Thursday, November 21, 2013

Horacio Asbún, una eminencia en la clínica Mayo de Jacksonville

“Horacio estudió en el colegio San Ignacio en La Paz, donde se no puede ingresar a primero, a no ser que hayas cumplido seis años, pero mi mamá insistió tanto que el Padre Beneíto, quien la quería mucho, dijo que estuviera como oyente para probar si respondía; entonces él entró directamente a primero de primaria, era la mascota del colegio. Sin embargo, terminó siendo el mejor alumno y salió bachiller a los 16 años. Era gracioso verlo tan pequeñito en relación con sus compañeritos”, cuenta Verónica, al referirse a su hermano Horacio Asbún, el prominente médico boliviano, quien recientemente fue nombrado Jefe de Cirugía de la Clínica Mayo en Jacksonville, Florida, una de las clínicas más importantes del mundo.

Al margen de esta designación, hace dos semanas el cirujano también fue condecorado por el “Jacksonville Business Journal”, en Estados Unidos, donde actualmente reside, constituyéndose en un referente de la medicina y un orgullo para nuestro país.

Mencionar todos los antecedentes profesionales de Horacio Asbún demandaría muchas páginas de la revista Femenina, lo cierto es que el médico boliviano, hijo del también afamado médico Juan Asbún, quien falleció hace dos años, actualmente es considerado uno de los mejores cirujanos de páncreas a nivel mundial.

Por tantos méritos del médico boliviano quisimos saber un poco más de su trayectoria profesional.

¿Por qué decidió estudiar medicina?

Decidí estudiar medicina porque crecí con un padre que fue un cirujano ejemplar. También influyó mucho en mi decisión el hecho de que, cuando estaba a punto de salir bachiller, un hermano mayor que estudiaba medicina en Oxford, Inglaterra, falleció en un accidente automovilístico, durante una vacación en Bolivia.

¿Dónde realizó sus estudios de medicina?

Estudié medicina en la Universidad de Chile, hice dos años de cirugía en Barcelona, España, y luego me trasladé a Estados Unidos a hacer un entrenamiento completo en cirugía; que incluyó 5 años de cirugía general y una subespecialidad, en total 3 años, que incluyó cirugía oncológica y cirugía de páncreas, hígado y glándulas endocrinas. Dicho entrenamiento se realizó en California y en Massachusetts.

¿Cuándo fue la primera operación que realizó?

La primera operación que hice como cirujano fue a los 19 años. Estaba comenzando mi cuarto año de medicina, ya había tenido la oportunidad de asistir en cirugía por tres años. Operé a un paciente con apendicitis aguda. Los doctores José Ochoa y Terán, con los que ya había operado muchas veces, estaban en la operación, y también mi padre, Juan Asbún. El doctor Ochoa fue muy gentil en hacer que saquen las fotos de esa operación.

¿Cuántas horas dedica a sus estudios?

Como médico, uno está actualizándose constantemente y mejorando sus conocimientos. En las primeras etapas de la carrera, el estudio es para formarse como médico. Subsecuentemente, se estudia para atender mejor a los pacientes. Más adelante, uno incrementa su conocimiento para poder ser parte del liderazgo de la profesión realizando publicaciones, investigación y conferencias.

Con más experiencia, uno tiene la responsabilidad de desarrollar nuevas técnicas de cirugía y difundirlas a otros cirujanos. El estudio cambia de forma, pero es permanente. El desafío es con uno mismo, para poder sentir que se hace lo necesario para dar al paciente el mejor tratamiento posible.

¿Cómo llegó hasta ese prestigioso hospital?

Trabajando fuerte con perseverancia y siempre tratando de mantener una capacidad de adaptación a los nuevos desafíos. Es muy importante preservar principios éticos y no perder la perspectiva. La competencia incrementa y es progresivamente más difícil. Sin embargo, en vez de preocuparse de competir con los demás, uno debe concentrarse en competir con uno mismo para llegar a ser lo mejor que uno pueda ser. Una vez que se llega a sentir que lo ha hecho, nuevamente se da cuenta que puede ser mucho mejor y se pone una meta más alta. El mejor estímulo es el deseo de hacer lo mejor por el paciente, quien básicamente entrega la vida a manos de uno.

¿Qué anécdota ha marcado su vida como médico?

Las anécdotas que a uno lo marcan son innumerables, una de ellas, la más reciente que viene a mi mente es la de un paciente que lo operé por un cáncer que no se pudo hacer nada. El había tenido una vida muy difícil, pero la enfrentó con una actitud admirable, porque tenía varios tipos de cáncer, yo lo conocí el año 2012, a través del entrenador Rudy Ruettiger, quien siempre lo trató como al resto de sus alumnos.

A los 46 años de edad, Ruettiger había sobrevivido a nueve episodios de cáncer de hueso, amputación de una mano y la muñeca, la eliminación parcial de un hombro/escápula y la remoción y reconstrucción de las vértebras C2 y C3 . Caminaba con una pierna ortopédica, aunque era apenas perceptible. Él Había tenido más de 35 cirugías mayores.

Se publicó incluso un artículo sobre ese paciente, para mostrar la extraordinaria valentía de una persona, ahí se refleja por qué una anécdota así puede llegar a marcar la vida de un médico.

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