HACE UNAS SEMANAS RECIBIÓ UN MERECIDO RECONOCIMIENTO DE LA ORGANIZACIÓN INTERNACIONAL PARA LA CAPACITACIÓN E INVESTIGACIÓN MÉDICA (IOCIM) | MÁS ALLÁ DE SU INNEGABLE CAPACIDAD PROFESIONAL, SU GRAN CORAZÓN Y VOCACIÓN DE SERVICIO A LA SOCIEDAD EN GENERAL, LO CONVIERTEN EN UN HOMBRE EXCEPCIONAL.
El cochabambino Fernando Peña, bachiller del colegio La Salle, estudió medicina en la UMSS, de donde se recibió de médico el año 1969. Realizó su año de provincia de servicio social en Sacaba y se especializó en cirugía plástica.
“Pensé que esta maravillosa especialidad serviría para atender a la gente que más necesitaba, porque significaba mejorar no sólo su aspecto físico, sino psicológico y mental. Existen muchos pacientes atingidos con innumerables enfermedades congénitas y adquiridas por accidentes o por fenómenos naturales que alguna vez originan daños importantes”, explica.
“Mi padre era maestro y recuerdo que cuando éramos niños y nos enfermábamos mi hermano y yo, mi padre llamaba a sus amigos médicos quienes nos atendían con mucho cariño, con mucha diligencia. Algo que me impactó es que nunca nos cobraban por la amistad con mi padre. Eso me inspiró mucho en mi vida a estudiar algo con que puedas servir a la gente”, cuenta.
“Esa necesidad se acrecentó aún más cuando mi madre fue operada de un tumor en su parótida y, lógicamente por el tipo de cirugía, le cortaron el nervio facial y quedó con una parálisis facial definitiva. Prácticamente la perdí en vida porque no quería salir a la calle, no me acompañó en mi graduación de médico, en mi matrimonio, porque se acomplejaba porque tenía la cara torcida; fue otro de los aspectos que influyó en mi para especializarme en cirugía plástica. Tomando en cuenta que en el país además no había quién haga esa especialidad”, dice.
SU ÁMPLIA EXPERIENCIA
El Dr. Fernando Peña fue hace 40 años el primer médico en Cochabamba en realizar una cirugía plástica, después de haber concluido sus estudios en la Universidad Autónoma de México (UNAM), donde se fue el año 70 y retornó a principios del 75.
“Regresé a Bolivia y no encontré un buen terreno laboral, primero porque la gente no sabía lo que hacía la cirugía plástica y segundo porque en ningún hospital me aceptaron para que ingrese como adscrito, visitante, o médico de planta, se me cerraron las puertas en mi ciudad, el lugar donde nací”, asegura.
“Pensé encontrar un campo amplio, el primer año se me hizo imposible la vida y el segundo y tercero de estar en Bolivia, me tuve que ir al Beni a trabajar. Encontré un amigo beniano Dr. Eloy Ávila Alberdi que me ayudó para que entre a trabajar a un hospital allá. Para mí, el Beni fue un libro abierto. Estuve en Trinidad, Guayamerín, Riberalta, fueron maravillosas experiencias porque encontré mucha gente con el problema del labio abierto o leporino, mucha gente con secuelas de quemaduras. Realmente fue un lindo lugar para comenzar a trabajar, le di toda mi fuerza, todo mi conocimiento a esa gente, resolví cientos de problemas, la gente me llegó a querer mucho. Yo iba de un pueblo a otra y no tenía ningún inconveniente en recorrer por esos hospitales y brindar cariño y afecto a esa gente, de esos rincones olvidados que hay en el Beni”, cuenta.
“Fue un gran sacrificio para mí, separado de mi familia, no había cómo ir y venir. Pasados los dos años, nuevamente volví a Cochabamba esperando encontrar un ambiente más flexible y realmente encontré gente que me extendió la mano y fue muy generosa conmigo. Me brindaron un consultorio para poder trabajar, me derivaron pacientes para que comience a realizar las primeras cirugías que había en Cochabamba”, dice Peña.
LA EVOLUCIÓN DE LA CIRUGÍA PLÁSTICA
“La cirugía plástica es una especialidad que evidentemente ha sufrido, como todas las especialidades médicas, cambios importantes. Tuve la oportunidad y suerte de formarme en un hospital en México, que era un hospital general que permitía hacer cirugía estética y reconstructiva, cosa que no ocurría en los otros hospitales de seguro social; ese hospital general me dio las herramientas necesarias, era como el Viedma, que recibe todo tipo de pacientes y le permite a uno desarrollar su trabajo, su especialidad con amplitud, con libertad”, dice.
“Siempre fui ético y moral en mi vida en general, porque uno asume un trabajo con el compromiso de atender a los asegurados en todas sus necesidades; ese es mi concepto. Creo que la seguridad social debe ser enorme, amplia, sin escatimar gastos ni tratamientos. Esta evolución que ha sufrido la especialidad, evidentemente ha sido técnica, han sufrido con la aparición de especialidades afines como la microcirugía, que es un gran ayudante de la cirugía plástica, para hacer los colgajos a distancia, tener la posibilidad de hacer el restablecimiento circulatorio para permitir la vida de ese colgajo, un injerto de piel simple no necesita de esa tecnología pero hay defectos que son mucho más severos y exponen estructuras anatómicas más difíciles de cubrir como los tendones, los huesos, ahí se utilizan estos recursos colaborados por el tema de la mircrocirugía”, dice.
