Monday, July 25, 2016

Falleció María Luisa Talavera, destacada pedagoga boliviana

Falleció María Luisa Talavera Simoni, destacada pedagoga e investigadora de la educación boliviana, labores a las que dedicó su vida. Sustextos son referentes y su participación en la reforma educativa de los 90 fueron sólo algunos de sus aportes.

"Lo que una sociedad dice de la educación, cómo es, cómo debería ser, nos informa mucho más que cualquier otro discurso acerca de la naturaleza y de los objetivos de esa sociedad”, es una de las frases que a modo de epígrafe Talavera dejó en uno de sus más recientes artículos.

La historiadora Rossana Barragán señala que Maria Luisa -como la llama con cariño- recorrió parte de su vida pensando en la educación. "Desde su tesis de licenciatura en 1986, hasta su tesis de doctorado, ha investigado y analizado la educación”.

Deja al país múltiples trabajos en los que refleja su pasión por dicho tema. "Su aporte va desde su reflexión sobre la reproducción ideológica en las aulas, al análisis de la escuela y la descalificación cultural, la deserción escolar; la formación de los maestros y sus resistencias”, indica Barragán.

Socióloga titulada en Educación, Talavera Simoni fue docente titular de la Carrera de Ciencias de la Educación desde l994 y, recientemente directora del Instituto de Estudios Bolivianos. Usando enfoques etnográficos ha realizado varias investigaciones sobre procesos de escolarización, innovación y resistencia al cambio educativo.
Es autora de obras de referencia en Pedagogía como Examen Parcial: la reforma educativa boliviana 1992-2002, Los maestros en Bolivia: impacto, incentivos y desempeño y Otras voces, otros maestros.

Su tesis de Doctorado en el CIDES-UMSA tituló Formaciones y transformaciones: Educación pública y culturas magisteriales en Bolivia (1899-2010). Fue Directora y miembro del Comité Directivo del PIEB durante algunos años e investigadora de la Facultad de Humanidades.


Talavera es velada desde ayer en la funeraria Inmaculada (Miraflores). El entierro es hoy a las 11:00 en el Parque Cementerio Celestial, sector Arcángel Uriel.

Dr. José Macías Abasto: vocación desde la infancia

En el consultorio 108 del conocido Centro Médico “Los Olivos”, un sencillo cuadro en la pared señala la siguiente frase: “Esfuerzo: Algunos sueñan con alcanzar grandes logros, otros se mantienen despiertos, se esfuerzan y los hacen posibles”.

Cuando, hace casi 18 años, José Marcial Macías Abasto regresó a Bolivia, tras especializarse como internista y hematólogo, se compró ese marco, seguro de que el lema lo impulsaría hacia la realización profesional que ahora experimenta: es uno de los médicos más reconocidos de Cochabamba, con aún más sueños por materializar.

SEMBRANDO LA VOCACIÓN

El Dr. José Marcial Macías Abasto nació el 24 de febrero de 1965 en Cochabamba, ciudad en la que vivió la mayor parte de su vida, pero a la que tuvo que dejar en varias ocasiones, debido al trabajo de su padre, Marcial (†), un ingeniero agrónomo.

En su memoria se grabaron mudanzas hacia ciudades del interior, como La Paz y Tarija, y también una hacia Costa Rica. Donde fuera, desde pequeño, José se sintió intrigado por las amables personas que lo visitaban cada vez que se sentía mal y que tranquilizaban a su madre, preocupada por el resfrío o la fiebre del momento.

Aceptando la necesidad de establecerse, la familia regresó a Cochabamba, donde el interés del niño Macías en los pediatras y médicos se acrecentó gracias a un triste relato que su madre, Rosa, le había contado.

“La primera noción de Medicina que tuve fue a consecuencia de un comentario de mi mamá. Yo no llegué a conocer a mi abuela materna, falleció antes de que yo cumpliera un año…falleció de cáncer”, recuerda el ahora médico de Los Olivos, quien desde entonces asoció la palabra “cáncer” a las peores situaciones imaginables.

Cerca a los siete años, José se apropió para siempre de “la bata” de doctor, ya sea curando orejas de gatos peleones, jugando con futuros colegas –como el Dr. Marcelo Torrico, vecino suyo en La Recoleta– o estudiando con tesón en el Colegio La Salle, donde culminó el bachillerato el 1982, junto a futuros médicos de éxito como Luis Canedo, Gonzalo Villarroel, Julio César Carvallo y Jaime Balderrama. Macías sabía hacia dónde quería llegar en la vida, de lo que no tenía certeza era del “cómo”.

