Monday, August 31, 2015

María Peredo Guzmán/// Artista e investigadora boliviana gana la media beca de estudio internacional “Choreomundus”

María Peredo Guzmán, artista e investigadora boliviana, se fue a Austria a finales de 2011, gracias a una beca llamada Danceweb.

Allí tuvo la oportunidad

de tomar clases con íconos de la danza contemporánea, y luego de algún tiempo ganó media beca para el Master Internacional especializado llamado “Choreomundus”.

Este premio obligó a María a socializar el tema de la beca entre sus compatriotas, para poder recaudar el 50 por ciento restante del dinero, que le hace falta para asegurar su presencia en dicho curso.

Actualmente sus compañeros de formación de Santa Cruz están aportando económicamente para lograr esta meta.

Así: ¿En qué consiste esta beca?

María Peredo (MP): es un master internacional que incluye la investigación sobre los sistemas de baile y del movimiento, tales como las prácticas rituales, artes marciales, los juegos y teatro físico, entendidos como Patrimonio Cultural Intangible. El programa está a cargo de un consorcio de cuatro universidades y cada semestre se desarrolla en un país diferente.

Así: Sólo eligieron a 15 personas, ¿cómo te sentiste?

MP: Me sentí bendecida, porque fue un proceso durísimo, con muchas pruebas y requerimientos. Al saber la respuesta tuve un doble shock, porque supe que estaba aceptada y eso me llenó de alegría, pero al saber que no me daban la beca completa, se me cayó el mundo.

Así: Es una buena noticia pero... ¿qué hace falta?

MP: Debo reunir 5000 euros que cubrirán la mitad del costo de estudios; sino pierdo la beca.

Hasta ahora tengo recaudado 2500, gracias a la

donación de parientes, amigos, colegas artistas, desconocidos y otros, los que se han sentido inspirados por mi historia.

El último importe vino desde Santa Cruz, donde el colectivo “Arterias Urbanas” - del cual formo parte desde 2008- y el grupo ¨Fases¨ realizaron una serie de performances para recaudar fondos.

Sé que aún puedo llegar a mi meta, aunque no tengo mucho tiempo más.

Las personas que quieran apoyarme en este sueño pueden visitar mi página en: youcaring.com




Monday, August 10, 2015

Un boliviano es becado por la Fundación Grammy Latino

Sergio Gallardo es el boliviano ganador de una de las becas de "Asistencia Para Matrícula" que hoy anunció la Fundación Cultural Grammy Latino, que ayuda a 33 beneficiarios con un total de 600.000 dólares para completar sus estudios musicales.

Gallardo se hizo acreedor de la beca junto con otros 29 estudiantes de Brasil, Colombia, España, Puerto Rico, México y Venezuela.

Según explica la página web de la Fundación, con sede en Miami (EEUU), la beca de "Asistencia Para Matrícula" tiene un valor máximo de 10.000 dólares para cada uno de los estudiantes.

"Los ganadores de estas becas, además de pasar por limitaciones financieras para continuar sus estudios, tienen que tener dos cualidades para que estas se optimicen: talento y capacidad para hacer un esfuerzo enorme en su formación", dijo a la agencia Efe Manolo Díaz, vicepresidente de la Fundación Cultural Latin Grammy.

Por otra parte, un venezolano, una brasileña y un español son los ganadores de las tres principales becas, sumando así las 33 que otorgó la Fundación.

El pianista venezolano Baden Goyo (de 24 años), la cantante brasileña Mirella Costa (25) y el solista español Pablo Mirete (17) son los ganadores de las becas "Talento" que, por primera vez, otorga la Fundación.

Las becas Talento otorgan 100.000 dólares para carreras de cuatro años. Los ganadores tienen que haber sido aceptados previamente en las universidades en las que realizarán sus estudios musicales.

La Fundación además entregó este año la beca Enrique Iglesias, la mayor de sus ayudas, dotada con 200.000 dólares, a la saxofonista mexicana Itzel Salinas.

"Esta convocatoria nos ha dejado muy claro el talento y el potencial que tienen los estudiantes en Iberoamérica, pero también la falta de recursos económicos. Nuestros esfuerzos están orientados a ayudar y quisiéramos dar más. Por lo pronto esperamos pasar de 34 a 50 becas para el próximo año", finalizó Díaz.