Como toda especialidad, ha tenido sus cambios incluso en el tipo de patología, antes no existía el tema de la liposucción, por ejemplo. Cuando me formé en México no se conocía ese procedimiento. Este procedimiento data de unos 15 a 20 años atrás, donde mis colegas los más jóvenes vienen y traen esa tecnología que la están usando en beneficio de los pacientes. Ese es un cambio de la patología, es una necesidad que en vez de hacer cortes grandes, se hacen pequeños, explica.
Yo me formé con la cirugía craneofacial, esas deformidades congénitas de la cara, por falta de desarrollo óseo, aparecían las niñas con ojos saltados, con defectos de mordida, defectos de masticación, problemas digestivos. La cirugía plástica creó este mecanismo de cirugía craneofacial con gran movilización de segmentos óseos y con aplicación de injertos de hueso, que han permitido mejorar la cara y la vida de esas personas, indica.
“Últimamente, se está trabajando con el uso de láser para hacer liposucciones, ese es un gran adelanto que podríamos tener, la aplicación del láser en ese tipo de cirugías”, explica.
RECONOCIMIENTOS RECIBIDOS
El Dr. Fernando Peña, recibió el pasado mes de noviembre en República Dominicana, un importante reconocimiento de la Organización Internacional para la Capacitación e Investigación Médica (IOCIM).
“Fue un momento muy emotivo, cuando recibí a través del internet cartas de la coordinadora de la IOCIM. Me dijeron que hicieron una evaluación en los lugares que me ha tocado desarrollarme como profesional y decidieron darme un premio al mejor profesional de mi país, para mí fue muy grato recibir esa agradable y apremiante noticia”, asegura.
En la IOCIM participan quince países de Sudamérica, Centroamérica y el Caribe; éstos países, a través de sus personalidades médicas, son partes de este organismo.
“Me dijeron que tenía que ingresar a la Organización y debía llevar un trabajo de mi experiencia profesional. Durante un mes aproximadamente, preparé el trabajo que ha sido el producto de mi experiencia en atender pacientes en la seguridad social”, dice.
“El trabajo que presenté fue sobre los tumores de la piel, de mi experiencia con seguros y práctica privada y generó muchas preguntas durante el evento.
Fue muy favorable la forma en la que la se ha manejado a los pacientes y la profesionalidad que le ponía a cada caso. El comité organizador había tenido un comité calificador dentro de los asistentes, para que entre los 50 trabajos que se presentaron, sólo calificarían a los dos mejores. En el Congreso había pediatras, oncólogos, nutricionistas, fue un conglomerado de trabajos que nos han llenado de información de medicina. Posteriormente, me hicieron la premiación por ser un buen profesional en Bolivia y pasada la cena me dieron la noticia que nos premiarían a un doctor mexicano y a mí, por los trabajamos que presentamos. Fue una emoción maravillosa saber que mi ingreso y aporte a ese organismo fue favorable. No encontraba palabras para agradecer esa generosidad, pero en mi alocución, al recibir el premio, les dije: “todas las personas tienen un baño de humildad cuando reciben un premio de estos, y dicen estoy recibiendo un homenaje inmerecido. Yo les quiero decir a ustedes, colegas de IOCIM, que yo sí estoy recibiendo un homenaje merecido porque he trabajado por la gente y para la gente”, cuenta el Dr. Peña.
Por otro lado, cuenta que al exponer su trabajo en el marco del Congreso en República Dominicana, Peña presentó dos diapositivas: una la flor de la kantuta, flor de la bolivianidad y una de una playa del Pacifico.
“Ahí es donde hago a mis autoridades nacionales un pedido de diálogo respetuoso y conciliador para que el país vecino nos escuche y permita un acceso soberano al mar”, dice.
LA CIRUGÍA PLÁSTICA EN BOLIVIA
“Creo que desarrollé con mucho cariño la especialidad de cirugía plástica en el país; atendí como debe ser, nunca pretendí enriquecerme, he servido a la gente. Por otro lado, he formado gente sin ningún egoísmo, he mandado gente a México, he capacitado gente en otros aspectos, cuando me ha tocado estar en otros niveles administrativos, pero siempre he sido un convencido de que mi especialidad es para servir a la gente y no para servirme de ella. Eso me enseñó un tutor en México, el maestro Fernando Ortiz Monasterios, que es una figura mundial y tuve el privilegio de ser su primer residente boliviano”, asegura.
“La cirugía plástica en Bolivia es una especialidad que ha tomado carta de ciudadanía, a mi como pionero me costó entrar a un hospital, en ninguno se tenía consignado el tener un cirujano plástico. Hoy en día todos mis colegas trabajan en instituciones de seguridad social, en los seguros, no hay uno que no tenga trabajo. Hace 40 años fui el único, fundé la Sociedad de Cirugía Plástica de Cochabamba cuando éramos siete, que era el requisito del Colegio de Médico”, indica.
Hoy en día es una especialidad muy importante, vinculada con las demás especialidades, ha tomado carta de ciudadanía porque ya es parte del núcleo médico de este país. Hay cirujanos plásticos en todo el país, creo que es muy importante haber traído la semilla de esa especialidad, haberla dado a conocer, cuando recién llegué y comenzar a trabajar mostrando la especialidad, explica.
“Lo que un poco me entristece es que nunca he recibido un reconocimiento por parte de mis colegas, por parte de mi país y he tenido este premio internacional que realmente para mí ha sido recibir unas joyas preciadas que lógicamente las voy a tener en un lugar de lo más preferente en mi casa y cada día me van a recordar lo que eso significa para mí. Están premiando lo que yo he sido por los pacientes, lo que yo he hecho por ellos y lo que seguiré haciendo si Dios me lo permite”, concluye el Dr. Peña.
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