TRAZANDO EL CAMINO

“Salí bachiller en un periodo bien difícil, en la transición entre el gobierno militar de García Meza y el reinicio de la democracia y la UDP, con una inflación terrible (…) recuerdo que los ahorros de mis papás fueron muy afectados por la desdolarización”, cuenta Macías, quien tuvo que cambiar su plan inicial de estudiar Medicina fuera del país para estudiar en la prestigiosa, pero aún dolida por las dictaduras, Universidad Mayor de San Simón.

“Me involucré mucho en la UMSS, en la vida académica y en la vida política”, relata Macías, quien participó activamente en la creación de la Sociedad Científica de Estudiantes de Medicina de dicha facultad, el año 1986.

Macías destaca también la fundación del frente Movimiento de Renovación Académica (MRA)–con apoyo de los doctores Manuel Monrroy, Carlos Brockman y Alejandro Calvo– agrupación docente y estudiantil que propuso e impulsó, en la gestión decanal de Tonchy Marinkovic, la anualización de la carrera de Medicina y la creación del Curso Propedéutico, cerca de 1989, iniciativa que alivió los desniveles académicos y de matrícula que el ingreso libre provocaba antes.

El internado rotatorio que realizó en el Hospital Obrero N° 2 de la Caja Nacional de Salud, con su frenético ritmo de trabajo, lo preparó para lo siguiente.

Tras conseguir el título, Macías trabajó unos meses en Ibuelo (Chapare) y otros más en una posta de Cerro Verde, (zona sur de Cercado), tiempo en el que planificó su siguiente paso.

Así, partió rumbo a México el año 1992, junto a otros recién graduados como el endocrinólogo cruceño Douglas Villarroel, con quien entabló amistad en el avión.

Ya en la capital, ingresó a dos especialidades de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de México (UNAM): Medicina Interna (que le exigió tres años de residencia en el Hospital de Especialidades Siglo XXI del Instituto Mexicano del Seguro Social) y Hematología (para la cual se incorporó al Instituto Nacional de Ciencias Médicas Salvador Zubirán).

“Cuando estaba haciendo Medicina Interna, me involucré mucho con los pacientes que tenían leucemia y con aquellos que se sometían a trasplantes de médula ósea”, relata conmovido Macías, recordando el impulso de la Dra. Elizabeth Sánchez en este campo.

Fue en esta etapa que conoció al médico que más llegaría a admirar en su ramo: el Dr. Jorge Cortés, jefe del Servicio de Hematología del segundo centro de salud. “Un hombre tan extraordinario que actualmente es una de las referencias mundiales en cuanto a investigación de leucemia”, señala Macías sobre el médico del MD Anderson Cancer Center, en Houston (Texas), con quien todavía mantiene una productiva amistad.

CAMINO A CASA

“Más que mi familia, no había qué me ligue acá (Bolivia), porque mis amigos, todos, estaban afuera, así que mi mundo y mi vida estaban en México”, relata Macías, quien contaba con trabajo estable, amistades y buenas relaciones profesionales en ese país.

Además, habiendo conocido a su futura esposa, la mexicana María Elena García Zermeño, las posibilidades de retorno parecían pocas. Terminada la segunda especialización, con la oferta de Cortés de unirse a su equipo en Estados Unidos, el boliviano se encontraría ante una difícil decisión.

Tratando de aclarar sus ideas, el año 1998, el joven graduado regresó a Cochabamba, donde recientemente se había inaugurado el Instituto Oncológico Nacional, un centro urgido de profesionales en hematología (el Dr. Remberto Calvo era uno de los pocos en la ciudad). Aunque el contexto que lo recibió no fue el más acogedor –en plena Guerra del Agua (2000) – Macías se decidió por volver definitivamente.

“¿Qué tienes allá en Bolivia?” le preguntó su mentor cuando supo la resolución de Macías. “Nada”, fue su sincera respuesta, a lo que Cortés manifestó: “pues hay que empezar a hacer”. La consolidación del trasplante de médula ósea en Cochabamba y el consecuente aumento de las posibilidades de curación de enfermedades hematológicas en los pacientes locales, a través de la creación de un Servicio de Hematología, es el próximo sueño por el que Macías se mantendrá despierto y trabajando, junto a los doctores Rosío Baena, Elías Israel y Mónica Fernández.