Sunday, August 9, 2015

Bolivianos haciendo ciencia en el Centro Espacial de Alemania



Cuatro egresados y un docente de la Universidad Católica Boliviana (UCB), entre ellos un joven profesional chuquisaqueño, ganaron una convocatoria mundial ofrecida por la Agencia de Asuntos Ultraterrestres de la ONU, en coordinación con el ZARM (Centro de Tecnología Espacial Aplicada y Microgravedad), para desarrollar una serie de experimentos con Nitinol (biomaterial con memoria de forma) en condiciones espaciales. Por cinco meses trabajarán en colaboración directa con un experto de la Agencia Espacial Alemana y luego probarán el experimento durante dos semanas en las instalaciones del ZARM en Bremen, Alemania.

El ZARM es un instituto perteneciente a la Universidad de Bremen que posee la única Torre de Caída Libre de Europa, de gran importancia a nivel mundial porque allí se pueden probar experimentos en condiciones espaciales sin necesidad de ir al espacio. Esta situación permite estudiar nuevos equipos, materiales y sistemas para futuras misiones espaciales en forma barata.

Instituciones como la JAXA (Agencia Espacial Japonesa), DLR (Agencia Espacial Alemana) y ESA (Agencia Espacial Europea) realizan sus investigaciones en la torre del ZARM; la demanda del ZARM es tal, que sus instalaciones se reservan con un año de anticipación para cualquier investigación, explica a ECOS el sociólogo César Rojas.

El ZARM anualmente lanza una convocatoria a nivel mundial (financiada por la ONU) para que un equipo investigador de una universidad realice exploraciones en su laboratorio. Puede postular cualquier país que no cuente con un programa espacial; de esta forma, en 2014 ganó una universidad de Jordania y este año, el equipo boliviano.

La propuesta de investigación presentada por los bolivianos está relacionada con el estudio de materiales en el espacio y la verificación del funcionamiento de dispositivos médicos en astronautas.

La importancia
En el ZARM se realizaron investigaciones de astrofísica, biología y resistencia de materiales, entre otras, pero nunca un estudio de medicina.

“De esta forma, el Director del ZARM nos dijo que nuestra propuesta era realmente de gran importancia para ellos”, comenta a ECOS uno de los integrantes del grupo de investigación, el ingeniero chuquisaqueño Diego Rojas.

En mayo de este año, recibieron la carta de aceptación emitida por Takao Doi, primer astronauta japonés en ir al espacio y actual director de la Oficina para Asuntos Ultraterrestres de la ONU.

“Desde mayo estamos construyendo los experimentos propuestos. Se nos asignó al doctor Konneman (Director Adjunto del ZARM) como tutor del proyecto y junto a él hemos estamos avanzando en el diseño, prototipo final y pruebas terrestres del experimento”, explica Rojas.

Los experimentos
El equipo boliviano trabaja en tres experimentos, todos con Nitinol, un material desarrollado por la Fuerza Armada estadounidense que tiene la capacidad de cambiar su forma aplicando calor sobre el mismo.

El primer y segundo experimento buscan probar si la reconfiguración de dicho material en el espacio es el mismo que en la Tierra y si la fuerza de ruptura del Nitinol es similar al de la Tierra.

Con este fin crearon una máquina de tracción para medir la fuerza y realizaron distintos tratamientos térmicos al Nitinol, para que a temperatura ambiente tenga una forma y a 30 grados otra.

El objetivo del grupo es probar que una estructura de Nitinol puede ser usada en misiones espaciales en vez de usar complejos mecanismos con motores y actuadores, ya que este elemento cambia su forma con el calor (generado con electricidad).

Esto permitiría reducir el peso y el consumo energético de rovers, satélites y otros, generando enormes ahorros de dinero en el combustible requerido para enviar sondas al espacio. “No solo nosotros pensamos que es viable utilizar en misiones espaciales materiales con memoria de forma como el Nitinol, la NASA el año pasado realizó experimentos con otro material reconfigurable”, informa Rojas.

