Sunday, January 22, 2017

José André, el niño prodigio que representa a Bolivia en el mundo

La memoria del pianista boliviano José André Montaño es prodigiosa. Al comenzar una entrevista que este medio le hizo en su reciente visita al país, el mes de septiembre pasado, recordó que ya había sido entrevistado por Página Siete. También mencionó al canciller David Choquehuanca y la ocasión en la que tocó el piano Bösendorfer del Ministerio de Relaciones Exteriores.

"Es muy afinado, realmente muy bello, muy buen sonido, afinadísimo, es muy bueno”, recordó al comparar este instrumento con otro piano que interpretó en Washington, Estados Unidos, en un club de jazz llamado Blues Alley.

José André reside en ese país desde hace casi dos años. Allá le gusta compartir con sus amigos, ir a conciertos, teatros y parques infantiles. Asimismo, disfruta jugar en la computadora. También practica fútbol. "De delantero juego, tengo hartos goles porque en los penales pateo”, contó al explicar que es fanático de varios equipos.

"En México tengo al América, en Brasil a Sao Paulo, en Argentina a Boca Juniors y en Bolivia a The Strongest”, explicó. "En Estados Unidos al Sporting Kansas City y en Perú al Sporting Cristal”.

Otra actividad que disfruta es ir al supermercado. "Me compro leche, leche chocolatada. A veces voy al Hall Food y me compro queque, también a veces como panera, también me gustan semillitas y frutas secas. Eso es lo que me gusta”.

José André recordó los conciertos que dio en Estados Unidos. Por ejemplo, dio un recital en el Banco Mundial y en el Kennedy Center, de Washington. También tocó en Nueva York, ciudad de la que tiene grandes recuerdos. "Estaba en una tienda de pianos donde había Steinway”, recordó al mencionar que también disfrutó del Hard Rock Café, donde disfrutó de un pollo a la parmesana.

"Es muy lindo Nueva York, ya fui dos veces, una para dar el concierto y otra para visitar. Es muy grande la ciudad, realmente muy bonita. Creo que es la ciudad más grande del mundo”.

Asimismo, contó sobre la ocasión en la que tocó en Montreal, Canadá. "Fue en un parque con otros músicos. Había un bajista y un guitarrista chilenos. Un amigo me invitó a tocar con él, es un charanguista”, recordó. "La pasé muy bien, fue una bonita experiencia, conocí la carne canadiense, el poutine, que es como carne pero con salchicha y papas fritas. Me gustó eso”.

En las semanas previas a la entrevista, José André practicaba composiciones de Roberto Beltrán, João Bosco, John Contraine y Michel Camilo. "Michel Camilo es un gran pianista. Es uno de mis ídolos”, afirmó. También practicaba con sus propias composiciones, como Bolivia. "La compuse porque sentía nostalgia de Bolivia, sentía que estaba extrañando, lo quiero mucho a mi país, compuse una canción”.

Justamente tocó esa canción cuando actuó en Cochabamba el pasado mes de septiembre. "Les pareció muy bonito, gritó harto la gente, querían más canciones pero ya no podíamos. Estaba bonito el concierto, había mucha gente, fue un éxito total”.

Poco tiempo antes de su reciente visita al país, José André, por instancias de Unicef Italia, tocó en un programa de televisión de ese país. "Toqué dos canciones, una canción típica de Italia que me pidieron y Over the rainbow”.

"Cuando terminé de tocar la primera canción todos empezaron a aplaudir... nueve minutos sin parar, se pusieron de pie, realmente fue un éxito total, nunca había sentido eso, fue primera vez. Me sentí contento, emocionado de estar ahí”.

En el encuentro se refirió a la gastronomía italiana. "Había mucha historia en Italia, había fideo, lo que quería, pizza y pasta, otros sabores. Era comida típica de Italia, estaba feliz con la pasta y la pizza. Pasé por muchos lugares de Italia, por el Coliseo Romano, por la plaza Venecia”.

Poco después de actuar en Italia, José André llegó a Bolivia. Volvió casi después de un año y medio. Cuando retorna, acude a una pastelería de Cochabamba, llamada El Edén. También le gusta la sopa de maní, pero afirma que disfruta también el pollo broaster con papa frita.

"Me siento muy contento de volver a mi pueblo querido”. "Es muy emocionante lo que se siente, es energizante, siento alegría, felicidad. Amo estar en Bolivia, me siento realmente muy contento, muy emocionado”.

La conversación se dio el día que José André tocaba en el FestiJazz 2016, también por instancias de Unicef. "Unicef ha visto en los valores del jazz un ejemplo de promoción de la paz, el diálogo entre culturas, la diversidad y el respeto por los derechos humanos y la dignidad humana, contribuyendo a la erradicación de la discriminación, la promoción de la libertad de expresión, el fomento de la igualdad de sexos y el refuerzo del papel de la niñez y la juventud en el cambio de la sociedad”, explicó Delina Garsón, de Unicef Bolivia.

José André permaneció poco tiempo en la sede de Gobierno. Luego viajó a Sucre, donde también tuvo una presentación. A su retorno a Estados Unidos tenía previsto participar en un tributo a Duke Ellington, junto a otros dos músicos. Hace unos días de este año el pianista visitó Colombia para ofrecer un recital.

Antes de concluir la entrevista, José André quiso dar un mensaje a los niños. "A los niños les digo que luchen por sus sueños y siempre sean felices en la vida, ámense, no se peleen nunca. Y si tienen un sueño, les digo que lo deseen con todas sus fuerzas y con todo su corazón para que puedan cumplir sus sueños. Desde lo más profundo de mi corazón para todos los niños de Bolivia: sueñen porque se merecen lo que sueñan y podrán cumplir sus sueños”.

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