Monday, January 25, 2016

Luis Ríos Quiroga, sucrense de pura cepa



El profesor Luis Ríos Quiroga es un incansable investigador de la literatura y el folclore boliviano, pero también un sucrense de pura cepa, un personaje que pasea por las calles de la capital el donaire de épocas pasadas y gozadas con su humor singularísimo.

Miembro de la Academia Boliviana Española y de la Academia de la Mala Lengua Chuquisaqueña, sonrisa permanente y ojos siempre despiertos, fue durante 30 años docente de Literatura en el Colegio Nacional de Junín (así escrito correctamente, a expresa aclaración de Quiroga).

Ni duda cabe un intelectual, fuente permanente de consulta para publicaciones públicas y privadas, cuyo inconfundible sello personal sale a relucir en cada relato de hechos olvidados por la mayoría y que él no solo recuerda, sino que actualiza de inmediato comparándolos animosamente con situaciones presentes.

Alegre, irónico y a la vez crítico, puntilloso, sorprende con su memoria de elefante y una lucidez a prueba del tiempo.

ECOS. ¿A partir de qué edad sintió inclinación por la literatura, por las letras?
LRQ. Mi inclinación por la Literatura fue una cuestión espontánea, pero la vocación se demostraba con recitaciones y composiciones breves gracias a la entrega total que tenían los profesores hacia los alumnos.
Yo recuerdo con mucho agrado que mi profesora me invitaba a su casa a tomar un té con galletas para que reforzara la lectura y la escritura, de esa manera estaba induciéndome a que pusiera mejor atención y amara la lectura y la redacción.
Atribuyo mi inclinación por las letras a la entrega total de mis profesores; para canalizarla y luego expresarla a través de publicaciones. Y desde luego, tengo que agradecer la orientación literaria y la disciplina en la investigación a don Gunnar Mendoza; en el Archivo y Biblioteca Nacionales de Bolivia no nos dejaba solos, supervisaba nuestro trabajo e indicaba qué camino debíamos seguir.

ECOS. ¿Usted se ha casado o ha tenido hijos?
LRQ. No, tuve la mala suerte de perder a dos novias. Sin embargo, yo tengo un hijo adoptivo, que sigue pasos parecidos a los míos; he notado que tiene una vocación para las letras, estudia la carrera de Comunicación Social.
Yo me alegro que sea muy entusiasta con esta su vocación. Le digo siempre que esta pequeña biblioteca (la habitación donde se desarrolla la entrevista) es un pequeño templo donde se reverencia a los autores que corpóreamente ya no están, pero que nos hablan a través de sus obras.

ECOS. Coméntenos sobre la experiencia que tuvo y tiene hasta ahora como fundador e integrante de la mítica Academia de la Mala Lengua Chuquisaqueña.
LRQ. La Academia de la Mala Lengua Chuquisaqueña es una institución a la que pertenezco y todavía está en pie. También la integraron don Gunnar Mendoza, Hugo Poppe Entrambasaguas, don Manuel Giménez Carrazana, el historiador René Arce Aguirre, doña Beatriz Rossells, Rosario Arrieta, don Gonzalo y Ramiro Gantier, Carlos Morales y Ugarte, Carlos Condarco, Agar Peñaranda, Fidel Torricos, Mariano Arrieta, Carlos Castañón Barrientos, Elena Fortún… nuestras reuniones eran de forma rotativa y sin fecha señalada.

ECOS. ¿Tiene en mente alguna anécdota de esas reuniones?
LRQ. Recuerdo que en una ocasión nos reunimos en la casa de don Hugo Poppe, que tenía un hermoso piano de cola. Ahí don Fidel Torricos se lucía con la interpretación de la música popular boliviana, y ese día tocó tan inmaculadamente un bailecito sucrense que, emocionado, don Gunnar Mendoza se puso de pie y le besó las manos al artista. Fidel Torricos medio que se amargó por la emoción y dijo: “es la mejor condecoración que he recibido”.
Y cuando nos reuníamos aquí, en mi casa, don Gunnar, contrariamente a lo que se lo conocía, como un hombre adusto, era un chuquisaqueño más, puesto que tocaba la guitarra con gusto exquisito, gustaba mucho de las cuecas y bailecitos del cancionero popular sucrense, y yo cantaba.

ECOS. ¿Bien afinado?
LRQ. Diría que con mucho entusiasmo. Es así que un día, en 2014, se presentó en mi casa la escritora y miembro de la Academia de la Mala Lengua, doña Beatriz Rosells, acompañada de unos guitarristas, invitándome para ir a un estudio de grabación; ¡no pude negarme…!
Grabamos para la historia de la música popular chuquisaqueña un CD pequeño, bajo el título de “Embrujo del pañuelo”. La musa inspiradora para este trabajo fue la chola chuquisaqueña (muestra una foto antigua de una bellísima mujer con rasgos europeos, a la que conoció ya anciana, según comenta).