El tercer experimento, tal vez el más complejo, consiste en recrear un corazón artificial que permitirá saber cómo se comporta en el espacio. De acuerdo a la explicación de Rojas, colocarán un dispositivo médico hecho de Nitinol en el corazón artificial; así, intentarán probar que personas con cardiopatías y dispositivos médicos implantados pueden en el futuro viajar al espacio sin ninguna complicación de salud.

La beca incluye el seguimiento durante cinco meses de la construcción del experimento junto a un experto del ZARM, el doctor Konneman.

Asimismo, la ONU pagará pasajes y estadía del equipo en Alemania durante dos semanas. Según Rojas, lo más importante de la beca es que la ONU financia la utilización de la Torre de Caída del ZARM.

Durante una semana se capacitarán para realizar los experimentos y durante otros siete días efectuarán cuatro lanzamientos del experimento (uno por jornada). La torre mide 148 metros y tiene una caída de aproximadamente 9.6 segundos.

Durante la segunda semana, todo el instituto → →funcionará solo para el equipo boliviano.

Al finalizar el experimento, las conclusiones serán publicadas por la ESA en un artículo científico.

Necesidad de apoyo
La UCB, a través del Decano de Ingeniería y el Rector Regional, apoyó al grupo desde el comienzo de la postulación al programa y en el proceso de presentación del proyecto.

Se exigía que el grupo investigador perteneciera a una universidad y que los experimentos propuestos sean de relevancia para el programa investigativo. El ingeniero Fabio Díaz (tutor del programa), al ser docente de la Carrera de Ingeniería Mecatrónica e Ingeniería Biomédica, logró formar un grupo variado de estudiantes destacados de ambas carreras.

Pero, cabe señalar que la beca no cubre los costos de construcción del experimento, ni el envío del mismo a Alemania en octubre (un mes antes del viaje del equipo) para que allí terminen de acondicionar los experimentos que serán lanzados en la torre.

Sin embargo, Takao Doi le dijo al grupo en su carta que la ONU y el ZARM ven con buenos ojos la búsqueda de financiamiento gubernamental o académico para el experimento, y recalca su predisposición para enviar cualquier información necesaria y relativa al programa o al experimento.

En La Paz, la UCB les prestó sus laboratorios y equipos para construir el experimento. De igual forma, PFM les brindará los dispositivos médicos que se probarán, además de distintas máquinas y materiales.

Sin embargo, necesitan medir distintos valores como temperatura, fuerza, movimiento, presión de la sangre y otros con una precisión súper alta (pues en diez segundos deben tomar miles de datos); por esa razón los sensores, computadores y materiales deben ser especiales. “En este sentido, necesitamos apoyo económico para cubrir estos costos y para el envío del experimento”, acota Rojas al indicar que “es la primera vez que una institución latinoamericana se hace acreedora a esta beca y posiblemente sea la primera investigación boliviana en asuntos espaciales”.

Actualmente el equipo está en La Paz construyendo los tres experimentos, en coordinación, vía Skype, con el Director del ZARM.

EL EQUIPO GANADOR DE LA BECA

- Fabio Díaz Palacios: Ingeniero mecatrónico y docente de la Universidad Católica Boliviana (UCB), realizó estudios de investigación en la Universidad de Delaware, Estados Unidos.
- Diego Rojas Arancibia: Ingeniero mecatrónico, representó a Bolivia en las Olimpiadas Mundiales de Robótica en Corea del Sur.
- Gabriel Rojas Silva: Ingeniero mecatrónico, representó a Bolivia en las Olimpiadas Mundiales de Robótica en Abu Dabi.
- Jhon Ordóñez Ingali: Egresado de Ingeniería mecatrónica, estudió en la UCB con beca de la Fundación Hanns Seidel.
- Maritza Irahola Zalles: Egresada de ingeniería biomédica, obtuvo beca a la excelencia académica en la UCB.

