Thursday, August 18, 2016

La boliviana de 16 años que se graduó en un programa espacial

A sus 16 años se graduó de un programa espacial en Estados Unidos. Para lograrlo, planificó una misión de exploración a Marte, junto con 48 jóvenes de 23 países, bajo la supervisión y capacitación del personal de la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA, por sus siglas en inglés). El trabajo fue presentado ante un jurado conformado por astronautas y otros expertos.

Luciana Rivera Molina es paceña y cursa el quinto de secundaria en el colegio Horizontes de La Paz, su fascinación por la composición del universo y la materia empezó al observar un eclipse cuando aún era muy pequeña.

Se ha destacado, desde que recuerda, en las ciencias exactas, sobre todo la física. Es algo que más que una asignatura le resulta una actividad placentera, al igual que tocar el piano o bailar flamenco.

Del 17 de julio hasta el 1 de agosto de este año participó del programa United Space School (Escuela Espacial Unida). Durante dos semanas, los participantes estudiaron en la Universidad de Clear Lake en Houston, Texas. En sus aulas, los jóvenes de diferentes países se encargaron de diseñar una misión a Marte.

Las jornadas iniciaban a las 7:45 y se prolongaban, a veces, por más de ocho horas. El equipo de Rivera estaba a cargo del control y presupuesto para el simulacro de misión a Marte.

"Eran cinco equipos que trabajaban supervisados y capacitados por los expertos de control de misión y aeronáutica de la NASA. La presentación final de nuestro proyecto se hizo frente a un jurado conformado por personal de la NASA y astronautas”, detalla Rivera.

Los astronautas que conoció fueron Luca Parmitano, Leroy Chiao y Nicole Stott. Ellos dieron charlas a los participantes del programa. Rivera reflexionó después de aprender, de primera mano, lo que significa una misión espacial que desea permanecer en el campo de las misiones espaciales, pero desde la Tierra.

Su equipo, control de misión, disponía de nueve billones de dólares para hacer realidad todo el proyecto, monto reducido para el alto costo que implica enviar un cohete de exploración a Marte tripulado por seis astronautas.

El programa está a cargo de Foundation for International Space Education, Fundación para la Educación Espacial Internacional, (FISE). Su misión es proveer de bases académicas a los estudiantes de los últimos cursos de secundaria sobre el espacio, para introducirlos y orientarlos sobre la industria aeroespacial.

El misterio del universo

Es una participante recurrente de las olimpiadas científicas en Bolivia y ha decidido estudiar Física Nuclear. Descubrir el misterio de la composición de un átomo, protón o neutrón cuando "se parten o hay una explosión” se ha convertido en el summum de su fascinación, "aún no sabemos de qué está compuesto alrededor del 90% de nuestro universo”, explica la joven.

Uno de los pasos más importantes que dio dentro del mundo de las ciencias exactas fue terminar después de 10 años la totalidad del Kumon, un programa y metodología de enseñanza de matemáticas, al que asistió como un pasatiempo y en el que aprendió hasta cálculo universitario.

Al ver su dedicación, su profesora de inglés, y encargada de becas de su colegio, Carola Hurtado, la impulsó para que aplique a United Space School.

Para clasificar al programa, la estudiante tuvo que reunir una serie de requisitos que conformaron su curriculum. Ser excelente en las materias de ciencias exactas, tener un nivel avanzado del inglés, realizar actividades extracurriculares -relacionadas con el arte y la cultura- y de labor social además de presentar un proyecto de exploración espacial, fueron algunos de los requerimientos que tuvo que cumplir.

Además de bailar flamenco y tocar el piano, Rivera estudia japonés, francés y los fines de semana hace diferentes actividades de labor social. Su aplicación se hizo a través de la embajada de Estados Unidos en La Paz, que cubrió todos los gastos para que viaje al país del norte y participe en el programa.

De Bolivia a la Escuela Espacial

Rivera no fue la única boliviana que este año participó del programa, también estuvo la cochabambina Mishelle Rodríguez de 16 años. Ambas participaron de la feria cultural, organizada como parte de las actividades, y mostraron a los jóvenes de los otros países cómo se baila la cueca, lo bien que sabe el pastel de quinua y los cuñapes.