Loza, el boliviano que ayudó a reponer la voz de famosos



John Loza, profesional en el cuidado y rehabilitación de la voz, se ha codeado con artistas de alta talla, gracias a su trabajo en el Centro de Rehabilitación de la Voz “Voice Center” que está en México. Artistas como Tina Turner o el dúo Rió Roma han puesto en práctica los conocimientos de este destacado boliviano.

Loza nació en La Paz, vivió en Bolivia hasta sus 15 años, posteriormente se fue a vivir a Argentina por razones económicas. Ahí radicó cuatro años, dijo haber trabajado en todo lo que un ser humano puede trabajar, aseguró que fue feliz y muy exitoso.
Posteriormente se cambió a Chile y en ese entonces comenzó a cantar y tenía el objetivo claro de convertirse en un cantante de rock. Luego volvió a su querida ciudad de La Paz, se dedicó al canto y de igual manera tuvo éxito, lamentablemente se lesionó las cuerdas vocales y debido a ello recurrió a varios médicos bolivianos. Lamentó que en ese entonces ningún profesional pudo darle un diagnóstico acertado y con mucho esfuerzo se fue a Estados Unidos para tratarse.
En Estados Unidos, después de visitar algunos consultorios médicos de otorrinolaringólogos y no tener una opinión profesional que le haya podido aportar a solucionar su problema, continuó buscando información y de casualidad leyó una nota del médico Eliot Gare de Boston.
Loza fue hasta dicha ciudad para tomar consulta con él y realizar un tratamiento de tres semanas, sin embargo, se quedó ocho años con dicho profesional. Loza se convirtió en el director de la clínica de Otorrinolaringología más importante de Estados Unidos, allí trabajó con Tina Turner, Rod Stewart, Robin Willians, Bruce Dickinson, Steven Tayler y otros famosos.
En dicho lugar Loza se volvió un profesional de la voz y aprendió acerca de las lesiones funcionales de la voz. Dijo ser la primera persona en el mundo que investigó acerca de la bio acústica nariz, con biomecanicos acústicos y que dicho dato está registrado por un organismo internacional de salud en Francia.
Actualmente Loza radica en México y ahí tiene el Centro de Rehabilitación de la Voz, “Voice Center México”, que según Loza es el centro de estudio y tratamiento de enfermedades de la voz más importante de México y de América Latina.
Para Loza lo más importante en el negocio de la voz es poder crear y producir a nuevos artistas. “Ya pude hacer carreras musicales de varios artistas como ser el grupo Camila, Alexander Acha y Rió Roma con los que trabajo desde un inicio”.
“Tengo el sueño de venir a vivir a Bolivia, he vivido en muchos países y no tengo acentos de ningún tipo, porque donde voy tengo la bandera de mi país. Para mi Bolivia es todo, hay cosas que hacen que salgas de tu país y el destino te depara cosas que detienen tu regreso. En este momento estoy en una posición y un momento de mi vida importante, debido a que tengo unas patentes en Estados Unidos que van a cambiar el diagnostico medico”, manifestó.
Loza reiteró, durante la entrevista, varias veces que ya quiere regresarse a Bolivia, mencionó que trabajó cerca de 16 a 17 horas diarias durante los últimos diez años. “Ya es momento de disfrutar y hacer un cambio”, agregó.
A pesar de que es un alto profesional en salud e investigador científico médico, prefiere que lo cataloguen como cantante de rock. “El mundo me ha llevado por cosas, he aprendido y comparto mis saberes, pero no quiero ponerme el sello de que soy esto y aquello, primero soy cantante de rock”, comentó.

Cursos
El conferencista dijo que retornará a Bolivia próximamente para dar varias conferencias gratuitas sobre producción musical, para contribuir con la industria musical. Hace dos semanas atrás dio un par de conferencias en el Paraninfo Universitario de la Universidad Juan Misael Saracho.

Anecdotario de un pionero, el “Ckopas”



Pocos conocen su nombre, pero esto no es raro en la Sucre de los apodos. Él heredó el suyo de su padre, Alfredo Ortiz Arandia, el “Ckopa Bigote”, ducho de la guitarra y la mandolina. Un poco siguiendo la tradición familiar y otro poco aceptando la sabiduría de la agudeza popular, Carlos Ortiz Leytón (63), el “Ckopas”, el que le debe una buena parte de su vida también a la guitarra, lleva el imprescindible bigote desde los años 80.

