Sunday, November 9, 2014

Los físicos bolivianos María Fernanda Sánchez y Ricardo Forno se capacitaron en la NASA

María Fernanda Sánchez Barrero era una asidua participante de las olimpiadas científicas, sobre todo de física. "Yo quiero estudiar física y me van a ver en la NASA”, les decía a sus compañeros del colegio Felipe Palazón de Tarija . Y en meses pasados ella cumplió ese deseo, pues en julio viajó a Estados Unidos para capacitarse en el Centro de Vuelo Espacial Goddard en Greenbelt, Maryland.
A fines de junio, el científico David Whiteman, del Laboratorio de Procesos de Mesoescala Atmosférica de la NASA, contó a Miradas que en los próximos meses llegaran al país tres equipos portátiles que disparan rayos láser a la atmósfera para hacer mediciones, y que además se proyectaba el viaje de Sánchez para conocer el manejo de los mismos.
Desde hace casi nueve años Whiteman forma parte, a través de su instituto y embajada, del proyecto GAW Chacaltaya que tiene como objetivo estudiar el impacto de los aerosoles sobre los glaciares, tal como se conoció en una edición anterior de Miradas (6/7/2014). El científico llega cada año a Bolivia y ha gestionado la donación de varios equipos científicos.
En el GAW Chacaltaya, el grupo que dirige Whiteman mide el crecimiento de la capa límite que es la más cercana a la superficie terrestre. Esta capa puede medir entre 700, 800 metros a un kilómetro, pero ello cambia en el día, que es justamente lo que estudian.
La tesis de Sánchez estaba relacionada con estas investigaciones, pues para optar al título de licenciatura ella desarrolló un algoritmo para determinar la altura hasta que se extiende la capa límite en nuestra región. Los datos que utilizó fueron obtenidos con un instrumento del Laboratorio de Física de la Atmósfera (LFA) de la UMSA denominado Light Detection and Ranging (LIDAR).
El LIDAR es una especie de radar óptico, explicó a Miradas el responsable de detección remota del laboratorio, Ricardo Forno. "El instrumento es como un Frankenstein”, explicó el especialista, pues el telescopio pertenecía a la Agencia Espacial Europea (ESA) y el láser y una parte de la óptica, a la NASA. El armado del instrumento lo realizó el equipo boliviano, añadió.
El aparato sirve para detectar remotamente -es decir desde una distancia- la densidad de partículas en suspensión o aerosoles hasta una altura de 15 kilómetros en tiempo real. Para su funcionamiento emite un rayo láser (20 pulsos por segundo) y con los datos del tiempo y la velocidad de la luz se puede saber en cada instante dónde se encuentra el pulso de luz.
Las mediciones se hacen desde el LFA de la UMSA de Cota Cota y para recolectar la luz emitida se utiliza un telescopio y un detector muy sensible. Si bien el rango máximo es de 15 kilómetros verticales, cuando se dispara sobre la ciudad de La Paz el alcance es menor. "Si hay más partículas, el láser pierde intensidad más rápidamente”. "Es como entrar a una discoteca llena de humo, el haz se va gastando, se debilita”, explicó Forno.
El LIDAR forma parte del GAW Chacaltaya y también del Latin American Lidar Network (Lalinet), que es una red de la región de instrumentos similares. "Son instrumentos muy específicos y requieren gente muy especializada para el manejo y una constante vigilancia”.
Por ello, desde que se establecieron los lazos con Whiteman y su instituto, los profesionales bolivianos, como Ricardo Forno y María Fernanda Sánchez se han capacitado en la NASA.
Alrededor del año 2006 los especialistas del LFA buscaban a algún especialista en el el funcionamiento del LIDAR, pues ellos tenían un aparato donado por la ESA. Así el director del LFA de la UMSA , Marcos Andrade que estaba en Estados Unidos y David Whiteman de la NASA establecieron un primer contacto.
Poco después el científico estadounidense invitó a Andrade a hacer un posdoctorado en el Goddard Space Center de Maryland, pero como el científico boliviano apenas retornaba al país, sugirió el nombre de Ricardo Forno, quien en 2006 realizó un primer viaje en el que se especializó en el manejo de sondas. "Esa fue la manera en que nos contactamos con David Whiteman y surgió el vínculo para estas campañas”, recordó el físico boliviano.
