Maite Tarilonte formó parte de los equipos de diseño de vestuario de las películas españolas Blackthorn (Mateo Gil, 2011) y Nadie quiere la noche (Isabel Coixet, 2015). Ambos ganaron en la categoría Mejor Diseño de Vestuario de los Premios Goya 2012 y 2016, respectivamente.
Ella sólo asistió a una premiación Goya, pero no cuando las películas antes mencionadas estaban nominadas. En realidad, fue junto al actor boliviano Juan Carlos Aduviri, cuando él estaba nominado por el filme También la lluvia (Icíar Bollaín, 2010), en el que ella había trabajado.
Tarilonte, de padre español y madre orureña, ahora se abre campo en la industria del cine europeo, pues fue convocada para formar parte, nuevamente, del equipo de diseño de vestuario de la nueva película del español Mateo Gil.
Cuando se realizó la premiación de este año en febrero, ella estaba en el país. Se enteró por familiares -que la llamaron para felicitarla- que su equipo, liderado por Clara Bilbao, había ganado. "Es bonito ver cómo la gente se ilusiona por ti”, contó. Luego de una marea de felicitaciones, ella viajó a España, donde vio la famosa estatuilla del Goya.
Tarilonte tuvo sus primeras experiencias con lo audiovisual en su época colegial, cuando su profesor Iván Molina la motivó a involucrarse en el cine. Ella considera que gracias a esta persona encontró su vocación. "Básicamente he estudiado esto por él”, indicó.
En esas épocas, ella formó parte de un cine club. "Me encantó, pero no había muchas posibilidades de estudiar cine”, recordó. Entonces, decidió ingresar a Comunicación Social, para luego obtener alguna especialización relacionada con el mundo del celuloide. Al cursar su carrera ya tenía cierto interés por la comunicación no verbal.
"Justo cuando terminaba la carrera decidieron abrir cine en la (Universidad) Católica”, contó. Ella ingresó a esa nueva carrera y cuando aún la cursaba tuvo la posibilidad de hacer un corto con la directora Adriana Montenegro. "Me he metido a vestuario porque me llamaba la atención, pero nunca lo había hecho”, recordó. Gracias a esa experiencia conoció a Regina Calvo, quien ya había trabajado con vestuarios.
Poco después, Calvo la convocó para participar en el filme Quantum of Solace (2008) de la saga de James Bond. "Esa fue mi primer película grande”. "Yo había hecho un corto y me fui a James Bond”.
Tarilonte viajó junto a Pilar Groux a Panamá, donde se rodaron las escenas que en la película, supuestamente, ocurren en Bolivia. Participar en ese filme fue como un "sacudón”. "Ves el Making of... de películas y dices ‘cómo será ese mundo’”. "Y de pronto entrar, ver y ser parte del equipo ha sido una locura”.
La estadía en Panamá duró 15 días, tras los cuales retornó al país. No tardó en tener una nueva oportunidad, pues fue convocada por Groux, que estaba a cargo del vestuario de la película Escríbeme postales a Copacabana (2009). "Entré y esa fue mi primera película entera”, sostuvo.
En Quantum of Solace aprendió sobre luces, cámaras, despliegues, protocolos y más; pero con Escríbeme postales a Copacabana participó en todo el proceso técnico, que comienza con la lectura del guión.
Tiempo después participó en el western Blackthorn. Para esa producción llegó la experta en vestuario española Clara Bilbao, quien convocó a Calvo y Groux, que a su vez, llamaron a Tarilonte. Como estaba a punto de terminar su carrera, ella pensaba irse a Alemania. Entonces, Bilbao le propuso: "Por qué no te vienes a España, si me sale trabajo, trabajamos”.
Así, en 2010, decidió irse a España, donde comenzó a colaborar con Bilbao y Alberto Valcárcel. "Hemos hecho un equipo muy fuerte los tres”, contó al explicar que Bilbao diseñó el vestuario de Nadie quiere la noche.
Con esta película cumplió el sueño de trabajar con su actriz favorita: la francesa Juliette Binoche. "Trabajar con ella fue un aprendizaje increíble”, contó al explicar que la artista es de la personas que obligan, en el buen sentido, a dar todo lo mejor.
El filme Nadie quiere la noche está ambientada a principios del siglo XX. Para conocer la vestimenta de los personajes de un filme como éste se investiga en libros, películas y fotos. Y si no hay nada de eso se recurre a cuadros e incluso se visita museos. "Mientras más te puedas acercar, más real lo vas a hacer y vas a ser más respetuoso”, explicó.
Además, los vestuaristas siempre están conscientes de que trabajan con la imagen de un actor. Luego de los rodajes, la ropa de los protagonistas se debe guardar por un año, incluso hasta el estreno. Ello, porque es posible que una escena deba rodarse nuevamente.
A Tarilonte le pasó aquello luego del rodaje de la película de Mateo Gil llamada Proyecto Lázaro, pero también luego de terminar de rodar Cuerpo de Elite, en el que participa el actor Juan Carlos Aduviri.
Al final, quien decide qué hacer con la ropa comprada -también se alquila- es el productor, que es quien pone el dinero. "A veces se vende entre el mismo equipo, hay gente que se aficiona con las cosas. Termina el rodaje y se hace como una venta de garaje”, contó.
Tarilonte estará en Bolivia hasta agosto. En España participará en la nueva producción de Mateo Gil, lo cual tomará al menos 15 semanas. "Me gustaría quedarme aquí, pero si me salen películas allá, voy”, afirmó al explicar que luego piensa retornar hasta fin de año.
"Hacer un vestuario actual que no choque es una gran habilidad”
Maite Tarilonte participó recientemente en dos películas ambientadas en la época actual. Una de ellas es la cinta titulada Cuerpo de Elite (Joaquín Mazón, 2016), en la que actúa el boliviano Juan Carlos Aduviri, y la otra es Plan de fuga (Iñaki Dorronsoro).
En Cuerpo de Elite, los vestuaristas debían crear uniformes que fueran creíbles en su contexto. En realidad, al pensar en la ropa de los personajes se sigue un proceso de investigación, que implica responder a las siguientes preguntas: ¿de dónde viene?, ¿por qué se viste así? y ¿en qué momento de su vida está?, entre otras.
"Si todo se ha hecho bien, nadie se va a dar cuenta de tu trabajo”, indicó la experta.
En las premiaciones de los festivales de cine se suele creer que los vestuaristas de las películas de época tienen ventaja frente a los equipos de los filmes de época contemporánea. Pero, esto no siempre es así, según Tarilonte. "A veces es una trampa”, señaló.
En realidad, hay películas que no son de época, pero que tienen un vestuario tan bien escogido y diseñado, que no llama la atención. Esa es una señal de que los vestuaristas realizaron un buen trabajo.
"Si te parece normal, ése es un gran trabajo. Hacer un vestuario actual que no choque es una gran habilidad”.
En las últimas semanas, Tarilonte impartió un taller sobre diseño de vestuario en la Escuela de Cine y Artes Audiovisuales (ECA), cuyo contenido se fundamenta en lo que ella ha aprendido en sus años de experiencia.
"He pensado que lo mejor que yo puedo enseñar es la práctica, lo que yo he aprendido, porque yo no he estudiado diseño de vestuario”, aclaró la experta.
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