Los jóvenes de hoy que alguna noche han compartido con amigos en su “Rock & Voz”, ubicado en la calle Colón, no saben tampoco que el Ckopas tiene una curiosa trayectoria en diferentes negocios, casi todos inaugurales en la capital. Que fue él, por ejemplo, quien abrió por primera vez las puertas de un karaoke, de un radiomóvil o de una casa de campo para el público en general, en Sucre. O que fue el primer cambista de dólares.

Pero la suya es una vida repleta de anécdotas y emociones, que él nos la cuenta aquí.

Una niñez difícil
“Yo he tenido una niñez que no ha sido la más acomodada, con una mamá, doña Gertrudis Leytón, muy trabajadora”, comienza su relato para ECOS, sentado en la barra de su karaoke. Anoche estuvo aquí mismo, atendiendo a sus clientes, como lo hace todos los días.

Rememora que su madre, siendo trabajadora del hogar, llegó a conocer a la familia Gutiérrez Del Val, que tenían su casa en la calle Calvo. “Por ellos se fue a Bruselas, donde nació mi hermana mayor, y entonces las dos se vinieron para acá”. Entonces sale la primera anécdota, una realmente sorprendente:

“Mi mamita ha sido la que ha traído el ck’ocko de pollo, de Francia; allá se llamaba ‘lecoq’ (el gallo) y ella le puso el nombre de ck’ocko”. Calcula que esto ocurrió a mediados de la década del 40 y que en esa época lo vendía los sábados en su tienda, aunque lo preparaba desde el jueves.

Él era el menor de cuatro hermanos y junto con los otros tres, Giorgina, Guido y Julio, ayudaban a la innovadora mamá. “Yo era el encargado de ayudarle a pelar las gallinas”, se ríe. Esto ocurría en la calle Avaroa, en la casa donde era la Sociedad de Socorros Mutuos. Detrás vivía don Mauro Núñez, asiduo cliente junto con sus zapateadoras y conjunto. Una casualidad que le cambiaría la vida al pequeño Ckopas…

El músico
Por su notable vecindario él aprendió a tocar la guitarra; dice que le enseñó Gerardo Pareja, integrante de la agrupación del maestro Núñez. A su madre esto no le gustaba, pero su entusiasmo y sus deseos de superación pudieron más. A los 14 años, casi al mismo tiempo que se quedaba huérfano de padre y madre, estaba rasgando la guitarra eléctrica, primero ante un público compuesto por amigos del barrio, más tarde junto a Alfredo “Lalo” Pérez con el grupo Luna Plateada. “Mi mamá falleció a temprana edad y yo, gracias a la guitarra, he salido adelante”.

Recuerda que “tocábamos música de la época, en fiestas, Palito Ortega, Los Iracundos, Los Náufragos, Trocha Angosta…”. Posteriormente fue parte de los famosos X5, con Edgar Caballero y compañía, para incursionar —dice él— en la música de una forma más comercial. Así también se hizo de amistades. “Gente mayor conocida como don Oscar Crespo, ‘Choco’ Torricos, don Gastón Aldayuz, Manuelito ‘Mono’ Dorado de la Parra, ‘Llojcho’ Auza”, algunos de los que conformaban el “Grupo de los 13”, a quienes acompañaba dada su habilidad con la guitarra. Guarda un recuerdo especial para Gerardo Rosas, el “K’ewa Gerardo”. Dice que este grupo de amigos lo llamaba y él les cocinaba un saice que “era para chuparse los dedos”. Luego cantaba, bailaba subiéndose a una mesa y el Ckopas lo acompañaba en la guitarra. “Cantaba, aplaudía y zapateaba al mismo tiempo, era un artista completo!”, le rinde un merecido homenaje al K’ewa Gerardo, rescatando de la memoria los versos de uno de sus bailecitos: “Dicha que poco duró / desdicha la llamo yo / desdichado desdichoso / que de esa dicha gozó”.

“Yo llegué a aprender para cantar 114 bailecitos, sin repetir yo cantaba 114 bailecitos”. Esto por acompañar a sus amigos, que gustaban de la música nacional. Con “Pío” Rivera y otros sucrenses de la época “tocábamos los ‘dancings matinales’, administrados por Gastón Aldayuz Medina, más conocido como el “Michi”, los domingos de 11:00 a 14:00 en el restaurante del Parque Bolívar, donde la Alcaldía tiene ahora sus oficinas descentralizadas.