DIEGO ROJAS, ORGULLO SUCRENSE

- Diego Rojas es chuquisaqueño, tiene 25 años y salió bachiller del colegio del Sagrado Corazón. Estudió Ingeniería Mecatrónica en la Universidad Católica Boliviana “San Pablo”, en La Paz, tras hacerse acreedor a una beca por excelencia académica que cubrió el 100 % de sus estudios durante los cinco años de la licenciatura.
- En 2011 participó representando a Bolivia en las Olimpiadas Mundiales de Robótica realizadas en Pohang, Corea del Sur.
- Salió profesional como “Distinguido con Honores”, con una calificación de 100 puntos en su proyecto final.
- Trabajó dos años en PFM (Empresa de desarrollo, creación y comercialización de dispositivos médicos para cardiopatías congénitas) como responsable de Optimización de Procesos.
- Realizó la automatización de un horno para la empresa Sureña y actualmente trabaja en la Cervecería Boliviana Nacional, después de llegar a ser uno de los 12 finalistas de una convocatoria a la que se postularon 544 profesionales.
- Hace un par de semanas se hizo acreedor a una beca ofrecida por el Gobierno de la República Popular de China para realizar estudios a nivel de maestría con todo pagado por dos años en la especialidad de Ingeniería Biomédica.

Saturday, August 8, 2015

Muere Roberto Vásquez, botánico destacado

Bolivia ha perdido a uno de los botánicos más destacados. Se trata de Roberto Vásquez Chávez, que ha fallecido a la edad de 74 años.

Nacido en Cochabamba, Vásquez Chávez estudió Botánica y Administración de Empresas en Estados Unidos. Durante varios años se dedicó a la investigación botánica, convirtiéndose en especialista en orquídeas. Gran parte de sus descubrimientos y aportes a la ciencia han quedado registrados en libros.

Fue miembro de diferentes instituciones ligadas a la botánica y a la defensa del medioambiente. Sus restos descansan en el parque Las Misiones

Thursday, August 6, 2015

Video ENTREGA PREMIOS MAYA

Oropeza ingresa a Numismática de Buenos Aires

El investigador potosino, Daniel Oropeza Alba, será enrolado como miembro del Instituto Bonaerense de Numismática y Antigüedad, de Buenos Aires, Argentina.
Será el primer miembro potosino en esta institución que se dedica a la investigación de la ciencia de la numismática desde 1872 y ser la más antigua de Argentina.
Daniel Oropeza informó que el martes pasado recibió la comunicación del representante de esta institución, Arnaldo Cunietti y que la ceremonia de entrega del diploma y medalla será el miércoles 19 de agosto.
Una parte de la nota de comunicación dice: “El sábado 1 de agosto has sido elegido miembro correspondiente del Instituto Bonaerense de Numismática y Antigüedades en Potosí… nos honra haber incorporado a una personalidad como la tuya, gran cultor de nuestra ciencia, inquieto investigador de la Villa de Potosí y más que nada un noble y buen amigo”.
Al final de la nota dice: “tu consecuente amigo, argentino de nacimiento y potosino de corazón, Arnaldo Cunietti”.
Oropeza mencionó que conoció a los miembros de esta institución en ocasión de presentar el libro “La falsificación de la moneda en la Villa Imperial de Potosí: siglo XVII”, durante las XXXIV Jornadas Nacionales de Numismática y Medallística desarrollado en agosto de 2014, en Concordia-Entre Ríos de Buenos Aires.
Oropeza organizará en Potosí la primera Convención Internacional de Historiadores y Numismáticos, en octubre de 2016.

Wednesday, August 5, 2015

Marcela Escobari dirige el Centro para el Desarrollo Internacional de esta universidad

En la secundaria, durante uno de sus voluntariados, Marcela Escobari conoció a un niño de casi dos años -completamente sano- que permanecía tendido en la cama de un hogar de niños huérfanos porque no había aprendido ni siquiera a sentarse, por el simple hecho de que no había nadie disponible para tomarlo en sus brazos.
Ésa fue una de las experiencias que marcaron la visión de vida de la economista. Tanto, que además de recordar hasta hoy -más de 20 años después- aquel capítulo, decidió hacer algo para cambiar las estructuras económicas y sociales de tal forma que hechos como ése no se repitieran.
"Yo quería ser médica, pero mis padres me decían que no, que era muy sacrificado, y que era mejor que vaya a tratar de resolver problemas que no sólo ayuden a niño por niño, sino resuelvan los problemas estructurales. Todavía no se si tenían razón, ya que mis padres tuvieron mucha gratificación en su profesión siendo médicos”, afirma Marcela Escobari, quien hoy es la directora ejecutiva del Centro para el Desarrollo Internacional (CID, por sus siglas en inglés) de la Universidad de Harvard.
Hija de dos pediatras, uno boliviano y la otra argentina, Marcela Escobari es la segunda de tres retoños que la pareja tuvo y educó en Santa Cruz, donde radicaron la mayor parte de sus vidas.

