Monday, March 18, 2013

Juan Mendoza Nernuldes, el primer aviador boliviano

Sus sólidos conocimientos y habilidad para la mecánica hicieron que su aprendizaje en aviación. pilotaje y mecánica de aeroplanos, fuera completo. • Sus persistentes gestiones ante la Cámara de Diputados dio sus frutos el 17 de agosto de 1916, cuando se aprobó la Ley que creaba la Escuela de Aviación en Oruro.


NACIMIENTO Y FORMACIÓN

El primer aviador boliviano, Juan Mendoza y Nernuldes, nació en Obrajes, cerca de la ciudad de Oruro el 16 de noviembre de 1893; fueron sus progenitores Don Ángel Mendoza y Doña María Nernuldes, de reconocida prosapia en la sociedad orureña.

Guiado por su espíritu aventurero, sus innatas cualidades deportivas y su afición por la mecánica, a la temprana edad de diecisiete años realizó los inéditos “raids” interdepartamentales en bicicleta entre Oruro-La Paz, y Oruro-Cochabamba. Estas memorables hazañas le granjearon una singular popularidad, colocándolo en una expectante situación, especialmente en su ciudad natal.

En julio de 1915, se presentó ante la inquieta mirada de Juan la figura de una extraña máquina voladora, era el monoplano tipo Bathiat Sánchez “Punta Arenas” del famoso aviador chileno Luis Omar Page, quien arribó a la ciudad de Oruro deseoso de conquistar los diáfanos aires de la altiplanicie boliviana. Si bien, fue sólo una serie de infructuosos intentos de vuelo lo que observó, no mermaron su obsesión por la actividad aérea; por el contrario, se propuso llegar a ser aviador y constituirse en el primero en surcar los impolutos cielos de Bolivia.

En vista de no contar con los recursos económicos para hacer realidad el sueño que le obsesionaba, recurrió al Comité Pro Aviación de Oruro; los miembros de esta novel organización, conocedores de sus excepcionales cualidades deportivas y convencidos de la irresistible afición por el vuelo que denotaba, le ofrecieron su incondicional apoyo.

De esta manera, a través de los parlamentarios orureños, se logró que la Cámara de Diputados consigne en el presupuesto de instrucción para la gestión 1916 una partida destinada exclusivamente a solventar los estudios de aviación del joven Juan Mendoza en la República Argentina(1).

Es así que, a través del Tesoro Departamental de Oruro, Mendoza obtuvo Bs1.800; mientras que el Comité Pro Aviación de su ciudad natal contribuyó con Bs 1.500; si bien, ambos montos no constituían una gran suma, era suficiente para cubrir el anhelado curso.

Los diputados y el pueblo orureño, todo esperanzados, le tributaron una serie de simpáticas manifestaciones de despedida, entre ellos estaba el “Five O’clock Tea” que le ofreció un grupo de jóvenes en la tradicional pastelería “Parisiense”.

Desbordando de entusiasmo, pero consciente de la responsabilidad que había asumido, el 12 de febrero de 1916 arribó a Buenos Aires. Un mes después, el 18 de marzo, ingresa a la Escuela de Aviación Civil de Villa Lugano, dirigida por el afamado aviador y constructor de aeroplanos Paul Castaibert.

Su admirable serenidad, reflejos, equilibrio y otras cualidades innatas de la que era poseedor, le hicieron apto para el pilotaje de aeroplanos. Después de cumplir con todas las prácticas necesarias y haber realizado más de 90 vuelos, el 9 de julio de 1916, coincidiendo con la efemérides nacional Argentina, Juan Mendoza se graduaba como aviador; pocos días después se le concedió el brevet No.103.

Asimismo, sus sólidos conocimientos y habilidad para la mecánica hicieron que su aprendizaje en aviación fuera completo, comprendiendo el pilotaje propiamente dicho y la mecánica de aeroplanos.

La “Nación” de Buenos Aires, en su edición del 19 de julio de 1916, publicó junto con el retrato de Juan Mendoza las siguientes líneas: “En el aeródromo civil de Villa Lugano, rindió examen de piloto aviador un discípulo del activo maestro Pablo Castaibert, de cuyas pruebas, realizadas en presencia del secretario del Aero Club Argentino, señor Ramos Vivot y del Teniente de Fragata Don Raúl Moreno, ha salido airoso el aspirante....A las 7.15 de la mañana el alumno Juan Mendoza daba la orden de ‘Largar’ y rápidamente decoló hasta alcanzar una altura de 250 metros, desde donde se dispuso a realizar las pruebas reglamentarias de cinco series de ochos. Terminada la primera parte, volvió a remontarse para iniciar desde 150 metros de altura el vuelo planeado con motor detenido, aterrizando oportunamente en el punto indicado...Asimismo, estudió con sus profesores, construcción de aeroplanos, por cuyo motivo su brevet, que llevará el número 103, será de piloto constructor. A fines del mes próximo partirá para La Paz”.

