Monday, September 15, 2014

SERGIO QUIROGA DA CUNHA Presidente de Ericcson para Latinoamérica impulsa el crecimiento de la empresa

Sergio Quiroga da Cunha (1967) es presidente de Ericsson para Latinoamérica y Caribe, una empresa cuya facturación ronda los 3.500 millones de dólares y emplea a 15 mil personas, e incluye una fábrica, un centro de servicios y más de 40 entidades legales.

Habla portugués, español, sueco e inglés. Salió bachiller del Colegio La Salle de Cochabamba en 1984. Es Ingeniero de Telecomunicaciones. Vive en Brasil, pero ya residió en Estocolmo, México D.F., Bogotá, Santiago y varias ciudades de Brasil.

Su esposa es Valeria, con quien tiene 2 hijas y un hijastro.

P: ¿Cómo y por qué se fue de Cochabamba? ¿Qué le motivó a tomar esta decisión?

R: Salir de Cochabamba era algo que se proyectaba desde mi infancia, ya que mi madre es de Belo Horizonte, Brasil. En los años 80, precisamente en 1984, Bolivia no tenía una situación tan fácil para estudiar y la mayoría de los jóvenes bachilleres buscaba otros rumbos. Yo tenía la facilidad del idioma, portugués era el idioma de la casa de mis padres, y me fui a Brasil para el examen de ingreso a la universidad.

P: ¿Cuál fue el momento más difícil que ha vivido durante su estancia en el extranjero?

R: Hay un trauma inmediato al salir de Cochabamba, a los 17 años... dejar a los amigos, compañeros de curso, comunidad deportiva en Cochabamba (jugaba voleibol y practicaba atletismo) y a la familia, entre otros. La adaptación inicial a una vida sin los padres, sin la casa donde me tenían todo listo, ropa limpia, comida, etc... Entonces empecé a jugármelas solo.

Pero el momento más difícil vino al terminar la universidad, cuando decidí ir a vivir a Sao Paulo. En ese momento vino una mezcla de soledad, miedo, melancolía y unas ganas enormes de triunfar. La única cosa que me prendía a Sao Paulo era mi empleo en Ericsson, donde estoy hasta hoy. De esa época ya son 24 años.

P: ¿Cuál fue el momento que más satisfacción le ha brindado su estadía fuera del país?

R: La satisfacción de ser padre es indescriptible. Nada se compara con ese sentimiento.

Con menos intensidad, pero también importante, fue cuando me avisaron que me seleccionaron (en la universidad) para trabajar en Ericsson en Brasil, fue fantástico!

Me buscaron en la universidad y pidieron recomendación de tres alumnos a varios profesores. Para mi sorpresa, yo era un nombre común en la lista de cada uno de estos profesores. Así empezó el sueño que sigo viviendo. Amo lo que hago.

P: ¿Cuáles son los principales logros que ha obtenido en el exterior?

R: Llegar a ser presidente de Ericsson para Latinoamérica y Caribe fue algo fuerte, pero más que eso, diría que estar empezando el 5º año en esa posición, creciendo en negocios, ventas, número de empleados, participación de mercado es un logro grande. Siempre estoy intentando construir algo más grande. Entonces, es posible que el logro principal todavía esté por venir.

Siempre digo que el éxito es la suma del trabajo, talento y suerte, en ese orden. Mucho trabajo amplía tu talento y finalmente te posiciona para las mejores oportunidades de la vida. No funciona talento sin trabajo o contar con la pura suerte.



P: ¿Cómo califica en general al cochabambino? ¿Considera que hubo un cambio cualitativo en su actitud? ¿Por qué cree Ud. que el cochabambino resulta más emprendedor en otros países o cree que también lo es en su tierra?

R: El cochabambino es trabajador, muy conectado a su familia, amigo fiel, excelente gourmet sea cocinando o disfrutando de la culinaria local. En el lado emprendedor, me impresiona la cantidad de gente que vi crecer con ideas fantásticas. Mucha gente triunfó fuera de su tierra. El denominador común es que trabajaron mucho.

P: ¿Qué mensaje tiene para los jóvenes?

R: Que aprovechen cada etapa de su vida lo máximo que puedan. La hora de estudiar es para estudiar. Si van a hacer deportes, que sean los mejores, que les guste competir, pero que les guste mucho más ganar. Si van a tener amigos, que sean las mejores personas. Infelizmente las malas influencias destruyen a gente buena. Espero que los jóvenes piensen en las personas que los rodean y sepan aislarse de las malas influencias.

Si puedo dejar algún mensaje, les digo que sean ambiciosos, que se atrevan a crear y trabajar por sus sueños.


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