajes
Muchos mensajes de dolor y agradecimiento al padre circularon en las redes sociales, entre ellos los siguientes: “Querido Miguel ya estás al lado de Dios. Desde aquí te enviamos nuestras oraciones en agradecimiento por todo lo que hiciste por tantas personas y niños. Hoy perdemos un gran ser humano… Sé que no hace falta pedirte que sigas cuidando a tus niños que estoy segura te extrañarán muchísimo. Descansa en Paz querido Miguel y que brille para ti la luz Perpetua”, escribía una usuaria en el perfil del padre en la red social Facebook
“Querido Padre Miguel Donahue descanse en Paz el Señor lo reciba con los brazos abiertos, lo recuerdo con mucho cariño y admiración, gracias por tantas enseñanzas que me dio. Dios lo tenga en su gloria”, decía otro comentario de una persona que compartió momentos con él.

Más detalles sobre el trabajo del padre

Olimpiadas
En 1988, luego de dos años de su llegada a Tarija, se realizaron las primeras olimpiadas especiales que constituyeron el primer avance en la concientización de la sociedad tarijeña sobre la realidad de la discapacidad en Tarija.

Condecoraciones
Entre sus múltiples condecoraciones y reconocimientos recibió la medalla orden de Gran Caballero de la Educación en el 2001, otorgado por el Ministerio de Educación. Aprendió la Lengua de Señas Boliviana, amaba a los Sordos.

Responsabilidades
Llegó a Tarija – Bolivia en 1986, año que se hizo cargo de la Parroquia de San Lorenzo hasta 1999. Ecónomo de la Diócesis de Tarija entre 1996 y 2002. Rector de la Capilla de la Loma de San Juan a partir del 2000.

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