Thursday, November 14, 2013

Kathrin Barboza, la defensora de murciélagos que impacta a la ciencia

Su mirada expectante dentro de una cueva, en algún lugar perdido de la Amazonia boliviana o en cualquier lugar del planeta, se concentra en los misteriosos y fascinantes murciélagos. El trabajo de la bióloga Kathrin Barboza la ha convertido en una de las 10 mujeres más influyentes del ámbito científico en Latinoamérica, de acuerdo con la cadena británica BBC.
Su trabajo siempre estuvo marcado por grandes sacrificios e incursiones a lugares inhóspitos donde la naturaleza es la soberana.
En 2006, durante una de esas cruzadas, esta bióloga cochabambina encontró al murciélago nariz de espada (Lonchorhina aurita), junto a su colega Aideé Vargas, un mamífero que se creía extinto en Bolivia desde la década de 1930.
Hija única, de 30 años y también instructora de pilates, Barboza desarrolla trabajos de campo que por lo general se llevan a cabo de noche. Ha realizado varias investigaciones, ganó becas y ha dictado talleres en varios países de Latinoamérica durante la última década.
Actualmente está preparando su doctorado en ciencias biológicas en el Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid, donde concluyó el primer año de investigación gracias a las becas Unesco-L’oreál. Barboza es la primera boliviana en obtener dicho beneficio.
Poco antes de terminar el colegio, una amiga que estudiaba biología le despertó el interés por esa carrera, la que cursó en la UMSS. Para el quinto semestre empezó a buscar el área en la que iba a especializarse.
"Conocí a Luis Aguirre, quien había terminado recién el doctorado y dio una charla sobre murciélagos. Sin pensarlo terminé escuchando su charla y me encantó todo lo que aprendí. Y a pesar de que nunca los había visto de mala manera, no sabía que seres tan pequeñitos eran tan importantes y diversos”, recuerda Barboza, actual investigadora del Programa para la Conservación de los Murciélagos de Bolivia y de la Red Latinoamericana para la Conservación de Murciélagos.
Sonidos ocultos
Barboza decidió dedicarse a la bioacústica de los murciélagos, es decir a estudiar los ultrasonidos que estos mamíferos emiten y que no son perceptibles para el ser humano. Ése es el tema de su actual doctorado, en el que estudia a los pequeños voladores en las urbes de Cochabamba y Madrid.
Con un equipo necesario para escucharlos, la bióloga levanta los ojos al cielo para capturar y grabar su lenguaje escondido. "Viendo la forma de la llamada, la frecuencia, duración e intervalo del pulso, es posible determinar la especie”, explica. El cambio en los sonidos determina si estos animales están en busca de alimento o comunicándose entre ellos.
En 2009 ganó la beca Young Explorer Grant de la National Geographic Society para trabajar en la sabana de Beni. Gracias a ello se obtuvo una de las primeras librerías acústicas de los murciélagos insectívoros en Bolivia, proyecto en el que otros investigadores continúan trabajando.
Desde 2010, esta científica ha dictado cursos acerca de la bioacústica de murciélagos en varios países.
Seres incomprendidos
Su murciélago favorito es el pescador (Noctilio leporinus), nombre que recibe por las garras adaptadas que lleva para atrapar a los peces. "Son hermosos”, comenta Barboza mientras explica que aún se ignora la real contribución de estos mamíferos al medio ambiente.
En el mundo hay más de 1.200 especies de murciélagos que, al ser tan diversos, cumplen funciones muy importantes dentro de la naturaleza.
La bióloga explica que los que se alimentan de frutas dispersan semillas de las plantas y ayudan en la regeneración de los bosques, los que consumen néctar ayudan en la polinización de las plantas, los insectívoros son controladores naturales de plagas, y los que viven de sangre -sólo tres especies- contribuyen de manera importante en la medicina.
Ello porque su saliva tiene un anticoagulante que está siendo utilizado para crear medicamentos nuevos.
Al rescate de los murciélagos
Gracias al redescubrimiento del murciélago nariz de espada se creó el Santuario Ecológico Municipal San Juan de Corralito, en el departamento de Santa Cruz.
En el lugar se ha construido un centro donde se explica la importancia de estos mamíferos para que los visitantes comprendan que es vital proteger esta especie amenazada.
Emocionada y aún sorprendida por ser una de las mujeres más importantes para la ciencia en Latinoamérica, Barboza manifiesta que su principal aporte radica en desarrollar un plan de manejo y conservación de murciélagos en áreas urbanas que pueda ser aplicable y replicable en otros países.
Con ello también pretende cambiar la imagen que las personas tienen de los murciélagos en las urbes.

Con la atención puesta en el cielo abandonado por la luz del día, Barboza es el cable a tierra para entender el lenguaje de los murciélagos, los seres nocturnos que transmiten sus secretos durante su vuelo.

Mitos del murciélago
Desconocido La destacada bióloga Kathrin Barboza explica algunas cosas que no se saben sobre los murciélagos.
Vampiros No todos los murciélagos son "chupa sangre”. De las más de mil especies que hay en el mundo, sólo tres se alimentan de sangre y, de éstas, una es la que causa el problema principal al alimentarse de sangre del ganado.
Plagas Un solo murciélago insectívoro pequeño puede alimentarse de 600 mosquitos por hora. Entre ellos están los que pueden transmitir enfermedades como la fiebre amarilla y el dengue.
Epilepsia No está comprobado científicamente que la sangre de los murciélagos cure la epilepsia como se cree en algunos lugares. Los murciélagos pueden tener algunas enfermedades, por lo que llevar a cabo esta práctica no es recomendable.
No son ciegos Es importante aclarar que los murciélagos no son ciegos. Al volar en la noche necesitan un sistema adicional para ubicarse, y en el caso de los insectívoros, alimentarse. Ellos utilizan el sonido para ubicarse y ese sistema se llama "ecolocación”, que consiste en emitir sonidos de alta frecuencia que rebotan en los obstáculos que los rodean para obtener información.

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