“Ahí, por apuestas, canté los 114 bailecitos”, cómo olvidar el día que unos cambas le apostaron que no podría hacerlo y terminó ganando diez cajas de cerveza...

De don Alfredo Ortiz, el “Ckopa Bigote”, no solo recibió el sobrenombre; también algunos dotes artísticos, como el de la guitarra. Su padre integró el conjunto Sucre junto a Julio Rendón y Antonio Arandia, a la sazón el Dúo Rendón-Arandia. Ellos actuaban en el programa “Mensaje de Bolivianidad”, los domingos, en la Radio La Plata.

El karaoke
El Ckopas se casó después con Rosario Imbelloni Moreno. Y con el hermano de ella, Eduardo, más conocido como “Baby”, iniciaron un negocio con un pequeño capital que lograron vendiendo una línea telefónica.

“Viajábamos a EEUU y a Panamá, traíamos y comercializábamos aparatos electrónicos por encargo.

La gente nos pagaba por adelantado y traíamos minicomponentes, televisores, Betamax, de todo”. Dice que tenían una tienda en la calle Junín, allí donde se constituyeron en los primeros comercializadores con dólares. “Comprábamos también oro en chafalonía”.

Luego partió a Santa Cruz en busca de trabajo y conoció a Jorge Suárez López, dueño del karaoke El Sótano, que armaba pistas. “Cantábamos a dúo y me hice muy amigo de él. Un día le comento '¿qué tal si hago un local como este en Sucre?' y él me dice: ‘te va a ir bien porque cantas y tienes buen carácter’”. En ese momento en la capital oriental había dos karaokes, El Sótano y El Masato, apellido de su dueño, un japonés.

La idea del local se concretó en 1990 en la calle Calvo, frente a la iglesia de Santa Domingo, donde era el Cine Lin. Sus amigos lo desanimaban diciéndole que no iba a funcionar, que la gente cantaba solo en Santa Cruz; nadie se imaginó el éxito que tendría. Se llamaba simplemente “Karaoke”, pero sus clientes —sucrenses al fin— no tardaron en rebautizarlo: “Karaoke Ckopas”.

Entonces, “comercializar una pista de karaoke costaba 20 dólares la canción. Hablé con mi amigo y me vendió las pistas, en casetes, a mitad de precio. Le fui pagando en cómodas cuotas mensuales”. Era solo audio (no había pantallas de TV) y la gente salía a un escenario para cantar leyendo la letra en un libro, “con decirte que antes de que inaugurara el karaoke, la gente daba vueltas a la plaza: las mujeres a un lado, los hombres a otro lado. Llegaban las nueve de la noche y no había un alma, la ciudad se vaciaba… Ahí la gente empezó a saber lo que era amanecerse”.

Entonces, un solo taxi hacía viajes nocturnos en todo Sucre. “Paraba en la esquina de la Alcaldía, te recogía, te llevaba a tu casa y mientras tanto, los demás clientes tenían que esperar en la esquina de la plaza (25 de Mayo). Era un auto antiguo, de color plomo, que pertenecía al ‘Mono Dorado’”.

En la Calvo estuvo cuatro o cinco años, hasta que el alcalde de entonces no soportó la presión de la iglesia, según cuenta el Ckopas. “Tuve que trasladarme a la calle Loa”, donde el karaoke funcionó más o menos 15 años, tiempo en el que fue evolucionando junto con la tecnología. Así, pasó del casete (con libro físico), al Betamax (TV más letras), luego al VHS (mejor calidad de video) y, por último, al DVD.

Hoy, “yo tengo un software de karaoke que se actualiza todos los días”, expresa levantando las cejas, todavía admirado. El mismo programa que incluso anuncia las canciones, “por eso —agrega— requiero internet para que funcione”.

Dice que tiene unas 60.000 pistas, actualmente. “Pero, la verdad, se deben cantar unas 1.000, exagerando. En el karaoke lo más exitoso es la música del ayer. Uno de los temas más cantados es ‘El gato en la oscuridad’ (Roberto Carlos). O ‘Bailar pegados’ (Sergio Dalma), clásicos en todo lugar”.

