Sunday, July 26, 2015

Un ingeniero de la EMI se destaca en México

Hace dos años, el joven ingeniero civil paceño Israel Mariaca Clavel llegó a Monterrey, México para iniciar sus estudios de Maestría en Ingeniería y Administración de la Construcción. La llegada fue una experiencia graciosa, contó vía Skype desde esa urbe mexicana, pues por el verano boreal, la temperatura era de casi de 40 grados centígrados.
Estaba cargado de maletas y debía buscar un lugar donde quedarse en medio de un calor al que no estaba acostumbrado. Ahora este boliviano se desempeña en un importante cargo en una de las inmobiliarias más grandes del mundo, como Colliers International, que se especializa en inmobiliaria industrial y de oficinas; y cuenta con una gran cartera de clientes corporativos.
Mariaca Clavel egresó del colegio San Ignacio de La Paz en 2007. Luego de participar en una obra social organizada por su colegio en Apolo, -en la que junto a sus compañeros de promoción realizó labores en los caminos de la zona- decidió estudiar Ingeniería Civil e ingresó a la Escuela Militar de Ingeniería (EMI) Mariscal Antonio José de Sucre.
Cuando cursaba el último semestre, junto a dos socios, inició un emprendimiento relacionado con la construcción. Se trataba de un edificio de departamentos, en el cual trabajó como residente de obra por seis meses. En eso, decidió realizar estudios de postgrado.
Especialidad
Los ingenieros civiles pueden especializarse en suelos, aguas, estructuras y más. Pero a Mariaca le llamaba la atención la Administración de Proyectos de Construcción. Luego de buscar por internet en diferentes universidades latinoamericanas decidió ingresar al Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), que tiene fama mundial en desarrollo de tecnología e investigación.
Los dos requisitos principales fueron la presentación de sus calificaciones del pregrado, además de superar la denominada Prueba de Admisión a Estudios de Postgrado (PAEP). También fue importante el apoyo de sus padres, quienes accedieron a que continuase sus estudios en México, por lo cual Mariaca está profundamente agradecido.
En el ITESM no le pidieron certificados de ningún idioma, pero se sobrentendía que debía dominar el inglés, ya que desde el comienzo de la maestría le proporcionaron material en ese idioma.
Lejos de su hogar
Mariaca partió a México en julio de 2013. Aquella fue la primera experiencia fuera de su hogar, al encontrarse lejos comenzó a valorar lo que tenía en casa. Al principio extrañó la comida del país. "La comida boliviana para mí es lo mejor y es lo que sigo extrañando”, contó.
"Todavía no me puedo acostumbrar a comer tortillas”, añadió al explicar que añora preparaciones típicas como sajta de pollo, chicharrón o silpancho. Allá pudo preparar pique macho, pues no es fácil encontrar ingredientes para otros platos.
Hacer comida mexicana tampoco es sencillo, ya que requiere especias y ajíes para condimentar las salsas. Por ello, prefiere hacer ensaladas y carnes. Y cuando come fuera opta por especialidades locales como enchiladas o tacos.
En periodos largos de descanso como feriados o fines de semana, la gente tiende a salir de la ciudad. Y como Monterrey está a dos horas de la frontera con Estados Unidos, muchos habitantes optan por visitar las ciudades fronterizas o las playas, lo cual también hizo Mariaca.
El boliviano junto con sus compañeros de otros países conoció Puerto Vallarta, Mazatlán, Guanajuato, México DF y Zacatecas. El lugar que más le gustó fue Puerto Vallarta que, en su opinión, conserva la cultura mexicana. También estuvo en Cancún, que está más orientada a turistas estadounidenses o europeos.
La diferencia
La mayoría de los compañeros que tuvo en la maestría eran mexicanos. También había gente de Ecuador, Brasil, Perú, Nicaragua y Bolivia. Lo que diferenció al joven boliviano fue la disciplina y la metodología de estudio que le inculcaron en la EMI. Por ejemplo, ingresar temprano, ser puntual e incluso pedir permiso para todo marcaron una diferencia.
En diciembre de 2014, Mariaca se graduó de la Maestría en Ingeniería y Administración de la Construcción. Fue el primer alumno de su curso por lo que recibió la Mención Honorífica de Excelencia. Posteriormente, retornó a Bolivia para pasar las fiestas de fin de año.
En enero regresó a México, no sólo porque le gustó la cultura mexicana, sino también para adquirir experiencia en grandes compañías. No tenía nada asegurado y aplicó para diferentes vacantes. Pensó que mediante las páginas de bolsas de trabajo su currículum no llegaría a la persona adecuada. Por ello, averiguó el nombre del director de la compañía Colliers International en Monterrey y le envió su información.
A los dos días le llamaron y lo entrevistaron. Luego lo contrataron para ocupar el puesto de Valuador Inmobiliario. Desde un inicio, la hoja de vida del boliviano llamó la atención del director del Departamento de Administración de Proyectos de la empresa.
Mariaca, poco a poco, comenzó a colaborar con ese departamento. Y al mes de comenzar como valuador inmobiliario fue invitado para ocupar el puesto de coordinador en el Departamento de Administración de Proyectos. "De la noche a la mañana las responsabilidades me llegaron completas”, recordó el joven ingeniero.
Presión
Justamente vivió su situación de mayor presión al ingresar al Departamento de Administración de Proyectos. Ello porque pasó a formar parte de un proyecto que tenía más de un año de ejecución.