Dice que le encantaría volver al programa espacial como mentora y de esa forma guiar a un equipo de estudiantes. Quiere postular para obtener una beca y estudiar Física Nuclear en la Universidad de Clear Lake, en Houston, y trabajar en la NASA. En un futuro inmediato quiere ayudar a otros jóvenes bolivianos para obtengan la oportunidad de ingresar a United Space School.

Para Rivera, participar del programa ha sido la experiencia de su vida. "Me ha encantado, además de las clases tuvimos actividades increíbles y divertidas. En dos semanas he conocido tantas personas y culturas con maneras de pensar tan diferentes y particulares. Es una experiencia extraordinaria a nivel personal y académico, es algo único”, finaliza.



Sobre el programa espacial

FISE La Fundación para la Educación Espacial Internacional (FISE, por sus siglas en inglés) cuenta con una página web donde se incluye la información sobre el programa de educación espacial:
www.unitedspaceschool.org.
Estadía Cada país cuenta con diferentes niveles de apoyo económico a los jóvenes seleccionados. En el caso de Bolivia, la embajada de los Estados Unidos cubrió el monto total en 2016.
Familias Los estudiantes son organizados en parejas para hospedarse en la casa de una familia anfitriona, donde al menos un miembro trabaja o trabajó en la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA).



Tuesday, August 16, 2016

Sergio y Lucas, los bolivianos que brillaron en Zamorano

Sergio Urioste Daza y Lucas Rocha Melogno dejaron el nombre de Bolivia en alto al graduarse con los mejores promedios de su generación de más de 250 estudiantes, en la Escuela Agrícola Panamericana Zamorano, en Honduras, los años 2014 y 2015, respectivamente. Se empeñaron en conseguir altas calificaciones para mantener becas que les permitían colaborar a sus familias. Adaptarse al sistema disciplinario de Zamorano no fue difícil, ya que estudiaron en colegios "estrictos”.

Los dos titulados en Ingeniería Ambiental y Desarrollo nacieron el año 1992. Lucas es de La Paz y salió del colegio Cumbre. Sergio es de Cochabamba, pero se mudó a la sede de Gobierno y cursó sus dos últimos años en el colegio La Salle. En estos centros educativos, aprendieron a seguir reglas semejantes a las de Zamorano, como llevar uniforme, tener el cabello corto, estar sin barba y ser puntuales; pero en la universidad hondureña, las faltas se registran como deméritos que condicionan su beca y las pasantías del último año que pueden realizarse en universidades estadounidenses y europeas.

La curiosidad por la ingeniería ambiental nació en Lucas cuando en primero de secundaria construyó, para una feria escolar de ciencias, una réplica de un sistema de tratamiento de aguas residuales para el río Choqueyapu.

Con ese proyecto notó que se necesitaban innovaciones de ese tipo para ayudar al avance socioeconómico nacional. A Sergio, desde el colegio, le interesó el desarrollo rural, pero no encontraba una carrera en el país que se aboque en ello con un enfoque técnico y social.

El joven cochabambino se enteró de Zamorano gracias al mejor amigo de su papá; y Lucas, por un profesor. Aunque ambos terminaron el colegio en 2010, el paceño recién se fue a estudiar a Honduras en 2011 y mientras tanto estudió Negocios Internacionales en la Universidad Católica Boliviana San Pablo.

Aunque ninguno ostentó los más altos promedios en sus colegios, obtuvieron becas y se esforzaron por mantenerlas para ayudar en los gastos a sus familiares y demostrarles su agradecimiento. Lucas no sólo debía mantener su beca inicial del 50%, tenía que aumentarla para quedarse en Zamorano, porque sus papás atravesaron problemas laborales. Él logró ser el primero de su curso durante los cuatros años de carrera y su tesis fue elegida como la mejor de su generación.

El sistema disciplinario de Zamorano está ligado a otra de sus particularidades: su método de "aprender haciendo”, por el cual los estudiantes realizan labores diarias en el campo que incluyen desde ordeñar vacas hasta trabajar en plantas procesadoras de alimentos.