Así, en 2006 Forno permaneció en Estados Unidos por seis meses, en los cuales participó en dos campañas realizadas en Maryland y California.
El trabajo del científico boliviano consistió en hacer radiosondeos. "Yo ayudaba a lanzar sondas para medir con globos meteorológicos”, recordó.
Aquellos lanzamientos se hacían a las 3:00 y a las 15:00 de cada día, durante un mes. "Era un trabajo continuo, había que coincidir con el paso de los satélites”.
"Pasaba el satélite y mandábamos todo lo que podíamos, ‘como quien dispara todas las armas al cielo, se mandaban globos, LIDAR, láseres, sondas, cohetes’”, explicó el especialista.
"Eran campañas en las que trabajan 400 personas de muchos países”, contó Forno. Luego de aquellas primeras experiencias el especialista boliviano formó parte de otras en 2007 y 2009, y posiblemente participe en nuevas campañas el año próximo.
A principios de este año en Estados Unidos, en una reunión en la que participó Marcos Andrade surgió la idea de enviar a Bolivia tres ceilómetros -que son una especie de LIDAR de menor potencia-. "Como los dos (Sánchez y Forno) trabajamos acá, ellos pensaron en nosotros, pues ya manejábamos el LIDAR”, recordó la joven tarijeña. "Básicamente me cedieron el lugar”, admitió.
En Estados Unidos, María Fernanda Sánchez fue recibida en el aeropuerto de Washington DC por Whiteman quien le condujo a Greenbelt, Maryland. "Ellos (la familia Whiteman) tenían un departamento para invitados y ahí me quedé todo el tiempo”, recordó la física boliviana.
Al principio, Sánchez visitó la Universidad de Howard, gracias a cuya gestión los equipos llegaran a Bolivia, para ver los ceilómetros en funcionamiento y aprender a usar las tarjetas raspberry pi, que son una especie de pequeñas computadoras y forman parte del equipo.
A partir de la segunda semana, Sánchez se dirigía al Goddard Space Flight Center, específicamente al edificio 33 del gran complejo. Y por la tarde, luego de retornar, continuaba trabajando ya que tenía que leer bastante sobre el manejo de los ceilómetros. Pero además analizaba los datos del LIDAR de Cota Cota, pues como tenía cerca a un experto como Whiteman aprovechaba para consultarle.
En las cinco semanas que permaneció en Estados Unidos, Sánchez conoció las universidades de Maryland y Baltimore. Y en Washington DC, visitó el Museo Aeroespacial. "Pasar todo el día en un museo fue increíble”, afirmó la joven al recordar que en aquellas instalaciones se rememora toda la historia de la llegada del hombre a la Luna y se consigna abundante información sobre el Sistema Solar, los cohetes y naves y demás equipos de la exploración espacial. "Me la pase en los museos, almorzaba dentro de ellos los fines de semana y caminaba por ahí”, recordó.
Sánchez considera que el viaje que realizó le ayudó a encaminarse hacia donde quiere ir profesionalmente. "El viaje fue una ayuda tremenda para saber qué quiero hacer más adelante”, afirmó al expresar que ahora quiere sacar un doctorado en física de la atmósfera para luego trabajar en Bolivia.
Los ceilómetros que tienen un alcance de dos kilómetros y llegarán al país se instalarán en Chacaltaya, Rurrenabaque y Caranavi. Como estos instrumentos disparan un láser de menor potencia pueden funcionar todo el día. "Así se podrán ver columnas de humo ascendente en la época de chaqueo”, explicó Forno, quien aclaró además que antes de trasladar los instrumentos permanecerán en Cota Cota. Ello porque será necesario calibrarlos junto al LIDAR. "Es como probar varios termómetros que tienen que medir lo mismo”, afirmó el especialista.
Como los ceilómetros son instrumentos casi móviles, los destinos para hacer mediciones dependen de qué es lo que se quiere ver. "La intención es entender la dinámica de los aerosoles alrededor de Chacaltaya”.
"Uno de los motivos de la estación GAW de Chacaltaya es saber cómo están llegando partículas sobre el glaciar y ver el efecto en el retroceso de los glaciares. Hay que saber de dónde vienen los aerosoles, si los culpables son las quemas o cuan culpable es el altiplano con el polvo u otras partículas que pueden venir del océano”, explicó Ricardo Forno.



El LIDAR forma
parte del GAW Chacaltaya y también del Latin American Lidar Network
(Lalinet).

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