Sonia Falcone se consagró como artista contemporánea de renombre mundial cuando la obra “Campo de Color”, con la cual representó a Bolivia en la Bienal de Venecia, fue aclamada por críticos, coleccionistas y curadores.
Sin lugar a dudas, fue posiblemente la instalación latinoamericana más fotografiada por la prensa internacional en la feria Art Basel Miami Beach.
Pero para esta artista boliviana, es en el reconocimiento nacional donde encuentra un retorno al origen, donde se afianzan las raíces de su creación. Porque el lenguaje universal de su obra se nutre en lo más profundo de lo local. Por ello, se enorgullece de haber recibido, junto con Gastón Ugalde, el premio Nilo Soruco Arancibia, otorgado por el gobierno del Estado Plurinacional de Bolivia “por su valioso aporte a la preservación y conservación de las culturas de Bolivia”.
Durante la feria más importante de todo el continente, Art Basel Miami Beach, Campo de Color fue presentada simultáneamente en dos espacios reconocidos.
Fue presentada la semana pasada en la primera edición de PINTA-Miami, la feria de arte moderno y latinoamericano más reconocida de los Estados Unidos, como una de las obras centrales.
Igualmente, ocupó el espacio central de la Iglesia-Museo del Perú de nuestra Señora de la Merced, que contiene la más completa colección de arte colonial del occidente de los Estados Unidos y que celebra su pre-inauguración con una instalación de arte contemporáneo titulada “Campos espirituales”.
Organizada por Aluna Art Foundation (Adriana Herrera y Willy Castellanos), una reconocida organización de arte de Miami, esta exhibición propone un diálogo entre las obras religiosas del período colonial y sus piezas contemporáneas.
Gracias a una visión que unifica el pasado más remoto, donde yace la memoria de los pueblos prehispánicos, con la visión de los mundos conceptuales donde se proyectan los tránsitos del arte del presente, la artista cruceña, Sonia Falcone, irrumpió en el panorama del arte contemporáneo mundial hace apenas cuatro años, pero ha cumplido un periplo asombroso.
LOS
datoS...
De la artista…
Campo de color su obra más conocida, ha dado literalmente la vuelta al mundo. Inicialmente fue exhibida en la Bienal de Montevideo a comienzos de 2012 con 88 vasijas –metáfora de lo infinito- que contenían especias y sales de la tierra traídas de plazas de mercados en lugares tan distintos y distantes como Bolivia y Japón, o México e Israel.
Luego, su dimensión se extendió a 300 vasijas sobre las que se elevaban montículos de especias que eran una celebración visual y olfativa de la diversidad del planeta.
Tras itinerar a fines de ese mismo año al Museo de Arte Contemporáneo de Siberia, en Novosibirsk, viajó en 2013 a la Bienal Pop-Up de Dublín en Irlanda y a la feria de arte latinoamericano Pinta Londres.
Pero ahí no terminó su trayectoria: fue la pieza que se desplegó en los meses pasados en el escenario de la reunión del G-77, en Santa Cruz, por invitación del ministro de Culturas y Turismo, Pablo Groux.
La visión renovadora de Campo de Color que hace de la representación de lo heterogéneo –tanto colores y sabores tan diversos como indispensables- una metáfora que recuerda la posibilidad de celebrar las diferencias y reimaginar nuevas formas para el diálogo.
La unidad mundial, en donde haya lugar para cada pueblo y cultura, continúa siendo exhibida en distintas ciudades del mundo a fines del 2014.
No comments:
Post a Comment