Se trataba de un proyecto de tipo fast track, que es un sistema de gestión de la construcción en el cual la planeación y ejecución se realizan paralelamente, explicó Mariaca. "El director de Administración de Proyectos necesitaba implementar un sistema de control lo antes posible debido a los riesgos y problemas que presentan este tipo de proyectos”, recordó.
Esa fue su primera tarea como coordinador y tuvo que trabajar muchas horas extra, primero para entender el proyecto y después para empezar a ordenar los procesos y así implementar un sistema de control adecuado.
"Pero el mayor reto surgió con mis propios compañeros de equipo porque para ellos fue muy chocante que llegue alguien nuevo, con poca experiencia y extranjero, a tratar de implementar cosas nuevas de la noche a la mañana en un proyecto en el cual ya tenían más de un año trabajando”, contó Mariaca.
Sin embargo, "con mucho esfuerzo y trabajo” implementaron el sistema de control requerido. "Logramos controlar el tiempo de ejecución, el alcance del proyecto y los costos, si todo sale bien entregamos este proyecto en agosto”, afirmó el boliviano.
Responsabilidades
Mariaca ahora es responsable de que un proyecto tenga éxito o fracase. Asimismo, debe convencer a clientes -en su mayoría corporativos- para trabajar con Colliers International. En su departamento, actualmente tienen proyectos de naves industriales de 15.000 a 20.000 metros cuadrados, los cuales están en fase de planeación.
Cuando un cliente accede, Mariaca debe organizar al personal. Una dificultad en las obras de construcción radica en que se maneja un lenguaje técnico diferente. Por ejemplo, en vez de decir "hormigón” como en Bolivia, se dice "concreto”. Estas diferencias hacen que a veces el joven ingeniero no entienda a los obreros. El hecho de que su apellido no sea común en México, le sirve para romper el hielo con las personas que trata.
Si bien ingresa a su oficina a las 9:00, se desempeña principalmente en las obras, pues debe apoyar a los managers de los proyectos.
En resumen, la labor principal de Mariaca consiste en mantener los costos, los tiempos y la calidad de los proyectos. Justamente en su tesis de maestría el boliviano mejoró un método mediante el cual se controla el tiempo y el costo de un proyecto, para que éste no se salga del presupuesto. A ese procedimiento conocido como Método de Valor Ganado, el boliviano le introdujo la variable de calidad.
Al evaluar la especialidad que eligió, Mariaca afirma: "Fue la mejor decisión que tomé”. Su mayor satisfacción es participar en algo grande, sobre todo cuando conoce el proyecto desde los planos hasta que lo ve plasmado en una estructura.
El joven ingeniero planea realizar un doctorado en el futuro, pero también tiene planes para hacer algo en el país. "Como todo boliviano, uno quiere volver a su tierra; espero volver en un mediano plazo para emprender algo mío”, afirmó al recalcar que quiere continuar aprendiendo.
"Lo que quiero es aprender lo más que pueda y sacar el mayor provecho, estar en una empresa de esta magnitud es muy lindo; ves proyectos en los que se aprende mucho”, concluyó.

Esfuerzos de equipo

¿Cuál fue su cliente más difícil?
El cliente más difícil que tuve fue una empresa de Estados Unidos que va a expandir sus operaciones en México. Ya habían rentado, a través de Colliers International, unas oficinas en uno de los edificios corporativos más exclusivos de Monterrey, pero necesitaban ejecutar un proyecto para adecuar, acondicionar y equipar las mismas.
¿Qué retos planteaba ese cliente?
Desde convencerlos para que su proyecto sea administrado por mi departamento, hasta cumplir con todos los estándares y requerimientos que exige una empresa estadounidense. Trabajamos en equipo con el director de oficinas de Colliers International, el director de Administración de Proyectos y mi persona para elaborar las propuestas, pero también para estudiar y entender los estándares estadounidenses de construcción.
¿Cuánto tiempo tenían para convencerlo?
Se tuvo solamente una conferencia de 15 minutos con el CEO (Chief Executive Officer) -en español director ejecutivo- de la empresa estadounidense, pues como cualquier CEO es una persona con la agenda muy apretada. Esos 15 minutos tenían que ser suficientes para transmitir toda la propuesta. Además, ese ejecutivo esperaba que en ese corto tiempo también demostremos que éramos expertos en normas de construcción de Estados Unidos.
¿Cuál fue el resultado?
En base a los esfuerzos del equipo logramos el voto de confianza y conseguimos el proyecto. Actualmente soy el líder del mismo, por lo que soy el máximo responsable de que todo salga bien. Tengo que cumplir con una serie de estándares de ejecución y control exigidos por ese cliente y toda la comunicación se realiza en un inglés muy técnico.

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