Saturday, March 19, 2016

José Germán Rico Vega El maestro de generaciones

Una vida de entrega

A varios metros de distancia se puede distinguir a Germán Rico -81 añosparado en la puerta de su domicilio en la calle Lanza, vestido con un traje oscuro y bien plantado. A pesar del calor, que se refleja en el sonrosado de sus mejillas, este maestro y director de vocación espera a la periodista afuera para recibirla formalmente y hacerla pasar a su hogar.

¨Don Germán¨-como le dicen con cariño todos los exalumnos del colegio Maryknoll- es un hombre de principios, de carácter fuerte y firme, que dedicó más de medio siglo de su vida a la educación formal y a la dirección de la entidad que aglutina a los colegios particulares en Cochabamba (Andecop).

Hace pocos meses se jubiló de ambas actividades pero -como él dice- mientras la vida se los permita y tenga lucidez estará apoyando a ambos.

Después del saludo formal, Germán Rico conduce a la periodista a la sala familiar. Un lugar acogedor, cuya decoración pareciera haberse detenido en el tiempo. El elegante juego de living clásico se complementa con las dos vitrinas de madera con vidrios de cristal que resguardan como un tesoro la colección de objetos de porcelana fina de Blanca Ramallo Covarrubias, su com- pañera de vida desde hace 58 años.

Entre el centenar de objetos están colocadas las fotografías familiares de las personas y los momentos más importantes en la vida de Germán y Blanca: el día de su boda, sus cinco hijos y cada uno de sus 14 nietos.

Aunque todavía falta la imagen de la última integrante de la familia Rico, su primera bisnieta -quien nació hace pocos meses-; los bisabuelos están muy felicides de tener la posibilidad de vivir esta experiencia.

Los que conocen a “Don Germán¨ pueden atestiguar que para él y su esposa siempre fue su prioridad mantener a su familia unida, y así lo hicieron con amor y principalmente con el ejemplo de su matrimonio.

Entusiasta y dedicado


José Germán nació en 1934, en Punata, fruto del amor de José Rico Lobo y Gaby Vega. Sus padres decidieron trasladar su residencia al Cercado; aunque seguían manteniendo su actividad como terratenientes. Posteriormente nacieron sus hijos, Óscar y Raúl.

Lamentablemente, la familia Rico Vega tuvo que enfrentar la muerte prematura de José, que dejó en la orfandad a los tres niños, cuando Germán tenía cuatro años.

La madre se encargó de su crianza, fomentando los valores y la unidad familiar. Sin embargo, a los seis años de perder a su padre, Rico tuvo que enfrentar la pérdida de su mamá Gaby.

Su prima Blanca Rico y su esposo Eduardo Amador acogieron a los menores, les brindaron mucho amor y una buena educación.

Germán cursó la primaria en la escuela Wilge Rodríguez y finalizó la secundaria en el colegio Mayor Rocha, en 1953; ya en el último periodo académico descubrió su vocación de docente al enseñarles matemáticas y física a sus compañeros.

Después de salir bachiller, ingresó a la Escuela Nacional del Maestros en Sucre. A los cuatro años, culminó sus estudios y lo primero que hizo, aquel 27 de diciembre de 1957, fue entregar el certificado a su prima y esposo como reconocimiento al amparo y la confianza que depositaron en él.

“Hay fechas significativas en el corazón y ese momento no lo olvidaré nunca”, asegura Germán Rico, con la voz entrecortada por la emoción.

Al año siguiente fue invitado a dictar clases en el colegio Maryknoll, como profesor de matemáticas.

Un gran didacta

Desde su inicio laboral se destacó por la didáctica de su enseñanza. Por su entrega y dedicación, en 1971 fue posesionado como director general del colegio Maryknoll, cargo que al siguiente año lo habilitaría para asumir como secretario y luego como director de la Asociación de Colegios Particulares, (Andecop), a la cual dirigió 44 años.

Otro aspecto, tal vez menos conocido pero igual de importante en su vida académica, es que durante 33 años fue docente titular de la Facultad de Ciencias y Tecnología de la Universidad Mayor de San Simón.

Su vida siempre giró en torno a la educación de los jóvenes, y como dice el refrán ¨por los frutos se conoce al árbol¨, hoy el colegio Maryknoll es uno de los más destacados a nivel departamental, en el área de las ciencias exactas, gracias a las semillas que Germán Rico sembró hace más de medio siglo.

La familia, su pilar

Fuera del ámbito laboral y académico, “Don Germán” supo priorizar su rol de esposo, padre y abuelo.

Hace poco tiempo, la pareja renovó sus votos religiosos al cumplir 50 años de matrimonio; en esa oportunidad ambos volvieron a jurarse amor eterno. No cabe duda de que Germán Rico está orgulloso de haber formado una familia donde prima el respeto y la fe en Dios. Y está seguro que ese será su mejor legado.




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