Ante los miembros de la 53 sesión del Consejo Directivo de la Organización Panamericana de Salud , el médico boliviano Javier Torres-Goitia recibió un aplauso unánime y prolongado. "La salud no puede ser usada ni como instrumento del lucro ni de la avaricia de ningún partido político”, había dicho minutos antes, al recibir los dos premios a la Excelencia en Salud Pública Interamericana 2014 que le confirió la institución.
La noche del pasado 29 de septiembre, en la sede de la OPS en Washington, Torres - Goitia sintió "una gran satisfacción”, de esas que se valoran mejor después de los 90 años. Y con ella, "la consciencia de que semejantes galardones obligan a actuar en consecuencia”.
Pediatra, salubrista, exministro de Salud, embajador y actual campeón de tenis en categoría senior, Torres-Goitia está ahora en la intimidad de su estudio; el sitio más "suyo” de la casa. Doña Gladys, su esposa desde hace 64 años, muestra fotos familiares, recuerdos de lustros en el exilio, y decenas de galardones del doctor. "Él tiene muchos, hasta en tenis, pero su mayor premio sigo siendo yo”, comenta entre risas la señora pequeñita y vital, orgullosa de nacer en Samaipata.
Los años en peligro
En 1949, el chuquisaqueño Javier Torres-Goitia estudiaba medicina en Sucre. Acababa de ganar un premio nacional de literatura y dirigía un periódico semanal universitario. Ese cargo lo llevo a ser secretario general del primer congreso de periodistas de Bolivia. "Seguí con el periodismo escribiendo columnas y la literatura es parte de mi vida; pero tenía tal necesidad para contribuir a la gente que lo mío era la medicina y dentro de ella, la pediatría. Esa era mi pasión”, cuenta.
En 1970, siendo ya un médico reconocido y secretario general de la Federación Médica Sindical de Bolivia, Torres-Goitia, sin tener ningún nexo político con el general Juan José Torres recibió la invitación para ser su ministro de Salud. Y en consenso con sus bases aceptó.
"Eran muchas las falencias: los censos no existían, las encuestas de demografía y salud no había empezado pero nos sirvió para darnos cuenta de las posibilidades”. La esperanza duró apenas meses, antes que un golpe de Estado derrocara a Juan José Torres. El doctor tuvo que salir al exilio en Chile.
Fueron años de aprendizaje. "Trabajé en el Ministerio de Salud de Chile, en la Unidad de Nutrición. Y ahí me di cuenta que pediatra yo era, pero no sabía de administración así que estudié salubrismo”. Con el golpe de Pinochet vino otro exilio para Torres-Goitia y esta vez el destino fue México.
"Allí me invitaron a hacerme cargo de un Instituto de Sociología Médica integrado por sociólogos. Tuve la suerte de tener la amistad de nuestro compatriota René Zavaleta”. El doctor acabó fundando una maestría en sociología médica en la Universidad Nacional Autónoma de México y una cátedra que mantuvo muchos años.
"Fue un tiempo grato, yo aprendí mucho, contaba con la asesoría de Zavaleta y allí llegó el doctor Hernán Siles, a quien aprecié mucho”. Y lo dice con la nostalgia de quien extraña a un gran amigo.
Corría el año 1980. Bolivia vivía una convulsionada época política, la democracia era una lucha permanente y lejana, y Javier Torres-Goitia, en México, acababa de ser nombrado embajador por Lidia Gueiler cuando se supo la noticia del golpe de Estado de García Mesa.
"Cuando hice el anuncio en la Embajada me preguntaron si iba a presentar mi renuncia. Y yo, que no sabía de política, dije que no, que cómo, que el pueblo boliviano necesita que estemos en la lucha.
Al día siguiente, los periódicos titulaban: ‘Embajador de Bolivia desconoce a su Gobierno y se proclama embajador del pueblo’. Fue el inicio de una movida internacional, a la que se sumaron otros diplomáticos de todo el mundo”.
Los otros enemigos
1982. Había vuelto la democracia al país a la cabeza del doctor Hernán Siles. Torres-Goitia fue convocado para ser su ministro de Salud.
"En muchas charlas con el doctor Siles habíamos coincidido en que la salud no es resultado de lo que hace la medicina, sino de todo el bienestar físico- mental y social, y que había mucho que hacer. Cuando tomé la cartera de Estado, el país ya estaba en crisis econónomica, la situación era muy difícil pero empezamos una política diferente. No pensamos en hospitales sino que convocamos a la COB, a la CSTUCB, a los estudiantes, a la FUL de maestros, a todas las fuerzas vivas del país y les dijimos: No tenemos nada, no tenemos dinero, el país está desorganizado pero podemos hacer cosas de gran impacto, juntos”.
Así nacieron los comités populares de salud. El primer reto fue una campaña nacional contra la polio. Los propios dirigentes eran capacitados para vacunar por vía oral a los niños y el resultado fue alentador. Pero había otro enemigo, más poderoso, que mataba a miles de niños en el país: el sarampión.
"Vacunamos al 90% de la población en las ciudades y el área rural, las vacunas e insumos los dio Unicef y la labor, las organizaciones. Al año siguiente nadie enfermaba de sarampión y todo el mundo se quedó sorprendido. Comenzamos a darle vuelo a la participación popular”, recuerda el exministro quien tenía en frente otra batalla.
"El bocio es una carencia de yodo que produce un tumor en la tiroides y debilidad mental en diversos grados. En los 80 afectaba al 65,5% de la población boliviana y se empezó la cruzada para eliminarlo sólo añadiendo yodo a la sal común. Y así se hizo. Se sacó un decreto en que era prohibida la venta de sal sin yodo, no había pretexto, antes de un año toda la gente consumía sal yodada”. Poco después se certificó que no había bocio en Bolivia.
El trabajo es la vida
El gobierno de Siles acabo antes de lo previsto. En 1985, el doctor Víctor Paz asumió la Presidencia. "De Siles sólo envidio a su ministro de Salud”, dijo Paz en esa época. Torres-Goitia asumió entonces otros caminos sin dejar nunca el compromiso. Fue invitado a Lima para trabajar en el Ministerio de Salud y de allí pasó a trabajar en diferentes organismos internacionales, siempre organizando la participación popular en salud.
"Se replicó la experiencia boliviana en prácticamente toda el área andina y luego en Centro América. Con la participación popular en salud, nos olvidamos de la política y trabajamos por la salud”, asegura el doctor Torres-Goitia.
Han pasado lustros de esas luchas. En los últimos años, Torres-Goitia ha dedicado su tiempo a la investigación -acaba de terminar un libro sobre la experiencia de los comités de salud en Bolivia-, la docencia, la familia y el tenis. "Yo no entiendo la vida fuera del trabajo. Hay que seguir mientras estemos en este mundo y se trata de ponerle vida a los años”, dice el doctor y a su lado, dulce, su esposa le da razón.
HOJA DE VIDA
Estudios Javier Torres nació en Sucre y estudió medicina en la Universidad San Francisco Xavier.
Especialidad Se especializó en Nutrición, Salubrismo y Sociología en Chile, México y Lima.
Cargos Fue ministro de Salud en los gobiernos de Juan José Torres y Hernán Siles.
No comments:
Post a Comment