"Más que el promedio, los viajes o las enseñanzas, lo más importante en la universidad fue lo que llaman el currículo invisible, que fue aprender esas cosas que están más allá del salón, como puntualidad, disciplina, desde aprender a ordenar tu cuarto todos los días hasta trabajar bajo presión y horas extras. Ése fue el regalo más bonito que me dejó Zamorano”, afirma con orgullo Sergio. Lucas también hace referencia al "currículo invisible” que "te va enseñando la disciplina que necesitas no sólo en lo académico, sino en tu forma de vivir” para ser más eficiente y formarte como ser humano integral. Ambos concuerdan en que la sociedad debe aprender que las reglas tienen un sentido.

En septiembre de 2015, Sergio comenzó su maestría internacional en Desarrollo Rural en la Universidad de Gante, en Bélgica. Aunque no puede precisar cuándo, el ingeniero cochabambino quiere volver a Bolivia para trabajar e investigar sobre el desempleo juvenil en áreas rurales. A Lucas también le interesa dicho tema, porque afirma que hay más jóvenes que estudian carreras a nivel de licenciatura, pero insuficientes puestos de trabajo y por eso es importante tener habilidades para el negocio y los emprendimientos.

Lucas trabaja como investigador en la Universidad de Duke, en Carolina del Norte, Estados Unidos, desde enero de 2006. Aplicó a un doctorado en Ingeniería Ambiental en la misma universidad para seguir enfocándose en el tratamiento de aguas residuales. Él explica que en ese país, si uno cumple con cierto perfil, puede pasar de la licenciatura al doctorado. Espera volver en los próximos cinco años a Bolivia para trabajar en su especialidad.

Un zamorano, el invitado más joven de TEDx Kantutani

Cuando se graduó de Zamorano en 2013, el ingeniero agrónomo Diego Moscoso Balanza, de 25 años, "sentía que tenía mucho para devolverle al país” y no dudó en volver.

El joven paceño e ignaciano se especializó en "permacultura”, que impulsa proyectos de desarrollo urbano sostenible. Redactó un ensayo del tema que lo llevó a una cumbre internacional de seguridad alimentaria, en 2015.

En julio de 2016, su especialidad le valió una invitación al TEDx Kantutani. Fue el expositor más joven del evento, donde participaron figuras como Carlos D. Mesa y Francesco Zaratti.

Ahora trabaja de consultor para una universidad de Frankfurt. Planea conseguir un terreno periurbano para aplicar la permacultura y demostrar que es posible producir alimentos en casa para autoabastecerse.

Valenciana Gourmet, con la marca de esa universidad

Luis Badani Veintemillas, de 33 años, le contagió el amor por la Zamorano a su hermano menor Rodrigo, de 27 años. Luis se tituló en Agroindustria Alimentaria y Rodrigo, en Ingeniería Ambiental y Desarrollo. En 2014, los paceños e ignacianos abrieron una microempresa de alimentos gourmet libres de conservantes.

"Lo que ha ayudado a que nos conectemos tan bien con mi hermano es la forma en que te enseñan a trabajar en Zamorano”, sostiene Rodrigo. El realizar labores desde temprano y el planificar su tiempo es un hábito que les dejó el pregrado.

Cuando retornó a Bolivia en 2012, a Rodrigo le frustró no conseguir trabajo en el sector público, porque su título tardaría por lo menos 10 meses en ser homologado. Ahora comparte un "bebé” con su hermano, pero planea hacer una maestría en Economía Ambiental.

Hoja de Vida


Origen Sergio Urioste Daza nació el 19 de noviembre de 1992, Cochabamba.
Colegio La Salle (La Paz).
Carrera Ingeniería Ambiental y Desarrollo.
Tema de especialidad Desarrollo Rural.


Hoja de Vida


Origen Lucas Rocha Melogno nació el 9 de octubre de 1992 en La Paz.
Colegio Cumbre (La Paz).
Carrera Ingeniería Ambiental y Desarrollo.
Tema de especialidad Tratamiento de sistema de aguas residuales.