Familia, la base
Los padres de Marcela se conocieron en Buenos Aires en sus años universitarios, en la década de los 60. La familia Escobari, a la que pertenecía también el canciller Jorge Escobari Cusicanqui, con mucho esfuerzo había mandado al padre de Marcela a un internado jesuita y después a hacer sus estudios en la Universidad Pública de Medicina de Buenos Aires, ya que en épocas de la Reforma Agraria esta estirpe española de propietarios de grandes latifundios había sido despojada de casi todo.
A pesar de ello, Raúl Escobari, "por más que su familia perdió toda su fortuna -dice su hija-, siempre cuenta esa historia como un tema que fue muy importante para Bolivia, que dignificó al indígena; siempre destaca que la repartición de tierras era algo necesario, quizás no en esos términos, pero sí muy importante en la historia boliviana”.
Raúl siempre se identificó con la problemática social, desde Argentina. Muchos de sus amigos allá fueron desaparecidos o escaparon durante las dictaduras militares que comenzaron en 1966, a la cabeza de Juan Carlos Onganía (1966-1970), Marcelo Levingston (1970-1971) y Alejandro Agustín Lanusse (1971-1973).
Por ello, él siempre tuvo una fuerte conciencia social y quiso demostrar eso en su carrera, siempre fue médico en hospitales pobres, públicos y rurales.
La madre de Marcela, Irene, es judía, era una de las cinco mujeres de su clase de 300 futuros médicos y la mejor estudiante entre todos ellos. Siempre valoró por sobre muchas cosas el esfuerzo, la educación integral y la buena preparación académica, por ello fue quien más se empeñó en que sus hijos estudiaran en inglés.
"Crecí en una familia donde se ponía mucho interés en el desarrollo económico y social de la sociedad; muy arraigado a la realidad de Bolivia y a la historia y los principios de justicia social”, destaca la economista.
Colegio, la ventana al mundo
Marcela y sus tres hermanos fueron inscritos en el Colegio Americano de Santa Cruz, donde recibieron formación escolarizada en inglés. La etapa colegial para ellos estuvo marcada con logros académicos, pero también llena de contrastes entre su realidad y la de sus compañeros, la mayoría de mejores condiciones económicas.
En cada vacación Marcela acostumbraba trabajar o hacer voluntariados, y en época de clases se esmeraba también en el equipo de gimnasia olímpica de Santa Cruz y, pese a sus 1,55 de estatura, era capitana del equipo de baloncesto de su colegio.
"Hace poco comenté en una charla que di a un grupo de latinas de Boston que, en Santa Cruz, el currency (la moneda) era la belleza. Y ese, lamentablemente, no iba a ser mi ticket al éxito”, afirma con una sonrisa, "tenía que encontrar otros temas en los que pudiera destacar. Disfrutaba las competencias deportivas y culturales en La Paz y Cochabamba, donde tenía la oportunidad de decir: mirá, uno puede salir adelante en otros temas que no necesariamente son ser la modelo de algo”, argumenta Marcela.
En esos encuentros entre los colegios Americano, de Santa Cruz, y Calvert, de La Paz, Marcela recuerda que conoció a personas que hoy son profesionales de mucho éxito, como el boliviano Marcelo Claure, presidente de Sprint, una de las tres más grandes compañías de telecomunicaciones de Estados Unidos; y a Darko Zuazo Batchelder, presidente del Banco Mercantil Santa Cruz.
La obtención de excelentes calificaciones fue tanto para ella como para sus hermanos el aliciente para lograr becas y estudiar en un colegio caro, más en los tiempos de la hiperinflación, cuando sus pensiones mensuales llegaban a 100 dólares y los ingresos por mes de sus padres no pasaban de los 25.
Pero los pediatras Irene y Raúl, convencidos de su inversión, hacían muchos esfuerzos para que sus hijos tengan aquella educación. Su ahínco dio frutos cuando, tal como lo hizo su hermano, Marcela calificó -durante su último curso de colegio- a una universidad en Estados Unidos. Ella escogió la Universidad de Swarthmore, ubicada en Pensilvania.
Universidad, la consolidación de una visión
Swarthmore College es una casa de estudios superiores que aún hoy se caracteriza por tener currículas con fuerte enfoque académico y social. Muchos de sus estudiantes son activistas además de grandes ideólogos sociales y económicos; y ése era el lugar al que Marcela quería ir. Asimismo, su hermano mayor, que ya estudiaba en Harvard ese año, le aconsejó postular a aquella universidad.
Marcela cumplió con los requisitos de ingreso. Swarthmore es una de las pocas universidades en Estados Unidos que apoya con ayuda financiera a estudiantes internacionales con excelentes credenciales. De esa forma Marcela pudo estudiar con el apoyo de becas durante toda su carrera; pero además trabajó "de todo” durante la carrera.
En esos años participó en varias movilizaciones por los derechos de los trabajadores. Una de ellas fue en sus primeros años de universitaria, contra la Proposición 187, aprobada en 1994, en California, que le negaba derechos de educación y salud a los inmigrantes ilegales.