EN EL SOLAR PATRIO

Rebosante de orgullo y felicidad, regresó a Oruro el 7 de agosto de 1916; en la estación de ferrocarriles se congregaron miembros del Comité Pro Aviación y numerosa juventud, quienes le dieron una efusiva y afectuosa bienvenida; no había defraudado a su pueblo, se había constituido en el primer aviador boliviano; ahora sólo le faltaba volar en los cielos de su Patria.

Poseído del más grande entusiasmo e ilusión para que en Bolivia se implante la Escuela de Aviación, presentó al Ministerio de Instrucción Pública una solicitud ofreciendo sus servicios. El proyecto era factible, puesto que en casi todas las ciudades y pueblos del país se recolectaron fondos con ese noble propósito.

La Cámara de Senadores, en la sesión del 25 de agosto de 1916 envió una Minuta de Comunicación al Poder Ejecutivo señalando que el “H. Senado Nacional vería con agrado que en los estudios preliminares para el establecimiento de la escuela de aviación en Bolivia, se utilicen los servicios del señor Juan Mendoza, que ha obtenido honrosamente su título de aviador con subvención del Comité Pro Aviación y el Tesoro Departamental de Oruro” (2).

Sus persistentes gestiones parecían dar fruto, ya que el 17 de agosto de 1916 en la Cámara de Diputados se trató “en grande” el proyecto de Ley que autorizaba al ejecutivo la implantación de una Escuela de Aviación en las inmediaciones de Oruro, manifestando “que era ya tiempo de establecer esa escuela, puesto que hace algo más de un mes un joven orureño había cursado brillantemente ese curso en Buenos Aires trayendo su brevet” (3).

Cuando desempeñaba el cargo de secretario del Comité Pro Aviación de Oruro, en 1917, “se hizo cargo de la organización del tránsito en Oruro, y en vista de su exitosa labor fue llamado a Cochabamba y La Paz para realizar similar organización” (4).

SURCADOR DE LOS CIELOS DE BOLIVIA

Después del exitoso vuelo del triplano Curtis “Wasp”, que el 17 de abril de 1920 al mando del aviador norteamericano Cap. Donald Hudson rompió el mito de la altura al surcar por primera vez los cielos de Bolivia, mediante Decreto Supremo de 23 de junio de 1920 se creó en El Alto de la ciudad de La Paz la Escuela Militar de Aviación con aviadores militares bolivianos brevetados en la Argentina y Chile; pero, debido a la prematura destrucción del referido triplano, ese novel instituto entró en receso.

El único aviador civil boliviano, Juan Mendoza, que no fue consignado en ese nuevo instituto ni como instructor ni alumno, decidió emprender por su propia cuenta la actividad aérea para demostrar que la aviación en nuestro medio era una realidad tangible.

Es sí que, en sociedad con el Sr. Alfredo Etienne, administrador de la renta de alcoholes e intendente de Oruro, adquirió en Buenos Aires un biplano Fiat R-2 de 180 H.P. al que denominó “Cobija”, en homenaje al cautivo puerto boliviano del Pacífico. Esta aeronave de industria italiana tuvo un costo de 16.000 pesos argentinos. Asimismo, contrataron al mecánico de aviación Ángel Mardesich.

Después de probarlo ampliamente en la capital Argentina, el Fiat fue trasladado por ferrocarril hasta Villazón; pero, debido a los daños que sufrió en el trayecto, fue llevado por la misma vía a Uyuni para su correspondiente reparación, aprovechando los equipos y herramientas de la maestranza del lugar.

EL PRIMER VUELO

Después del exitoso primer vuelo de ensayo realizado en Uyuni el 10 de noviembre de 1921, en el que alcanzó los 500 metros de altura, el aviador Mendoza se propuso realizar el raid Uyuni-Oruro-La Paz. Apoyando ese noble propósito, la Escuela Militar de Aviación de El Alto comisionó al Tcnl. Heredia Villarreal para dirigir la construcción del campo de aviación de “Papelpampa”, enviando además el combustible y lubricante necesarios.

Debido a las fallas que denotaba el motor y la carencia de combustible en el lugar, a sugerencia de su mecánico, el Fiat fue trasladado en ferrocarril hasta la población de Poopó, distante 50 km. de la ciudad Oruro.

2 comments:

  1. Este artículo lo publiqué el 2006 en "Revista Aeronáutica" y el 2013 en el suplemento "Nuevos Horizontes" de El Diario; sin embargo en esta página no consignan el nombre del autor es decir, Ramiro Molina Alanes

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  2. Este artículo lo publiqué el 2006 en "Revista Aeronáutica" y el 2013 en el suplemento "Nuevos Horizontes" de El Diario; sin embargo en esta página no consignan el nombre del autor es decir, Ramiro Molina Alanes

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