Desde la experiencia del karaokero número uno de Sucre, además de esos temas, los más cantados son: “Hacer el amor con otro”, “Cuidado con el corazón”, “Basta ya”, “Y nos dieron las 10”. De la actualidad, la más cantada es una de Los Kjarkas, “Fría”. Lo sabe porque tiene un software que almacena los pedidos y elabora un ranking.

Pronto inaugurará un “Video bar”, con música al vivo, en la planta baja del local de la calle Colón. El cliente pedirá una canción y podrá ver en pantallas gigantes el video original de su artista preferido. Allí también habrá actuaciones especiales de los mejores cantantes de karaoke.

El cambista
“He sido el primero en vender dólares en Sucre”, cuenta el Ckopas a ECOS. Recuerda que trabajaba con el extinto Banco de Cochabamba y que para poder tener utilidades, manejaba el dólar a un precio algo mayor al que conseguía en Santa Cruz. Tuvo este negocio un tiempo, antes de abrir su karaoke, a mediados de los 80, cuando el país sentía el rigor de la devaluación, con la UDP.

“No había casas de cambio y la gente traía la plata en costales, porque no tenían valor los pesos en esa época; hasta el mercado iban con bolsas llenas de plata por la inflación. Yo les transformaba ese dinero en dólares; ellos se salvaban de la devaluación y yo también, por la utilidad.

He llegado a depositar el dinero en el Banco del Estado (donde hoy está la Fiscalía General) en camioneta de estacas. Aparecieron los famosos ‘cheques de gerencia’, que no terminaban de salir de su plástico y ya estaban sin valor. Los intereses en el banco llegaron al 53 % mensual”. Recuerda que “yo ayudé para que los primeros cambistas se sitúen en la avenida Hernando Siles”.

Los radiomóviles
El Ckopas inauguró en Sucre el primer radiomóvil, al que llamó “COL” (Carlos Ortiz Leytón), en el año 1986. Lo constituían solo petas (escarabajos) Volkswagen, de color verde y blanco, al estilo de los taxis que había en México. Eran suyos, como los radiotransmisores. Contrataba a los choferes, que tenían relación de dependencia con él.

Casa de fin de semana
A mediados de los 90, lanzó en la capital otra oferta novedosa para su tiempo: “Mosoq Llajta”, un lugar para relajarse los fines de semana, con dos piscinas, tobogán, sauna y churrasquero. Se trataba de un caserón del año 1730, que en su momento perteneció a Adolfo Costa du Rels.

El corredor
Un 27 de abril de 1996, “me dieron por muerto”, por un grave accidente en Tarija, en una de las competiciones nacionales de automovilismo. Porque también fue corredor.

“Ese año fue el último, corrí una vez más la Integración del Oriente (donde llegó a subir al podio) y ahí acabó mi carrera”.

Entre sus anécdotas de piloto, el Ckopas rescata una para no creer. “A la misma hora que yo me he accidentado, ese mismo día se accidentó Gastón Heredia en Padilla”. Entre risas, pasado el susto, cuenta que desde entonces se comenzaron a llamar por teléfono cada 27 de abril para felicitarse mutuamente, “porque seguimos viviendo”.

Su mayor orgullo
Su mayor orgullo, su hijo Eduardo, el que le ayudó a modernizar el karaoke, tiene negocio propio, “Karaoke Media”, como un desgajo del que maneja su padre. Es productor de pistas que comercializa en internet desde Estados Unidos y España, donde reside en la actualidad.

Lo hizo gracias al ejemplo que le dio el popular Ckopas, que no lleva más el bigote combado de otras épocas pero sigue, al pie del cañón, con su marca registrada entre la boca y la nariz.

El Ckopas multifacético, emprendedor heterogéneo, amigo de tantos amigos de hoy y de ayer en Sucre.

“Comercializar una pista de karaoke costaba 20 dólares la canción. Hablé con mi amigo y me vendió las pistas, en casetes, a mitad de precio. Le fui pagando en cómodas cuotas mensuales”. Era solo audio (no había pantallas de TV) y la gente salía a un escenario para cantar leyendo la letra en un libro. “Con decirte que antes de que inaugurara el karaoke, la gente daba vueltas a la plaza: las mujeres a un lado, los hombres a otro lado. Llegaban las nueve de la noche y no había un alma, la ciudad se vaciaba… Ahí la gente empezó a saber lo que era amanecerse”.