"Eso nos parecía injusto no sólo porque se trataba de gente migrante que ocupa los trabajos más difíciles en las plantaciones agrícolas, sino porque prohibirles los beneficios era completamente contraproducente, porque si a los migrantes les agarraba una pulmonía o cualquier enfermedad infecciosa podían contagiar al resto de la población. Es decir, no era una política inteligente, era simplemente una política xenofóbica y cruel”, asegura la economista .
Profesión, el servicio
Al salir con el grado de bachelor de Swarthmore College, ya había tenido experiencia con trabajos de desarrollo económico. Uno de ellos se realizó en un verano que pasó con los ayoreos, en un proyecto del Banco Mundial en la Chiquitania Boliviana.
"Sin embargo, después de graduarme decidí ir al sector privado, a la banca de inversión. Fui a J.P. Morgan en Wall Street porque quería aprender cómo operan los mercados internacionales, cómo fluyen las inversiones y cómo toman decisiones las grandes empresas”, cuenta Marcela. Fue una gran experiencia que después le beneficiaría en "entender cómo ayudar a insertar a las poblaciones más periféricas a las cadenas de valor internacional”, explica.
Así, en lugar de estar con botas y mochila y viviendo en la mitad de la Chiquitanía, ahora la economista estaba en Wall Street, en la meca financiera de los Estados Unidos.
Y como ya era hora de hacer el postgrado y lo que a ella le apasionaba era el desarrollo económico, en vez de hacer un MBA, decidió postular a la Escuela de Gobierno de Harvard, donde se dedicó al área de políticas públicas y desarrollo económico. Mientras estudió allá hizo algunos trabajos junto a sus docentes y realizó su tesis de maestría sobre las políticas públicas enfocadas en las tecnologías para el desarrollo.
"La idea era que estas tecnologías iban a tener un impacto grande en cambiar las posibilidades de los pobres. Hice mi tesis en la India, ayudando a las comunidades más remotas para que usen internet para conseguir trabajo e información de precios y no ser abusados por los intermediarios, para tener más control sobre su efectividad productiva”, explica.
Al terminar la maestría, en 2001, comenzó a trabajar en proyectos que implementaban el modelo de clusters industriales, propuesto por Michael Porter, en países de Latinoamérica y el Caribe. Aquellos consistían en que los mismos procesos y análisis estratégicos que ayudaban a mejorar la productividad en las empresas sean replicados en ciudades y países para que se vuelvan más competitivos.
En medio de ese trabajo, Marcela contrajo nupcias con Beran Rose, un norteamericano con quien había comenzado un romance cuando ella estaba en Harvard y él, en MIT. Se casaron en 2004, en New Orleans, Luisiana, el estado donde creció Beran, al sur de Estados Unidos.
Los padres, familia y algunos amigos de Marcela viajaron desde Bolivia y celebraron en una boda divertida y no muy grande, donde mezclaron varias religiones. La mamá de Beran era ministra de una iglesia cristiana y la familia de Marcela es mitad judía y, por su papa, mitad católica, por tanto, la boda incluyó partes de cada cultura.
Las respuestas a la visión familiar
En 2006 nació el primer hijo de Marcela y Beran, Nicolás Escobari Rose, por lo que la economista decidió dejar su labor en proyectos en países lejanos y dejar de viajar con su hijo en brazos. Dejó la consultora donde había trabajado de 2001 a 2007 gracias a que siempre mantuvo un vínculo con sus profesores de Harvard, pues lideraba los estudios en América Latina y el Caribe del grupo OTF. En noviembre de ese año fue llamada a ser la directora ejecutiva del Centro de Desarrollo Integral (CID) de Harvard.
Cuando fue nombrada a ese puesto, el CID tenía un presupuesto de un millón de dólares por año y un equipo de tres personas. Sin embargo, su empuje y el del personal lograron que hoy sea un instituto que resalta el nombre de la Universidad de Harvard, pues crea modelos de desarrollo económico muy innovadores que son tomados por varios organismos internacionales y países, y con fondos que superan los 10 millones de dólares y con 65 profesionales como parte del personal.
"Nuestras ideas de cómo crear diversificación y crecimiento, y nuestras metodologías y herramientas la utilizan en el BID, en el Banco Mundial, en oficinas de cooperación y en muchas organizaciones y países”, asegura. La experiencia en proyectos alrededor de todo el mundo le ha mostrado a Marcela una salida a los temas que tanto interesaron a su familia en su niñez y juventud.
"No se trata de capitalismo o no capitalismo, se trata de cómo usar a los mercados para crear riqueza, insertando en estos mercados a los más pobres. Y con esta riqueza crear un sistema de educación y salud con el cual que la gente tenga la posibilidad de acceder a una mejor vida”, finaliza la experta.
Sus padres aún viven y trabajan en hospitales de Santa Cruz, mientras ella, su esposo y sus dos hijos, Nicolás y Lucas, viven en Cambridge, Massachusetts.