Sunday, August 14, 2016

Distinguen a la maestra Elizabeth Fiorilo Sucre

La Agrupación Femenina de Amigos de la Ciudad otorgó la medalla al mérito “Vicenta Juaristi Eguino” a la maestra Elizabeth Fiorilo Sucre, directora de la Academia Nacional de Interpretación Poética y Expresión Oral “Ignacio Duchén de Córdova”, en el acto realizado el pasado 29 de julio en el salón Kollasuyo de la sede de esa meritoria institución paceña.

Fiorilo Sucre fue reconocida por su “aporte con talento al desarrollo cultural e intelectual de la sociedad en la ciudad, en el departamento de La Paz y en nuestra patria”, de acuerdo con la resolución institucional de la agrupación femenina.

La entidad paceña resaltó la exitosa trayectoria de la directora de la academia “Duchén de Córdova”, al señalar que dio “una nueva revolución a la interpretación poética y estructura en la formación de una buena personalidad y liderazgo en niños y jóvenes”.

Junto a Fiorilo Sucre también fueron reconocidos Víctor Hugo Angulo y Eileen Sarmiento, bailarines de Tango Sur, y René Rosquellas, libretista del programa Confidencias de Panamericana.

Friday, August 5, 2016

El joven creó al “Wall-E boliviano” Prestigio de Esteban Quispe traspasa fronteras

Enviados especiales de canales como Al Jazeera, CNN, Telesur, Canal 13 y TN de Argentina, entre otros, han llegado hasta la comunidad de Patacamaya a entrevistar al joven genio boliviano, Esteban Quispe.

Y se lo merece. Esteban creó, nada menos, un robot con desechos que encontró en basurales. Además, ideó la App que controla al aparato a control remoto mediante un smartphone. Y para hacer su idea más atractiva, tomó para su creación el modelo de Wall-E, el personaje robot de una afamada película de Pixar-Walt Disney, que precisamente vive en un mundo de basura.

El muchacho aprendió a programar de manera autodidacta para controlar robots con su celular. Ahora quiere utilizar sus conocimientos para ayudar a su comunidad en el plano de la agricultura y reducir el éxodo de los jóvenes indígenas del campo a la ciudad.

Quispe saltó a la fama con su creación y motivó a que la Universidad Católica le diera una beca completa, e incluso le entrega fondos para sus gastos mensuales, para que estudie la carrera de Ingeniería Mecatrónica en La Paz. Los fines de semana viaja a Patacamaya a estar con sus padres y su hermano menor.

El director de esa cerrera, Humberto Calderón, informó que Quispe fue becado después de conocer su habilidad e inteligencia. “No solo es un científico potencial sino también una persona muy agradable, con muchos valores (...) Un cúmulo de cosas que nos llevó a ofrecerle la beca completa en la UCB”, añadió.

SENCILLEZ

Esteban se lo merece. Es un muchacho sencillo, cuya mirada despierta y su forma de hablar, concreta y al grano, desnuda su inteligencia. Pero la fama, las entrevistas y hasta una oferta de trabajo en Colombia, con un sueldo mensual de 20.000 dólares, no lo han cambiado. Sigue siendo un adolescente modesto y feliz.

Sus compañeros de universidad lo describen como despreocupado y tranquilo, pero enfocado en sus estudios y con muchas ganas de aprender. El haber asistido a un colegio fiscal en Patacamaya le ha restado tener algunos conocimientos, pero sin duda su inteligencia compensa esa falencia.

Pese a todo el interés ocasionado él asegura que todavía no es famoso. “Seré reconocido cuando construya algo importante”, dijo Esteban. Cuando su robot saltó a la fama, en 2015, recibía unas 50 llamadas telefónicas por semana, de personas que lo querían entrevistar, conocer o invitar a diferentes colegios o universidades.

El joven, que hoy tiene 18 años, afirma: “Me llamaron de CNN, Telemundo, Teletrece, Telesur y también canales, periódicos y revistas bolivianos. Estoy muy agradecido con la prensa”, contó.

En diciembre de 2015 el vicepresidente Álvaro García Linera comunicó que Esteban recibió una propuesta de trabajo en Colombia donde se le pagaría un salario de 150.000 bolivianos, más de 20.000 dólares.

García Linera citó a Quispe como un ejemplo de estudiante que deberían formar los nuevos maestros que se graduaron este sábado de la Escuela Superior de Warisata. (ANF)