Sunday, July 17, 2016

Autoridades galardonaron a personajes e instituciones paceñas

Autoridades del Gobierno Municipal galardonaron ayer a personajes e instituciones paceñas, entre ellas el suplemento Nuevos Horizontes de EL DIARIO que recibió la condecoración “Prócer Pedro Domingo Murillo” en el Grado “Honor Cívico”.

El acto se desarrolló en el Teatro Municipal Alberto Saavedra Pérez de la sede de Gobierno y participaron autoridades locales y departamentales.

RECONOCIMIENTOS

Los primeros en ser distinguidos con la condecoración “Escudo de Armas de la Ciudad de Nuestra Señora de La Paz”, en el Grado de “Servicios Especiales”, fueron: Xavier Albo Corrons; Walter Gómez Méndez; la carrera de Ciencias Políticas y Gestión Pública de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) y Alfonso Prudencio Claure (Paulovich).

La segunda mención fue la condecoración “Prócer Pedro Domingo Murillo”, en el Grado “Honor Cívico”, a las instituciones: Sindicato de Vendedores de Periódicos de La Paz; Comunidad de Alcohólicos Anónimos; la Fraternidad Morenada Juventud San Pedro residentes de Achacachi “Los Catedráticos”; el grupo de escaladoras de la Asociación Andina de Promotores de Turismo en Aventura y Montaña; las regadoras de la Empresa Municipal de Áreas Verdes (Emaverde); las unidades educativas Nuestra Señora de La Paz II, Antonio Díaz Villamil; el ballet folklórico de Bolivia “Manuel Acosta” y el suplemento semanal del periódico El Diario “Nuevos Horizontes”.

Las personalidades distinguidas con la misma condecoración fueron: Ángela Melania Castro Chirvechez; Bernando Guarachi; María Martha González Quintanilla; Félix Laime Pairumani; Carlos Roberto Calasich Garate; Mario Espinoza Osorio; Mary Marcela Renjel García; Alina Sandra Santander Vinokurova; Roberto Choque Canqui; Jorge Ortiz Sánchez y Silveria Laureano Careaga.

NUEVOS HORIZONTES

Al respecto, el editor del suplemento Nuevos Horizontes de EL DIARIO, Carlos Valdivia, expresó que este es un reconocimiento al trabajo que realiza el Decano de la Prensa Nacional en favor del pueblo boliviano.

“Estamos satisfechos porque el trabajo que realizamos cada día fue reconocido por la sociedad paceña. Como periodistas sabemos que es muy difícil complacer al lector, pero eso es lo que nos apasiona, poder llevarle material que es de su interés y que logra satisfacerlo. Este reconocimiento impulsa también las ganas que tenemos de trabajar para la población paceña”, aseguró el entrevistado.

Valdivia, quien en 1976 era dibujante y se encargaba de las ilustraciones del suplemento, recuerda que el objetivo al crear ‘Nuevos Horizontes’ era presentar una revista que sirva de guía estudiantil a los niños y jóvenes, motivo por el cual se abordaron, a lo largo de estos años, temas de historia universal, música, curiosidades en cuanto a arte y ciencia, además de acontecimientos de relevancia para el mundo.

Finalmente, en lo referente al futuro, aseguró que el suplemento busca emprender un proyecto para llevar estos conocimientos históricos a través de medios digitales.

AUTORIDADES

El alcalde Luis Revilla aseguró que estos galardones vienen de parte de la población, que reconoce la trayectoria de cada uno de los personajes e instituciones premiadas ayer, “con el objetivo de que su labor pueda servir de ejemplo para otros paceños y paceñas”.

Por su parte, el gobernador, Félix Patzi, expresó su felicitación a los galardonados asegurando que su labor “es un ejemplo a seguir”.

Saturday, July 16, 2016

Fallece Arturo Núñez del Prado destacado boliviano en la Cepal



Hace tres días, falleció en Santiago de Chile el boliviano Arturo Núñez del Prado, economista y estadístico destacado con cerca de 30 años de trayectoria en la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).

Fredy Justiniano, un familiar suyo residente en Santa Cruz, explicó que una larga dolencia aquejaba a Núñez del Prado en los últimos años y ésa fue la causa de su deceso.

Núñez del Prado fue ministro de Planificación en el Gobierno de Hernán Siles Suazo y en la década de los 70 fue presidente del Banco Central de Bolivia, pero la mayor parte de su carrera estuvo vinculado a las Naciones Unidas como funcionario de la Cepal, donde ocupó diferentes cargos y en los últimos 15 años, antes de su jubilación estuvo a cargo del Instituto Latinoamericano de Planificación Económica y Social (Ilpes), creado para formar investigadores. También fue autor del libro “Estadística básica para planificación”, obra no literaria que fue reeditada en 15 ocasiones y traducida al ingles y francés.