Una boliviana formará parte del jurado del Premio Cervantes

El Premio de Literatura en Lengua Castellana Miguel de Cervantes, el máximo reconocimiento a los escritores, por segunda vez contará con una boliviana en el jurado, la periodista Verónica Ormachea Gutiérrez, fue notificada para el certamen en el mes de julio por la Unión de Universidades de América Latina y el Caribe (UDUAL).

“Es un honor para su persona y para Bolivia, formar parte del jurado de este importante premio de las letras hispanas que lo otorga el Rey de España”, indicó Ormachea.

Perfil. Verónica Ormachea es escritora, periodista, diplomática. Miembro activa de la Academia Boliviana de la Lengua correspondiente de la Real Española, Asociación de Periodistas de La Paz, la Asociación Nacional de Periodistas, el Círculo de Mujeres Periodistas y la Sociedad Boliviana de Escritores.

Premios. Entre los galardones que recibió figuran:

Mención de Honor Premio Nacional de Novela. 2006

Premio Franz Tamayo a la Creatividad Intelectual del Premio Nacional de Periodistas 2011.

Distinción como escritora destacada. Ministerio de Culturas de Bolivia 2009
Distinción a la periodista - Revista Cosas Internacional. 2008

Monday, August 3, 2015

Bolivianos de oro

Deportistas bolivianos que dieron grandes alegrías a Bolivia consiguiendo logros internacionales. Cómo olvidar a Bruno Rojas, que en los Jugos Olímpicos de Londres 2012 dio una inmensa ilusión ganando la primera ronda preliminar en 100 metros planos, hecho inédito en la historia del país.

Sin desmerecer la participación de Wálter Nosiglia en el Rally Dakar 2015, cuando logró el tercer lugar en el podio de los ganadores.

Sin dejar de lado la Sirena cochabambina, Karen Tórrez, que con más de 72 récords nacionales destacó en torneos internacionales superando sus mismas marcas.

Aún queda en la retina, el orgullo de los bolivianos al ver la actuación de la billarista Nataly Camacho, que en los Juegos Bolivarianos de Trujillo- Perú 2013 hizo hazaña ganando cinco medallas (dos de oro, una de plata y dos de bronce).

Sin duda grandes figuras del país que a su corta edad son promesas para el deporte boliviano en el futuro.