T enía diez años en 1979 cuando David Ferrufino vio un reportaje sobre la afamada marca alemana BMW en un programa de Transtel y a partir de ese momento soñó con trabajar en una de las compañías automotrices más grandes del mundo. Esa visión se hizo realidad sobre la base de su esfuerzo, perseverancia, compromiso y un ideal que entonces parecería inalcanzable.
Ferrufino, un cochabambino de 46 años, es líder de la línea de producto de automóviles Mini dentro de BMW Group, en Múnich, Alemania y Oxford, Inglaterra, plantas que tienen más de 106.000 funcionarios. Muchos de ellos están directamente o indirectamente bajo su mando en diferentes países y su agenda es tan apretada que la tiene llena hasta 2016.
El BMW 5 Gran Turismo fue la creación que lo llevó a la fama mundial, con amplia cobertura en los medios europeos. Se encargó de todo el proceso de desarrollo y producción hasta su lanzamiento al mercado mundial en 2009.
El trabajo de excelencia que lideró para lanzar al mercado ese nuevo modelo significó la planificación, organización, coordinación y liderazgo de los mejores ingenieros y diseñadores de carrocerías e interiores para lograr la elección correcta que satisfaga los gustos más exigentes del cliente.
"El cliente es el rey y no discutimos con él”, dice Ferrufino convencido de que "el amor al detalle y a la alta calidad” es lo que cautiva a un gran segmento global de personas que gustan de la marca BMW, una de las compañías líderes mundiales en ventas, diseño, producción y fabricación de automóviles BMW, Mini y Rolls Royce.
"Los grandes no comen a los pequeños, sino los rápidos a los lentos”, es la filosofía que este destacado boliviano adoptó para su vida.
El ingeniero de diseño y construcción de vehículos vive hace más de 28 años en Alemania y afirma que "el tiempo es valioso”.
Cada semana comienza para él con una recargada agenda en diferentes países, donde trabaja con las empresas mundiales subsidiarias y los proveedores exclusivos de piezas y repuestos.
Los lunes está en Múnich (sede de BMW) y los demás días viaja en jets de la empresa o en líneas privadas: los martes a Holanda, miércoles y jueves a Londres y Oxford o en caso necesario a Austria o a las fábricas de los proveedores exclusivos de piezas, para finalmente retornar el viernes a Múnich. Su metodología de trabajo sigue estrictamente valores de la cultura alemana: puntualidad, orden y formalidad.
Una de sus dos secretarias prepara cada media hora sus reuniones con ingenieros de desarrollo de vehículos o con representantes de firmas de proveedoras de piezas y partes automotrices, incluso a la hora de almuerzo.
En sus reuniones de negocios, procede con exigencia, en la lógica de que en cinco minutos se explica la problemática y sus causas, en 10 minutos se discute e intercambian argumentos sobre el tema, en cinco minutos toma una decisión y el tiempo restante de 10 minutos se emplea para planificar los pasos a seguir para solucionar el problema.
El SECRETO DEL ÉXITO
"Tener un sexto sentido, ver y planear las cosas más lejos del borde del propio plato, ver toda la mesa y más allá de ella, además de conseguir las cosas con trabajo propio”
son los pasos que aseguran el éxito de las personas, en la concepción de Ferrufino.
"Un líder nace”, afirma convencido de que su aporte en la BMW se basa en un gran trabajo de equipo de muchas áreas bajo su responsabilidad (desarrollo, producción, ventas, financiamiento, contabilidad, patentes, pre-desarrollo y producto final).
Una de sus metas es hacerse cargo de una planta de producción de BMW y regresar a Bolivia en unos años para consolidar un ambicioso emprendimiento empresarial.
"Soy del partido de la sociedad que pertenece a todos con libertad de pensamiento y creo en el respeto al prójimo. Creo en el ser humano y que no hay que hacer ningún daño a nadie”, dice David.
Según este visionario, a Bolivia le hace falta educar a los niños con vocación de ser ganadores y ayudar a ganar a otros. "No trabajamos por el primer puesto, a diferencia de los alemanes, que es lo que enseñan desde la infancia”.
Para alcanzar un sueño, primero hay que visualizarlo para llegar a consolidarlo con acciones concretas. Así actuó David Ferrufino y gracias a ello hoy ocupa un lugar privilegiado.
Observa desde la distancia, y en su viaje que hizo a Cochabamba, que Bolivia crece rápidamente pero no ordenadamente, olvidando la infraestructura y con falencias en sectores clave como la seguridad social, jurídica y financiera.
Opina, además, que en el país no se está tomando en serio el problema del medioambiente, cuyos efectos negativos recaerán directamente sobre "nuestros hijos, que no van a vivir tan bien”.
Cuando está lejos del país, David extraña a su familia materna y paterna, a los amigos, gente con la que comparte calidad de tiempo y confraternización, porque ellos forman parte importante de su pasado, presente y futuro.
el fútbol
y la FAMILIA
Casado desde hace 13 años con Mercedesz Brandeis, Ferrufino tiene tres hijos: David, de 12 años, Lukretia, de nueve y Shania de seis, con quienes disfruta de la vida y comparte sus enseñanzas. En vacaciones de invierno van juntos a esquiar a los Alpes, mientras que en verano viajan por Hungría, Francia o España.
La práctica del fútbol con sus amigos en Múnich está presente en la rutina de David, quien además se confiesa wilstermanista de corazón e hincha del Bayern de Múnich.
Los libros que lo inspiraron están relacionados con la fundación de empresas como Google y Apple, megacompañías innovadoras que tuvo la oportunidad de conocer personalmente y son fuente de inspiración y ejemplo para cualquier persona que desea alcanzar el éxito.
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