Emi Escobar Quiroz (17) es un ejemplo para los jóvenes. Recibió medalla de oro como la mejor bachiller en el colegio E-Cubed Academy, en Providence RI
La vida de Emi Escobar Quiroz cambió completamente desde que decidió fijar su residencia en Estados Unidos. Había estudiado hasta segundo de secundaria (hoy cuarto de secundaria) en el colegio Cardenal Cushing y apenas conocía algunas palabras en inglés. En la escuela E-Cubed Academy (high school) en Providence RI (Estados Unidos), donde cursó los dos últimos cursos para obtener el bachillerato, se imparte inglés para estudiantes extranjeros y ella pronto logró ubicarse entre los cinco mejores lugares.
A medio año había mejorado tanto que sus profesores recomendaron que la pusieran en un nivel más alto de aprendizaje. “Una vez que aprendí el inglés pude expresar lo que quería, mis sueños y ambiciones y a partir de ahí también obtuve las mejores calificaciones”, afirma esta joven, que nació en Tokushima (Japón), mientras su padre, médico de profesión, realizaba un posgrado en ese país.
Sus progenitores son bolivianos y ella fue registrada en el consulado boliviano. En principio le costó bastante las asignaturas de literatura e historia y, sin embargo, desde el primer día de clases se destacó en matemáticas y física.
Uno de sus sueños se vio coronado el 12 de junio, cuando fue invitada a la testera durante el acto de graduación para otorgarle la medalla de oro por obtener el mejor promedio 93/100 de la promoción, conformada por 84 egresados, hecho que llena de orgullo a su familia.
El segundo mejor alumno fue Israel Jenyo, de origen africano, y el tercer puesto fue para Daniel Kapustian, de origen ruso, que habla cuatro idiomas.
Emi afirma que ahora irá tras su segundo sueño, aplicar a una universidad norteamericana y estudiar Ciencias Políticas. “Los jóvenes debemos pensar que lo único que nos va a ayudar a progresar es el estudio”, comenta.
Cuenta que el primer año fue duro porque su rutina, a la que estaba acostumbrada, en Bolivia cambió por completo. “Aprendí mucha disciplina, ser responsable de mis propios actos y ser perseverante en todo, lo que me propuse alcanzar”, expresó. Además tuvo que vencer obstáculos, como el idioma y los problemas que todos los jóvenes atraviesan, pero logró superarse.
El segundo año también fue difícil, pues además de cursar el colegio debía lidiar con los problemas que enfrentan todos los migrantes. Dice que Estados Unidos ofrece muchas oportunidades, pero el hecho de no tener un estatus legal frena la posibilidad de recibir ayuda financiera para costear estudios universitarios
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