ECOS. Además de la escritura y la lectura, ¿qué le gusta hacer en su tiempo libre?
LRQ. En las reuniones sociales a mí me gusta olvidarme de toda faceta intelectual, y se pone a flor de piel mi genio alegre, y comienzo a bailar, a difundir nuestra música popular a través de las cuecas, donde destaca el donaire y la elegancia y el bailecito donde se aprecia el zapateo.
Les digo siempre que la cueca sucrense tiene una introducción y dos partes, y que el bailecito sucrense tiene una introducción y tres partes.
Además, algún poeta estableció una diferenciación entre las dos danzas: la cueca es orgullosa y no pide disculpas, por eso hay que sacar el pañuelo que queda junto al trasero del pantalón; en cambio el bailecito es humilde y pide disculpas, hay que bailar con el pañuelo sacando del bolsillo que está junto al corazón (relata riendo).

ECOS. ¿Qué opina de la tecnología y las redes sociales, que en la actualidad acaparan la atención en el mundo entero?
LRQ. Las redes sociales son buenas para el siglo en el que vivimos; como profesor, me imagino que el internet es muy beneficioso para los alumnos, pero con una previa explicación sobre el uso correcto que se le debe dar.
Muchos me cuentan que la mayor parte de los profesores, para cualquier tarea, les encargan a sus alumnos que consulten el internet. Pregunto: ¿Entonces qué hacen dentro del aula los maestros? Porque el internet sin explicación es una copia, ¿y qué puede aprender el alumno de la copia?
Asimismo estoy en contra de la televisión, que ha cortado el desarrollo de la imaginación y la fantasía de los alumnos. (Estos) ahora no pueden redactar ni una línea cuando se les pide; de igual forma ocurre con la resolución de las cuatro operaciones de matemáticas: suma, resta, multiplicación y división. Es decir, sin el aparatito ellos no pueden hacer nada… Las señoras que venden en el mercado podrían ser unas excelentes catedráticas, porque dominan las matemáticas.

Rumbo a la segunda década del nuevo milenio, la vida de este estudioso chuquisaqueño transcurre entre la asistencia constante a actividades culturales y el análisis de nuevas publicaciones de escritores locales, nacionales y extranjeros.

Se pasa las horas recordando glorias de las décadas de oro, evocando momentos inolvidables y picarescos que vivió junto a los integrantes de la Academia de la Mala Lengua, y saboreando los platos tradicionales acompañados, por supuesto, con una deliciosa chicha, que se sirve de acuerdo al calendario folclórico de Sucre.

“Cada fiesta tiene su bebida y su plato típico correspondiente. En Todos Santos se sirve el mondongo, que se prepara con carne de cerdo acompañado de…”. Y comienza un nuevo relato el investigador costumbrista, orgullo y eminencia, también y sobre todo, a la hora de hablar de las tradiciones de su tierra…

Hoja de vida resumida

- Los padres de Luis Ríos fueron Luis Ríos Martínez y Amalia Quiroga de Ríos. Estudió en la escuela primaria Daniel Sánchez Bustamante, bajo la dirección del pedagogo Alfredo Vargas, e hizo la secundaria en el colegio del Sagrado Corazón, de la Compañía de Jesús.
- Realizó los estudios superiores en la Escuela Normal de Preceptores, graduándose como preceptor en literatura y gramática española.
- Sus actividades se centralizaron en el ejercicio docente para promover, organizar y ejecutar actividades culturales. También se dedicó a la investigación y publicación de artículos, revistas y libros de su especialidad.
- Colaboró en las páginas de “Primera Plana” del diario Presencia Literaria de La Paz; El Mundo de Santa Cruz y Correo del Sur de Sucre.
- Entre sus escritos publicados destacan: “Nuestro idioma popular en la Chaskañawi”, “Bohemia sucrense, pensamiento y obra”; “Tradiciones Sucrenses”, “Calendario folclórico de Sucre”, “Jóvenes poetas modernistas en Sucre”, “Jaime Mendoza nativismo y folclore” y “Colegio Nacional de Junín, facetas histórico literarias”.
- Ríos Quiroga mereció distinciones importantes por su larga actividad cultural, como la Orden Boliviana de la Educación en el Grado de Comendador. Recibió el Escudo de Armas de Chuquisaca; la condecoración Heroína Juana Azurduy de Padilla, en el grado de Honor Cívico; en 2015 fue declarado “Ciudadano Predilecto de Sucre” por el Concejo Municipal.
- Es fundador y donante del Museo Iconográfico del Escritor Chuquisaqueño, con base en la unidad escolar La Recoleta.


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