Friday, July 15, 2016

Estampilla inmortaliza al profesor Jaime Escalante


El fallecido profesor Jaime Escalante, quien se hizo famoso con la cinta Stand and Deliver sobre su éxito académico con estudiantes hispanos de Los Ángeles, ha quedado inmortalizado en una estampilla del servicio de correos de Estados Unidos.

La agencia presentó la nueva estampilla el miércoles en Washington en el marco de la conferencia número 87 de la organización Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos (Lulac, por sus siglas en inglés), a la que asistió el actor Edward James Olmos, quien interpretó al maestro en el filme de 1988 y por el que fue nominado a un Oscar.

RECONOCIMIENTO

“No conozco ningún papa, ningún ingeniero, ninguna estrella del deporte, no conozco ningún astronauta que pudiera haber triunfado sin un maestro”, dijo Olmos en la ceremonia. “Si no fuera por los maestros, ninguno de nosotros estaríamos aquí”.

Escalante nació en La Paz, Bolivia, y emigró con su madre a Estados Unidos. Tras encontrar trabajo como profesor de matemáticas en una conflictiva escuela secundaria del barrio de East L.A., Garfield High School, luchó contra los altos niveles de deserción escolar, la desidia y los problemas socioeconómicos que lastraban el interés de sus estudiantes en el cálculo.

FRUTOS

Su trabajo dio fruto en 1982 cuando 14 de sus 18 alumnos que aprobaron un examen de conocimientos avanzados en cálculo fueron acusados de hacer trampa y obligados a volver a examinarse. Tras la prueba, los 14 estudiantes aprobaron de nuevo. Esa es la historia que cuenta Stand and Deliver.

GORRA DE LANA

La estampilla del profesor Escalante lo muestra como siempre lució, con su gorra de lana y gafas, y está basada en una foto que le tomó su hijo Jaime Escalante II en el 2005, según el servicio postal.

Este sábado se llevará a cabo otra ceremonia en la escuela secundaria Garfield, en la que también se espera la presencia de Olmos y del secretario de Educación de Estados Unidos, John King Jr., quien también asistió a la ceremonia de ayer en Washington. (Visor Bolivia)

Tuesday, July 5, 2016

Ingeniero boliviano crea brazo androide en España



El ingeniero electromecánico boliviano Rodrigo Orellana de 29 años, diseñó y armó en España un brazo robótico para adaptarlo a un androide, de acuerdo a datos compartidos esta jornada por la embajada nacional en ese país.

El especialista cursa un máster en Robótica y Automática en la Universidad Politécnica de Madrid y esta mañana sostuvo un encuentro con la representante diplomática boliviana, María Luisa Ramos.

Se conoce que el próximo mes se iniciará la segunda fase del proyecto, cuyo objetivo es el de dotarle movimientos autónomos al aparato. La idea de llevar adelante este emprendimiento nació cuando pasó el primer día de clases, en septiembre del 2015.

Rodrigo recuerda aquella jornada, cuando recién llegado de Bolivia, se enteró que en su nueva universidad habían construido un androide; sin embargo, no habían diseñado los brazos. Él se ofreció para efectuar ese trabajo. “Les encantó la idea”, afirmó Orellana, de acuerdo al boletín.

Rodrigo formó un equipo con la ingeniera venezolana Oriana Rojas y el ingeniero colombiano Andrés Parra; ambos del área de electrónica, logrando desarrollar el proyecto en 10 meses, para que el brazo robótico se hiciera realidad.

El prototipo fue desarrollado a base de piezas diseñadas por ellos mismos, fabricados con la ayuda de la impresora 3D, de tipo industrial, que opera en la casa de estudios donde se forman. Ese modelo tiene seis grados de libertad (número de movimientos), lo cual “le asemeja mucho al brazo de un ser humano”.

Finalmente se indica que el robot Doris, que será destinatario de este brazo, mide aproximadamente 1,20 metros y se adecuará puesto que a un principio no se lo concibió con extremidades. Una vez que se logre acoplar el brazo izquierdo al androide, se diseñará el brazo derecho con funciones como atender a las personas en ferias y actividades similares.